El conflicto trabajo-familia
La familia es un elemento central en la vida al que dedicamos tiempo y energía. Si sumamos a esa realidad el reto de trabajar, a menudo nos encontramos con situaciones de estrés.
A este estrés psicológico derivado de las altas demandas de la vida familiar y la vida laboral se le denomina en psicología “Conflicto Trabajo-Familia” (Greenhaus & Beutell, 1985; Greenhaus & Powell, 2016)[1], y representa uno de los ámbitos de investigación más relevantes en materia de conciliación.
De hecho, un análisis[2] llevado a cabo sobre el contenido de los principales artículos científicos en esta materia sugiere que la cuestión del conflicto representa el área más relevante de estudio en materia de conciliación de las últimas décadas, tras el concepto más generalista de equilibrio trabajo-familia (“work-life balance”).
El actual envejecimiento de la población derivado del descenso de la natalidad, del aumento de la edad de la maternidad y de la mayor longevidad plantean frecuentemente la demanda de cuidados a personas dependientes de la familia, cuya atención provoca en la persona cuidadora dificultades para combinar la vida familiar y laboral, que se traduce en altos niveles de conflicto subjetivo “trabajo-familia”.
Según las investigaciones llevadas a cabo en este ámbito, el conflicto experimentado entre la vida familiar y laboral puede surgir en dos direcciones: del trabajo hacia la familia (Conflicto Trabajo-Familia) o de la familia hacia el trabajo (Conflicto Familia-Trabajo; Gutek et al., 1991; Netemeyer et al., 1996). Así, puede ocurrir que el desempeño de los roles laborales dificulte la participación en los roles familiares (conflicto trabajo familia) pero también que el desempeño de los roles familiares dificulte la participación en los roles laborales (conflicto familia-trabajo). Estas situaciones de estrés personal pueden afectar al bienestar y la salud individual.
En este ámbito de estudio, también se identifican los factores clave que están detrás de este conflicto experimentado por las personas por sus dificultades para combinar las demandas de su vida familiar y laboral, identificándose determinadas características del entorno familiar y laboral que producen más conflicto[3], así como algunas de sus consecuencias[4].
[1] Susanto P, Hoque ME, Jannat T, Emely B, Zona MA and Islam MA (2022) Work-Life Balance, Job Satisfaction, and Job Performance of SMEs Employees: The Moderating Role of Family-Supportive Supervisor Behaviors. Frontiers in Psychology,. 13. doi: https://doi.org/10.3389/fpsyg.2022.906876
[2] Gartzia, L., Pizarro, J., & Romero, A. (2024). Work-Life Balance Research: An analysis of subcomponents. Poster presented at the European Academy of Occupational Health Psychology Conference, Granada, Spain.
[3] S. Michel, M. Kotrba, K. Mitchelson, A. Clark, AND B. Baltes (2010). Antecedents of work–family conflict: A meta-analytic review. http://dx.doi.org/10.1002/job.695
[4] Reimann, Schulz, K. Marx, Lükemann (2022). The family side of work-family conflict: A literature review of antecedents and consequences. http://dx.doi.org/10.20377/jfr-859
Un gran número de investigaciones recientes, tales como las realizadas por Eurofond (2020)[1], muestran las tremendas dificultades que las personas trabajadoras y especialmente las mujeres sufren en su día a día para conciliar el trabajo y la vida privada, resultando en altos niveles percibidos de cansancio debido a la gran cantidad de tareas domésticas y de cuidado familiar que debían realizar tras el trabajo. Estos elementos emocionales y psicológicos de las dificultades derivadas de la conciliación tienen un peso muy grande sobre la vivencia subjetiva de esta realidad, y se les denomina comúnmente “conflicto trabajo-familia”. Por su relevancia para las personas trabajadoras que tienen a su vez responsabilidades de cuidados, la cuestión del conflicto representa el área más relevante de estudio en materia de conciliación de las últimas décadas tal y como puede mostrarse en el siguiente gráfico:
Se aprecia en el gráfico como hay muchas más publicaciones sobre “equilibrio trabajo-familia” y “conflicto trabajo-familia”.
