Departamento de Cultura y Política Lingüística

101. Iglesia de Santa María de Aretxalde (Lezama)

ETAPA 6: GERNIKA-LUMO • BILBAO

Una iglesia de patronato

Durante el Antiguo Régimen existía un régimen de patronato en las parroquias del País Vasco, especialmente en la vertiente cantábrica. Algunas estaban en manos de los concejos de las villas o en el de los vecinos de la localidad, pero muchas de ellas, sobre todo en Bizkaia, las ostentarán los Parientes Mayores.

¿En qué beneficiaba ser el patrón de una iglesia? Para un señor, el patronato significaba varias cuestiones. Por un lado, al que lo ostentaba se le reconocía un estatus social superior respecto a los demás vecinos: consistía en una figura paternalista respecto a la comunidad religiosa. El patrón debía asegurar el culto en la iglesia y, a cambio, se le reconocían una serie de derechos, como el de enterrarse y sentarse en los sitios más destacados del templo o el de situar el escudo del linaje en un lugar preminente del mismo. Entre las condiciones que debía cumplir estaba la de sufragar la presencia de uno o varios clérigos que permitieran el culto suficiente considerando el número de parroquianos que existía. Para ello recibían los diezmos, que como patrón repartía entre los sacerdotes (que normalmente él mismo elegía). Sin embargo, esto sucedía en escasas ocasiones, ya que estos señores empleaban estos bienes en su propio beneficio y destinaban pocos medios al clero.

Por este motivo, a fines de la Edad Media, tras el apoyo de los reyes de Castilla a la causa de la pacificación del Señorío de los linajes no involucrados en la Lucha de Bandos, comienza una batalla judicial para exigir la regularización en las parroquias. Los parroquianos de diferentes iglesias iniciaron acciones judiciales para lograr que los señores respetaran las normas de juego y destinaran una mayor cantidad del diezmo al culto en lugar de derivarlo a su economía familiar. En muchos casos se consiguió su propósito, bien porla vía judicial o por haber alcanzado acuerdos.

En el caso de la parroquia de Santa María de Aretxalde, su origen permanece en la tiniebla, pero algunas fuentes afirman que fue construida por los Oxangoiti, un linaje de hidalgos de la zona de Lezama. No obstante, pronto entroncará con los Muxika, cabezas de bando en Bizkaia que lo mantendrán hasta el siglo XVIII.

La iglesia de Aretxalde

La arquitectura actual de la iglesia de Santa María combina una factura tardogótica (siglo XVI) con la reforma realizada a comienzos del siglo XVIII. Así, el templo se organiza en tres naves, siendo la central de mayor altura que las laterales. La bóveda en el centro es de tracería, con las claves decoradas con motivos solares, heráldicos, etc. Sin embargo, la cubrición de las naves laterales es de una crucería lisa. Tampoco las forma y las decoraciones de los pilares encaja con el estilo tardogótico. Lo cual da a entender que son fruto de proyectos diferentes.

Si observamos el sistema de sostención del techado observaremos que los pilares se componen de dos partes. Una presenta columnillas adosadas en las que se apoyan los nervios de las bóvedas centrales; la otra, que se adosa desde los laterales, es de planta rectangular y sin decoración. Además, los arcos ojivales aparecen rellenados con sillarejo para formar otros arcos de medio punto más bajos. Con esta modificación se restó esbeltez a la edificación original, pero se le aportó solidez, que quizá era algo de lo que carecía. Además, se redujo la altura que se iba a otorgar a las naves laterales. Quizá hubo problemas de estabilidad en las naves laterales y se decidió rebajar la altura, aunque también posible que la obra quedara sin terminar y después se decidiera cambiar la traza de la iglesia.

De la fase del siglo XVIII destacan la cúpula del presbiterio, decorada con pinturas como un cielo abierto, así como el retablo mayor y los colaterales, de estilo rococó (hacia 1740). Destacar, de la misma época, el púlpito.

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