Las cuevas de Laño son unas excavaciones artificiales, también conocidas con el nombre de “gobas”, que fueron utilizadas durante la Edad Media como eremitorios, es decir, morada por monjes y ermitaños.
En Laño existen un total de once cuevas artificiales, entre las cuales se encuentra un complejo eremítico. Aunque los desprendimientos ocurridos en esta zona a lo largo del tiempo no han permitido conservarlas en su totalidad, en una de las grutas de este complejo se distingue un altar excavado en la pared.
En otra de las cuevas podemos ver numerosos graffitis con nombres de santos y representaciones de simbología cristiana. En el suelo se encuentran, además, sepulturas.