Según investigaciones de referencia en este ámbito (Michel, Kotrba, Mitchelson, Clark, y Baltes, 2010)[2] (LINK), existen una serie de factores clave vinculados al entorno familiar, laboral y a la personalidad que influyen en los niveles de conflicto:
Entorno laboral |
Entorno familiar |
Personalidad |
Factores estresantes del rol Conflicto del rol laboral Ambigüedad del rol laboral Sobrecarga del trabajo
Compromiso con el rol Implicación laboral Interés laboral
Apoyo social Apoyo organizacional Apoyo del/a supervisor/a Apoyo de compañeros/as
Características del trabajo Antigüedad de la organización Antigüedad en el trabajo Tipo de trabajo Salario Variedad de tareas Autonomía laboral Flexibilidad de la jornada |
Factores estresantes del rol Conflicto con los roles familiares Ambigüedad de los roles familiares Sobrecarga de los roles familiares (Demandas parentales, según el número de hijas/os su edad)
Compromiso con el rol Participación familiar Interés en la familia
Apoyo social Apoyo familiar Apoyo marital
Características familiares Empleabilidad del cónyuge Ingresos familiares Clima familiar |
Locus de control interno Afecto negativo
|
Factores estresantes del rol
Los factores estresantes nacen de las presiones de cada uno de los roles en sus respectivas áreas. Dentro de estos factores, el conflicto con el rol, la ambigüedad del rol y la sobrecarga de trabajo del rol se han considerado tradicionalmente como las principales fuentes de estrés.
Compromiso con el rol
En situaciones en las que una persona debe dedicar la mayor parte de su tiempo al trabajo o a la familia (es decir, se tiene un compromiso especialmente alto en alguno de los dos roles en conflicto), los niveles de conflicto aumentan, ya que no se dispone del tiempo suficiente para atender bien a ambas.
Ausencia de apoyo social
Los entornos laborales y familiares en los que las personas no reciben un apoyo emocional e informativo generan mayores niveles de conflicto en las personas; esto se debe a que cuando una persona experimenta problemas o momentos de mayor carga de trabajo y no cuenta con personas que puedan ayudarlo a soportar la carga la vivencia subjetiva del conflicto es mayor.
Características laborales y familiares
Dentro las características laborales valoradas podemos encontrar: el tipo de trabajo, la autonomía de la persona trabajadora, la variedad de tareas, etc… Y dentro del entorno familiar encontramos: los ingresos familiares, el ambiente familiar, la división de tareas, etc…
El estudio realizado muestra cómo cuando una persona se encuentra disconforme con alguno de estos elementos sus niveles de conflicto aumentan.
Personalidad
Si bien se trata de un factor eminentemente personal, el estudio realizado por Michel toma en cuenta el locus interno de las personas, es decir, si las personas sienten que lo que les ocurre es consecuencia de sus acciones o creen que es culpa de otras personas.
De este modo, el estudio mostró que cuando las personas se sentían responsables de lo que les ocurría, sus niveles de conflicto eran más bajos y, al revés: aquellas personas que culpaban a otras por lo que les ocurría sufrían niveles más altos de conflicto. Asimismo, personas con un afecto negativo generalizado en su vida también tienen más sensación subjetiva de conflicto.
¿Qué características familiares afectan más a los niveles de conflicto trabajo familia?
En relación, en concreto, a las características del entorno familiar, la investigación también ha analizado los elementos familiares que influyen más en los niveles de conflicto[3], concluyéndose que podemos encontrar los siguientes elementos:
1. Responsabilidades de cuidado
Los niveles de conflicto trabajo-familia son especialmente altos en aquellas personas que tienen muchas responsabilidades de cuidado. Este sería el caso por ejemplo de los padres/madres y, en especial, de los padres/madres de niños y niñas con problemas o discapacidades, o las personas encargadas del cuidado de mayores (Asiedu et al., 2018)[4].
