235. Humilladero de Zambrana (Zanbrana)
ETAPA 7: LA PUEBLA DE ARGANZÓN • BRIÑAS
Las cruces y humilladeros de los caminos
La señalización de los caminos es y ha sido una necesidad a la que el ser humano ha respondido de diversas maneras. Una de ellas se ha materializado en los hitos, por ejemplo, que son señales clavadas en el suelo que sirven para delimitar un territorio o una propiedad, para indicar las distancias de un punto a otro, o dar información acerca de la dirección del camino. En las vías de peregrinación no obstante, además de los mencionados se observan otros elementos que cuentan con un fuerte simbolismo religioso, omnipresente en el viaje del peregrino, para atender a sus necesidades espirituales. A lo largo del Camino de Santiago, tanto en la propia vía como en los núcleos de población que lo jalonan, son comunes los cruceros y las cruces de término. Se trata de cruces dispuestas sobre columnas, ante las cuales el peregrino podía detenerse y orar, o acogerse a las mismas como elemento de protección. Y es que la cruz, el emblema de la cristiandad, y elemento vinculado a Cristo vencedor ante la muerte, también asumió un simbolismo protector, de ahí su aparición en numerosos lugares como, por ejemplo, son las puertas o los tejados de las casas.
Otro elemento común en la ruta jacobea, más complejo en su constitución que las cruces, es el humilladero. Se trata de construcciones techadas pero abiertas por todos los lados (a modo de baldaquino) que albergan en su interior una cruz o una figura. Constituyen pequeños lugares de devoción situados a las afueras de los núcleos de población al borde del camino. El hecho de que presentan una cubrición es una forma de proteger la cruz o figura que guarda en su interior, además de monumentalizarlo. Su ubicación en la entrada o salida de los núcleos de población adquiría un simbolismo de protección para el propio núcleo, protegiendo así a los habitantes de aquellos que venían de fuera, que debían santiguarse y orar al pasar por sus inmediaciones.
El humilladero de Zambrana
El humilladero de Zambrana se encuentra al oeste del núcleo de población, en la entrada a la misma por el camino que proviene de Miranda de Ebro. Es un núcleo que forma parte de la ruta jacobea y del Camino Real, haciendo de Zambrana un importante nudo de comunicación en el que comerciantes y peregrinos de todas las nacionalidades se daban encuentro, y en el que se llevaba a cabo una importante actividad económica.
Fue construida en el siglo XVI, y presenta un estilo renacentista. Se compone de una columna acanalada ubicada sobre un pequeño podio, y antaño estaba coronada por una cruz. La cubierta la forma una construcción de planta cuadrada abierta en sus cuatro lados mediante vanos que presentan arco de medio punto. Tres de los lados se hallan cerrados por su parte baja mediante muretes, mientras que la cuarta se encuentra abierta y permite el acceso al interior. Construida en fábrica de sillería, presenta un tejado de faldón con losetas, mientras que por el interior se cubre por medio de una bóveda nervada. La decoración en general es sencilla, y en ella destacan las ménsulas historiadas donde descansan los nervios de la bóveda.
La historia oral recoge el recuerdo de los habitantes de que durante la Semana Santa se acudía al lugar en actitud de penitencia. El humilladero de Zambrana es, por tanto, un elemento del camino, con una gran simbología para el viajero y para la propia población, que se acogen a su protección.