El papel tradicional de la escuela respecto de la salud era enseñar las normas básicas de la higiene, que llegó a ser una asignatura en los colegios femeninos. La escuela del siglo XXI, por su parte, ha asumido los valores de la educación ambiental, que no son otros que la solidaridad y el respeto a la vida; por ello, necesita, hoy más que nunca, la colaboración de todas las partes implicadas en la labor educativa —administración, familia y sociedad—, para no perder la esperanza de poder "crear" en la comunidad escolar el modelo de una sociedad más tolerante, justa y solidaria.
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