2. Número de hijas/os
La mayoría de los estudios han demostrado que cuanto mayor es el número de hijos/as mayor es el nivel de conflicto trabajo-familia, esto se debe al tiempo que requiere el cuidado de estos. (Fettro & Nomaguchi, 2018)[5].
3. Edad de hijas/os
Cuando las/os menores aún no tienen edad para ir al colegio los estudios muestran que los niveles de conflicto son más elevados, debido a que requieren más cuidado y atención por parte de sus padres/madres (Nomaguchi & Fettro, 2019)[6].
4. Tipo de familia
En el caso concreto de las familias monoparentales se suele asumir que, debido a tener que atender individualmente a las necesidades familiares, tienen mayores niveles de conflicto. Curiosamente, los estudios en esta materia no son, de momento, concluyentes, con pruebas tanto de mayores niveles de conflicto (Reimann et al., 2019)[7] como de una falta de relación con el nivel de conflicto (Moilanen et al., 2019)[8].
5. Tareas del hogar
En el caso de las tareas del hogar, los estudios muestran que las personas que sienten que sus parejas colaboran menos que ellas en las tareas del hogar tienen niveles de conflicto trabajo-familia más elevados (Cerrato & Cifre, 2018)[9]. Además, los niveles de conflicto son aún más elevados cuando solo uno de los integrantes de la pareja trabaja, en especial, cuando su horario de trabajo es irregular (Smoktunowicz & Cieślak, 2018)[10].
6. Tensiones familiares psicológicas
Dentro de este elemento podemos identificar las presiones familiares, la sobrecarga parental, el estrés parental, o los conflictos familiares, entre otros. Estas cuestiones han sido probadas como causa de mayores niveles de conflicto, debido al malestar psicológico general que provoca y a la necesidad de dedicar tiempo a solucionar estas situaciones. (Minnotte & Minnotte, 2018)[11]
7. Recursos económicos
Los estudios no han demostrado que los recursos económicos sean una causa directa de conflicto trabajo-familia, pero sí un potenciador. Es decir, los bajos ingresos por sí solos no generan conflicto, pero si se juntan con los elementos ya descritos hacen que el conflicto aumente mucho más. (Reimann et al., 2019)[12]
8. Apoyo familiar y de pareja
El apoyo de familiares cercanos ha sido probado como un elemento que reduce los niveles de conflicto. Además, también ayuda a moderar las presiones familiares y el cansancio emocional. (Pluut et al., 2018)[13]
¿Qué consecuencias tiene el conflicto trabajo-familia?
Las investigaciones han puesto de manifiesto que la exposición al conflicto trabajo-familia tiene consecuencias sobre la población trabajadora y sus familias, y también sobre las empresas y la sociedad[14] (LINK).
Una de las principales consecuencias identificada es el efecto negativo sobre la salud general y, particularmente, sobre la salud mental. Con relación a este último punto se han estudiado alteraciones como la tensión psicológica, los cambios de humor e irritabilidad, el agotamiento emocional, la ansiedad o la depresión[15] (LINK).
Por otro lado, también se ha asociado la exposición al conflicto trabajo-familia con efectos negativos en la familia que se exponen a continuación.
¿Qué efectos tiene el conflicto trabajo-familia en la familia?
Con relación a las consecuencias del conflicto trabajo-familia se han identificado en la investigación los siguientes efectos de este conflicto en la familia:
1. Apoyo familiar
Aunque parezca raro hablar del apoyo familiar como consecuencia de los niveles de conflicto, los estudios han mostrado que cuando una persona tiene niveles altos de conflicto, el núcleo familiar tiende a darle menos apoyo personal. Conforme a Li et al. (2021)[16] esto podría deberse a que las emociones negativas no gestionadas dentro del ámbito familiar afectan a las relaciones personales que existe con cada uno de ellos.
