83. Iglesia de Santa María (Gernika-Lumo)
ETAPA 6: GERNIKA-LUMO • BILBAO
Una iglesia para una villa medieval
La villa de Gernika fue fundada en 1366, en lo que era la zona portuaria de Lumo, anteiglesia de la que se desgajaría en aquel momento. Ya se encontraba habitado en el momento de la concesión del fuero y fue, seguramente, el dinamismo y crecimiento económico y comercial del enclave el que motivó la necesidad de dotarla de un marco legal y separalo de su antigua jurisdicción.
El cambio jurídico que supuso el fuero motivó también la ordenación interior del nuevo espacio urbano delimitado y separado del ámbito rural. En este planteamiento, la iglesia de Santa María de Gernika quedó incluida en la esquina suroeste.
En las villas vascas de la Baja Edad Media, las parroquias, en general una única intramuros por cada población (con excepciones), debían dar servicio a una población abundante y creciente. Esta necesidad generaba dos consecuencias paralelas pero relacionadas. La primera era la necesidad de ampliar los templos para dar cabida a una asistencia más nutrida. La segunda era el aumento de clérigos que participaban en las misas, administración de sacramentos, misas de difuntos, capellanías, etc.
Para dar una respuesta a estas necesidades existía una fiscalidad que era propia de las parroquias. Sin contar con las limosnas y otras ofrendas, los ingresos de la parroquia provenían de dos vías. La primera eran los diezmos que servían para sufragar el servicio de los clérigos. Para ello, se intentaba buscar un equlibrio entre el número de clérigos a instaurar y los ingresos que generaba este impuesto. Durante el Antiguo Régimen era muy frecuente realizar cambios en la organización de los sacerdotes, para aprovechar al máximo los ingresos de que disponían. Por otra parte, se recaudaba la primicia, que estaba destinada al mateniemiento físico del culto: obras en el templo, iluminación, compra de libros y vestiduras, etc.
Los cargos de los clérigos en las parroquias del Antiguo Régimen se conocían con el nombre de beneficios y eran vitalicios. En las villas, en general, estos clérigos solían formar parte de los mismos linajes que ocupaban los cargos públicos del concejo, que eran las familias de mayor influencia y poder económico. Así, tanto los clérigos como los miembros del concejo solían coincidir en la necesidad de ampliar, enriquecer y solemnizar los templos, que constituían uno de los elementos identitarios de los pueblos y villas. Por decirlo de alguna forma, era uno de los símbolos de la prosperidad y la capacidad de sus habitantes, en este caso, los guerniqueses.
Así, especialmente al final de la Edad Media y durante el Renacimiento se reconstruyeron muchas de las iglesias urbanas, con un elevado coste económico y una complejidad técnica importantes. Esto ha motivado que conformen una parte muy importante del patrimonio construido del País Vasco.
Una iglesia monumental
El templo de Santa María de Gernika combina los estilos gótico y renacentista, con algunos añadidos barrocos (la espadaña). Se comenzó a construir a mediados del siglo XV, fase de la cual proceden el ábside con el pasillo triforio que lo bordea, la portada ojival y parte de los muros perimetrales. El edificio presenta una planta de salón con triple cabecera, ochavada. Las bóvedas de crucería renacentistas, de tracería, se levantan sobre sobrias columnas renacentistas.
En el proyecto gótico, sin embargo, se preveía que las naves laterales fueran más bajas que la central. Así, la disposición actual de las bóvedas obedece a la voluntad de crear un espacio interior único.
Por otra parte, en el interior, se pueden visitar también las capillas particulares de los laterales, bajo arcosilios. En el exterior, destaca la portada gótica, abocinada, con rica ornamentación escultórica, entre la que se destaca el parteluz, con la Virgen sosteniendo al Niño Jesús.