Departamento de Cultura y Política Lingüística

62. Torre de Barroeta (Markina-Xemein)

ETAPA 5: MARKINA-XEMEIN • GERNIKA-LUMO

Un enclave señorial

A partir del siglo XIV se hace ya generalizada la violencia de los dos bandos (oñacinos y gamboínos) en los que se dividen diversos linajes hidalgos vascos. La historia de esta enconada guerra no difiere sustancialmente de las que se producen en otras partes de Europa. Parece que, las rencillas entre familias con intereses opuestos terminan por convertirse en una lucha sin cuartel que mezcla conflictos por cuestiones materiales con la defensa del honor del linaje y venganzas por afrentas pasadas. En algunas comarcas las casas de mayor importancia se posicionarán en bandos diferenciados, formando parte de los servicios y solidaridades que se deben dentro de cada facción. En otros lugares, existían linajes hegemónicos que controlaban vastos territorios gracias al sometimiento de casas menores. Finalmente, se producían choques entre miembros de la misma facción, con intereses encontrados por situarse en una misma comarca o población, pero sin la capacidad de someter definitivamente al adversario.

Este es el caso de los Barroeta y sus oponentes, los Ugarte. Recientes investigaciones sugieren que, en realidad, ambas casas provienen de un tronco común, los Markina, que se habría desgajado ya para 1355. En casos como éstos era común que, ante un desarrollo similar de su poder económico y social, ninguna de las ramas de la familia quisiera ceder su primacía ante el otro. Ciertamente, ambos solares contaron con sendas ferrerías, una de las principales vías de enriquecimiento y encumbramiento social en la Baja Edad Media del País Vasco cantábrico. Por lo que sabemos gracias al archivo familiar de los Barroeta, éstos contaban también con más de media docena de caseríos de los que recibían renta, así como varias propiedades de explotación ganadera y forestal (seles) en los montes de la comarca.

Las disputas entre las dos familias se centraron, a mediados del siglo XV, en el patronazgo de la iglesia de Santa María de Xemein, que contaba con una nutrida y deseada cantidad de diezmos provenientes de los vecinos de la jurisdicción de la villa de Markina. Así las cosas, los enfrentamientos pervivieron a la sentencia que repartía en dos mitades estos derechos de patronato (una mitad para el concejo de la villa y la otra, a medias, entre los linajes contendientes). De hecho, en 1470, los Ugarte incendiaron la torre de los Barroeta. Este episodio tardío de la lucha señorial en Bizkaia pone de relieve los enconados odios que se suscitaron a causa de rivalidades y agresiones prolongadas durante generaciones.

La torre de Barroeta

Se constituye de un cuerpo prismático principal, de gran desarrollo vertical. Contra esta torre aparecen otros edificios menores, uno de los cuales aprovecha un antiguo patio cerrado con un muro, único acceso a la torre. En la construcción del edificio principal se adivinan varias fases de construcción. La más antigua es la que ocupa la planta baja y la primera. Realizada en mampostería, solamente cuenta con un vano de acceso dovelado ojival y estrechas saeteras para iluminación y defensa de la casa, siendo destacable, por su forma, la del primer piso en la pared sur. Consideramos que estas paredes bajas formaban parte de la torre incendiada en 1470.

Por otra parte, esta primera fase se completa con otra en la que se empleó sillarejo calizo y es la parte en la que se abrió una ventana geminada ojival. Además, cuenta con una línea de ménsulas que pudieron haber sostenido, o bien el alero del tejado o bien un piso bajocubierta formado por un levante de madera, hoy perdido. Puede tratarse de la reconstrucción inmediatamente posterior a 1470.

En todo caso, una esquina (la suroeste) parece haberse desplomado (puede verse una grieta vertical), quizá en época moderna y tuvo que reconstruirse. Además de rehacer la parte dañada, esta nueva pared de mampostería añade un piso sobre la línea de ménsulas ya descrita. Los vanos que se abren son adintelados y en la nueva planta superior la mayoría son ventanas de gran amplitud. Llama la atención, también los restos de un cadalso en este piso, posiblemente un excusado.

El conjunto se completa con la ermita de Santa Ana y San Joaquín y los restos de la ferrería y del molino, conocidos con el nombre de Oxillain.

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