2. Satisfacción familiar
Mayores niveles de conflicto se traducen en una menor satisfacción familiar, una menor calidad de vida familiar y un peor desempeño de los roles personales que son asignados dentro de la familia (Burch, 2020)[17].
3. Satisfacción de pareja y calidad de la relación
Los estudios muestran que un mayor nivel de conflicto trabajo-familia es asociado con una peor satisfacción matrimonial y peor calidad de la relación de pareja (Yoo, 2022)[18]. Además, cuando una persona experimenta diferentes conflictos, estos se amplifican entre sí.
4. Relaciones parentales
Los estudios analizados muestran que cuanto mayores son los niveles de conflicto trabajo-familia de una persona, menores son las interacciones entre padres/madres e hijos/as y menor es la involucración en su desarrollo (Kuo et al., 2018)[19]. Además, el estilo parental también se ve afectado por un mayor nivel de conflicto, identificándose en estos casos un estilo más irritable, brusco, mayores niveles de estrés y sobrecarga parental (Hess & Pollmann-Schult, 2020)[20], así como menos muestras de afecto, interacciones y acercamiento, y una menor confianza en el desempeño del papel paternal/maternal (Matias et al., 2017)[21].
5. Bienestar y comportamiento de las hijas/os
Por último, estudios recientes han mostrado una relación negativa entre los niveles de conflicto trabajo-familia experimentados por los padres/madres y la salud general de los hijos/as, su salud mental y problemas de comportamiento. Ejemplo de ellos es el estudio realizado por Yucel & Latshaw, 2021[22], en el cual se entrevistaron a 504 padre/madres con el fin de analizar los efectos del conflicto trabajo-familia sobre sus hijos/as.
En definitiva, el conflicto subjetivo trabajo-familia es una dimensión psicológica y emocional de gran relevancia en la cuestión de la conciliación, e incide de manera clara en cómo las personas trabajadoras viven su realidad laboral y familiar.
Es clave fomentar medidas políticas, sociales y laborales que presten apoyo para prevenir o hacer frente a estas vivencias de conflicto trabajo-familia, y abordar las situaciones familiares y laborales que los generan para reducir su incidencia en nuestro entorno.
[1] Eurofound. Living, Working and COVID-19, COVID-19 Series. Publications Office of the European Union: Luxembourg. Available online: https://www.eurofound.europa.eu/publications/report/2020/living-working-and-covid-19
[2] S. Michel, M. Kotrba, K. Mitchelson, A. Clark, AND B. Baltes (2010). “Antecedents of work–family conflict: A meta-analytic review” http://dx.doi.org/10.1002/job.695
[3] Reimann, Schulz, K. Marx, Lükemann (2022). The family side of work-family conflict: A literature review of antecedents and consequences. http://dx.doi.org/10.20377/jfr-859
[4] Asiedu, E. E. A., Annor, F., Amponsah-Tawiah, K., & Dartey-Baah, K. (2018). Juggling family and professional caring: Role demands, work-family conflict and burnout among registered nurses in Ghana. Nursing Open, 5(4), 611–620. http://dx.doi.org/10.1002/nop2.178
[5] Fettro, M. N., & Nomaguchi, K. M. (2018). Spousal problems and family-to-work conflict among employed US adults. Journal of Family and Economic Issues, 39(2), 277–296. http://dx.doi.org/10.1007/s10834-017-9555-2
[6] Nomaguchi, K. M., & Fettro, M. N. (2019). Childrearing stages and work-family conflict: The role of job demands and resources. Journal of Marriage and Family, 81(2), 289–307. http://dx.doi.org/10.1111/jomf.12521
[7] Reimann, M., Marx, C. K., & Diewald, M. (2019). Work-to-family and family-to-work conflicts among employed single parents in Germany. Equality, Diversity and Inclusion, 39(5), 513–531. https://doi.org/10.1108/EDI-02-2019-0057
