Departamento de Cultura y Política Lingüística

157. Fuente y lavadero de Leokari (Hernani)

ETAPA 2: HERNANI • TOLOSA

El concepto moderno de la higiene

Fue en el siglo XIX, impulsada por las ideas del Liberalismo, que se comenzó a prestar atención al concepto de higiene y a tomar las primeras medidas que la garantizaran. Sin embargo, en el siglo anterior, de la mano de las ideas de la Ilustración, los sectores más avanzados de la sociedad ya habían comenzado a darle consideración. Con el objetivo de mejorar la salud de las poblaciones se dio un replanteamiento del acceso que tenía la población al agua, el saneamiento en los núcleos, la iluminación y ventilación en las casas, o el control de las epidemias, dado que se descubrió que muchas de ellas se transmitían a través del agua, como el cólera por ejemplo, que durante el siglo XIX causó estragos en la población.

Una de las iniciativas llevadas a cabo para la implantación de medidas higiénicas fue la construcción de lavaderos. Desde siglos atrás las mujeres lavaban la ropa en los ríos, acequias o arroyos, a la intemperie y soportando largas horas de trabajo arrodilladas y en posturas incómodas. Con la construcción de los lavaderos, las mujeres contaban en adelante con un espacio de uso exclusivo para el lavado de la ropa, que ofrecía a su vez una mayor comodidad para realizar el trabajo. Además aseguraban una mayor protección, al quedar bajo techo a salvo de las inclemencias del tiempo y protegidas de cualquier posible asaltante. Los lavaderos solían ser de propiedad municipal y contaban con un reglamento que regía el funcionamiento de la infraestructura, como los horarios por ejemplo, reguladas por el propio concejo, quien tenía el deber de velar por su mantenimiento.

El duro trabajo del lavado de la ropa era responsabilidad de las mujeres, al ser ellas las únicas que llevaban a cabo dicha tarea. De hecho, los reglamentos solían especificar la prohibición del acceso de los hombres a estas instalaciones. Así, los lavaderos se erigieron como importantes espacios femeninos, donde las mujeres, libres de la presencia de los hombres, trabajaban, a la vez que socializaban, compartiendo momentos de charlas y consejos.

El lavadero de Leokari

El lavadero de Leokari está ubicado en la bajada al barrio Elizatxo, fuera de los muros que circundaban la villa antiguamente. El agua que brota de la fuente proviene de un manantial natural que, mediante la construcción de una infraestructura a base de túneles, vierte sus aguas en el lugar.

Aunque el actual lavadero data del año 1916, su primera construcción se remonta a 1538. Desde entonces la infraestructura ha vivido varias reconstrucciones en diferentes épocas. La actual fuente-lavadero presenta un estilo neoclásico, con estructura nuclear, es decir, que los elementos que componen la instalación se organizan en torno a la pila.

El conjunto del lavadero se halla incluido en un recinto de planta cuadrangular y sus muros perimetrales de fábrica de mampostería lo cierran por tres de sus cuatro lados. Se cubre parcialmente con un tejado a una sola vertiente, que presenta estructura de madera y cubrición mediante tejas. Así, ofrece resguardo a las lavanderas que se dispondrían en torno a la pila que presenta una planta en “U” (sigue el eje del recinto). El tejado se apoya en cuatro columnas de orden toscano fabricadas con piedra arenisca.

En el lado derecho del lavadero mirando desde el acceso se encuentra la fuente, cubierta por una construcción en fábrica de mampostería y bóveda de cañón. El agua brota de tres caños y cae a un pilón. Tanto en la construcción de la fuente, como en una de las columnas del lavadero se halla inscrito el año 1896. Corresponde a la reconstrucción llevada a cabo en el recinto ese mismo año.

Compartir en

unesco