A lo largo de las últimas décadas, la actitud de la sociedad hacia el medio ambiente ha sufrido un cambio notable. Antiguas posiciones que consideraban la naturaleza como un mero recurso económico han dado paso a posturas que incorporan como una premisa ineludible la conservación del medio ambiente. En el caso de los medios fluviales, este cambio de actitud ha supuesto una notable mejora de su calidad ecológica. Este hecho resulta apreciable con un simple vistazo a cualquiera de nuestros ríos: las aguas, antes profundamente contaminadas, discurren ahora más saludables. También en el caso de las obras que afectan a los cursos de agua se han introducido mejores sensibles: donde en el pasado se ejecutaba actuaciones que generaban importantes impactos ambientales, hoy en día se abordan intervenciones en las que se tiene muy en cuenta la conservación y restauración de los valores ecológicos
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