159. Fuerte y ermita de Santa Barbara (Hernani)
ETAPA 2: HERNANI • TOLOSA
El alto de la loma de Santa Bárbara
Santa Bárbara a pesar de no ser un monte que destaque por su gran altitud, dado que la cumbre está a 249 metros sobre el nivel del mar, ha sido y es una importante atalaya natural que cuenta con un gran dominio visual sobre todo el territorio que lo rodea: controla Galarreta, Oriamendi, el valle del Urumea, Urnieta y Andoain. EL monte Santa Bárbara ha mantenido una estrecha relación a lo largo de la historia con el núcleo poblacional de Hernani, el cual se ha ido desarrollando a sus pies y bajo su amparo.
El monte debe su nombre a la ermita homónima ubicada en lo alto, de la cual hay constancia documental desde el siglo XVI. Desde su fundación la ermita fue de patronato concejil, es decir que la villa de Hernani era la encargada de su gestión (tenía el cometido de velar por su mantenimiento, tomar decisiones sobre la obras a realizar, realizar los nombramientos del mayordomo y la serora, etc.). La ermita que ha llegado a nuestros días no obstante no es el primitivo templo, ya que en el año 1955 se tomó la decisión de trasladarla al emplazamiento que hoy ocupa en lo alto del monte. En el lugar donde se ubicaba la primitiva ermita hoy se sitúa un caserío-restaurante, siendo su puerta con arco de medio punto dovelado y unas hornacinas presentes en el interior lo único que se conserva de aquel templo.
La reedificación de la ermita en la cima del monte se llevó a cabo a mediados del siglo XX, en un momento en el que las instituciones del Franquismo alientan las exaltaciones católicas. Así, en este período, se construyeron numerosos monumentos religiosos, como es el caso de la de Santa Bárbara (la nueva) o de las cruces de hormigón de grandes dimensiones que coronan muchos de los montes vascos.
A día de hoy la ermita está incluida entre los restos de un fuerte, constituyendo un conjunto patrimonial contemporáneo. Debido a su excelente ubicación y al control que sobre el territorio otorgaba el monte Santa Bárbara, no es de extrañar que en algún momento de la historia haya jugado un papel militar. Y este llegó a Santa Bárbara principalmente en el contexto de la Revolución Liberal, si bien ya a finales del siglo XVII se planteaba la posibilidad de fortificar el alto de la loma (así lo testimonia un documento de 1697). Sin embargo, no fue hasta finales del siglo XVIII cuando esta idea se materializó, cuando en 1793 la Diputación de Guipúzcoa solicitó al Ayuntamiento de Hernani la fortificación del altozano. Desde su construcción el fuerte fue utilizado y reconstruido en más de una ocasión para los conflictos bélicos que acaecieron, siendo escenario de cuatro enfrentamientos militares en 150 años: La Guerra de la Convención (1793-1795), la primera y la tercera Guerras Carlistas a las cuales debe principalmente su actual fisonomía (1833-1840 y 1872-1876 respectivamente), y la Guerra Civil (1936-1939).
El conjunto de la ermita y el fuerte de Santa Bárbara
El fuerte, cuya última reconstrucción data de 1874, mantuvo la fisonomía con que se la dotó en la primera Guerra Carlista. De planta poligonal, se ubica en un saliente de la cumbre oriental del monte Santa Bárbara y se extiende por medio de un pasadizo hacia el oeste, en dirección al punto más álgido del monte, lugar donde se asienta la ermita. El fuerte presenta muros de fábrica de mampostería y se compone de tres cubos y una torre con almenas y ventanas saeteras. Posee dos entradas, una al Norte y al Sur la segunda. En su interior se encuentran diversas edificaciones, algunas de las cuales se encuentran adosadas a los muros.
Atravesado el pasadizo que se eleva hacia la zona alta y ascendiendo por una pequeña escalinata, se llega a la ermita. Esta fue construida en auzolan (trabajo comunitario) por vecinos del lugar, a quienes el Ayuntamiento, junto con el Club Deportivo Hernani, aportó ayuda material. El templo es de planta circular, y constituye una de las dos únicas ermitas de este tipo en Gipuzkoa (la otra es la de San Isidro de Errezil). Con una cubierta cónica, presenta una entrada con un arco de medio punto que se halla cerrado por una verja. Sobre el arco de entrada se eleva una alargada espadaña que alberga una campana bajo un pequeño tejado a cuatro aguas. El templo está coronado por una cruz. En su interior se ubica un altar central con dos tallas que representan a Santa Bárbara y a San Ignacio.