[8] Moilanen, S., Aunola, K., May, V., Sevón, E., & Laakso, M.-L. (2019). Nonstandard work hours and single versus coupled mothers’ work-to-family conflict. Family Relations, 68(2), 213–231. https://doi.org/10.1111/fare.12353
[9] Cerrato, J., & Cifre, E. (2018). Gender inequality in household chores and work-family conflict. Frontiers in Psychology, 9, 1330. http://dx.doi.org/10.3389/fpsyg.2018.01330
[10] Smoktunowicz, E., & Cieślak, R. (2018). How job and family demands impact change in perceived stress: A dyadic study. International Journal of Occupational Medicine and Environmental Health, 31(2), 199–215. https://doi.org/10.13075/ijomeh.1896.01134
[11] Minnotte, K. L., & Minnotte, M. C. (2018). Work-family conflict among dual-earners: Are partner, family, and friends resources or liabilities? Journal of Family and Economic Issues, 39(2), 258–276. https://doi.org/10.1007/s10834-017-9561-4
[12] Reimann, M., Marx, C. K., & Diewald, M. (2019). Work-to-family and family-to-work conflicts among employed single parents in Germany. Equality, Diversity and Inclusion, 39(5), 513–531. https://doi.org/10.1108/EDI-02-2019-0057
[13] Pluut, H., Ilies, R., Curşeu, P. L., & Liu, Y. (2018). Social support at work and at home: Dual-buffering effects in the work-family conflict process. Organizational Behavior and Human Decision Processes, 146, 1–13. https://doi.org/10.1016/j.obhdp.2018.02.001
[14] Allen, T. D., Herst, D. E., Bruck, C. S., & Sutton, M. (2000). Consequences associated with work-to-family conflict: a review and agenda for future research. Journal of occupational health psychology, 5(2), 278-308.
[15] Frone, M. R. (2000). Work–family conflict and employee psychiatric disorders: The national comorbidity survey. Journal of Applied psychology, 85(6), 888.
Gisler, S., Omansky, R., Alenick, P. R., Tumminia, A. M., Eatough, E. M., & Johnson, R. C. (2018). Work‐life conflict and employee health: A review. Journal of Applied Biobehavioral Research, 23(4), e12157.
[16] Li, A., Shaffer, J. A., Wang, Z., & Huang, J. L. (2021). Work-family conflict, perceived control, and health, family, and wealth: A 20-year study. Journal of Vocational Behavior, 127, 103562. https://doi.org/10.1016/j.jvb.2021.103562
[17] Burch, T. (2020). All in the family: The link between couple-Level work-family conflict and family satisfaction and its impact on the composition of the family over time. Journal of Business and Psychology, 35(5), 593– 607. http://dx.doi.org/10.1007/s10869-019-09641-y
[18] Yoo, J. (2022). Gender role ideology, work-family conflict, family-work conflict, and marital satisfaction among Korean dual-earner couples. Journal of Family Issues, 43(6), 1520–1535. https://doi.org/10.1177/0192513X211026966
[19] Kuo, P. X., Volling, B. L., & Gonzales, R. (2018). Gender role beliefs, work-family conflict, and father
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[20] Hess, S., & Pollmann-Schult, M. (2020). Associations between mothers’ work-family conflict and children’s psychological well-being: The mediating role of mothers’ parenting behavior. Journal of Child and Family Studies, 29(6), 1561–1571. http://dx.doi.org/10.1007/s10826-019-01669-1
[21] Matias, M., Ferreira, T., VIEIRA, J., Cadima, J., Leal, T., & M. MATOS, P. (2017). Work-family conflict, psychological availability, and child emotion regulation: Spillover and crossover in dual-earner families. Personal Relationships, 24(3), 623–639. http://dx.doi.org/10.1111/pere.12198
[22] Yucel, D., & Latshaw, B. A. (2021). How do mothers’ and fathers’ work-family conflict impact children’s problem behaviors? Journal of Family Issues, 42(3), 571–598.
https://doi.org/10.1177/0192513X20926209
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