Ermita de San Miguel, en el barrio de Altamira. Por el tipo de construcción parece más una iglesia que una ermita.
San Miguel es parroquia de Altamira desde 1952. Está ubicada en el centro del barrio. Sus muros son de mampostería con esquineros de sillería. Cubierta a tres aguas, esta ermita cuenta con una torre campanario y pórtico. Se celebra fiesta el día de San Miguel, 29 de septiembre. Antiguamente se acudía en rogativa hasta esta ermita desde la parroquia de Busturia, a la que era aneja.
Palacio de Txirapozu, en el barrio de Altamira. Residencia neoclásica de finales del siglo XVIII. Presenta en la parte superior de la fachada el escudo de los Txirapozu. Esta distinguida familia residió durante muchos años en el palacio, donde también vivió el célebre pintor José María Ucelay, descendiente igualmente de los Txirapozu. En la parte central de la fachada encontramos la figura de la Inmaculada Concepción y bajo ella una inscripción en la que se puede leer la fecha de construcción del palacio. La mansión cuenta con dos relojes solares.
Alarbin Goikoa. Construcción ubicada entre Altamira y Paresi.
Es un buen ejemplo de las continuas transformaciones que han tenido que experimentar las ferrerías tras su decadencia a partir del siglo XVIII. Este edificio albergó primero una ferrería y luego un molino. De modo que pasó de fundir tochos de hierro a moler el cereal cultivado en el entorno rural, para más tarde dedicarse sucesivamente a pulverizar caolín destinado a la fábrica de cerámicas de Busturia y a producir corriente eléctrica para la barriada mediante una turbina adaptada al viejo salto del agua. Actualmente su uso es residencial.
Antigua ferrería de Txarapiola. Al igual que Alarbin Goikoa y debido a la crisis de la producción artesanal del hierro en el siglo XIX, la antigua ferrería de Txarapiola se transformó en molino. Levantada en un margen de arroyo, hoy está en ruinas.
Antigua ferrería de Seleta y Erle Tokia (lugar que se refiere a una colmena y a su miel). Dentro de la propiedad de esta vieja ferrería se halla, sorprendentemente, una instalación para la producción de miel, artículo elaboración artesanal, que llegó a distribuirse en la propia capital de la provincia, Bilbao. Es una de las pocas instalaciones de este tipo que han llegado hasta hoy. Se encuentra junto al río Mape, en una zona de gran interés naturalístico: bosque de ribera, disposición geológica de los estratos de arenisca…
Monolito de Arriatara. Este bloque apuntado de arenisca de 2,70 m de longitud se encuentra tumbado en la parte trasera del caserío de Arriatara, bajo el rellano que ocupa el monolito de Sorbituaga-Arriatara.
Monolito de Sorbituaga-Arriatara. Descubierto por Enrique Arzubiaga en 1983 y emplazado en la ladera sur del monte Añetu, entre los caseríos de Arriatara y Sorbituaga, se trata de un bloque de arenisca de 2,12 m de altura, 0,92 de anchura y 0,25 de grosor. Anteriormente fue interpretado como “menhir” (pieza de piedra que servía para delimitar una zona de pasto) antropomorfo encuadrado dentro del episodio megalítico. Recientemente ha sido definido como un “cromlech” (círculo de piedras hundidas parcialmente en el suelo, que alberga en el centro las cenizas de un cuerpo incinerado). En Euskal Herria se conocen con el nombre de “baratz” y se les encuadra en los inicios de la Edad del Hierro o finales de la Edad del Bronce.
Calero de Larrago. Este horno de producción de cal se encuentra en buen estado de conservación. De planta circular, de unos 4 metros de diámetro por otro tanto de altura, está formado por un hueco escarbado en el sustrato litológico, cubierto por una pared de mampostería. Aún conserva la puerta de acceso y la hornacina lateral. Ha sido recobrado para el Patrimonio merced al programa de recuperación de vertederos promovido por la Diputación Foral de Bizkaia.
Zona de Eperlanda (Eperreko landa). Según cuenta la tradición oral en estos prados se celebraban ceremonias de brujería con carácter orgiástico, conocidas popularmente como “aquelarres” (del euskera “aker-larra”, “prado del macho cabrío”). Parece ser que se trataba de ceremoniales —supuestamente presididos por el diablo, bajo la forma de un gran chivo— en los que nigromancia y libertinaje iban juntos, y donde los participantes bailaban y negaban ciertos dogmas religiosos. En algunas zonas la propia denominación de “eperlanda” se utiliza como sinónimo de aquelarre, para denominar este tipo de reuniones nocturnas de hechicería. Al margen de los mitos del imaginario popular, lo que esta fuera de toda duda es que se trata de un enclave natural de alto interés, con hermoso césped, árboles frutales y pequeñas franjas de abedules.
Fuente de Larrago.
Manantial acondicionado como fuente abrevadero.Esta estructura de planta rectangular está construida con grandes bloques de arenisca y se encuentra en muy buen estado. De ella todavía mana agua en algunas estaciones del año.
Calero de Larrazabale. Horno de calcinación para la obtención de cal. Presenta un estado de conservación regular. Al igual que la mayor parte de los caleros, está excavado en el sustrato litológico y cubierto por una pared de mampostería. Se conservan parcialmente la puerta de acceso y la hornacina lateral.
Tejera de kortazarra. Antigua tejera u horno de cocción de tejas y ladrillos. De su estructura conserva bastante bien la cámara inferior de combustión y la superior de cocción. Este tipo de instalaciones protoindustriales no son muy abundantes en el área de Urdaibai.