Departamento de Cultura y Política Lingüística

145. Ermita y fuente de Santa Elena (Irun)

ETAPA 1: IRÚN • HERNANI

Ama Xantalen: de su origen pagano a su reconversión cristiana

En la actual Irun tuvo lugar hace 2000 años el nacimiento de la civitas romana de Oiasso. Situada a orillas del río Bidasoa, asomando a la bahía de Txingudi, vivió su etapa más floreciente en el siglo II d.C. como núcleo de gestión del distrito minero de Peñas de Aia, donde se explotaban la plata y el plomo principalmente. La arqueología ha sacado a la luz una diversidad de elementos como son las termas, infraestructuras portuarias, de residencias y locales comerciales, construcciones de almacenaje, instalaciones productivas etc., que nos demuestran que Oiasso se constituyó en una urbe dotada de elementos propios de un asentamiento de importancia regional.

Una de las evidencias arqueológicas más reseñables correspondientes a la civitas de Oiasso son las encontradas en la ermita de Santa Elena, que alberga bajo su suelo los restos de una necrópolis de incineración correspondiente a época romana (la primera que se halló en la provincia de Gipuzkoa) y que evidencia una sociedad romanizada en sus costumbres. Además, la tradicional ubicación de este tipo de cementerios al exterior de las ciudades y al borde de las principales vías de comunicación, revela la gran antigüedad del lugar como lugar de paso.

Entre los restos hallados, destaca la aparición de un mausoleo “in antis” (un pequeño edificio funerario con un pórtico con dos columnas en la entrada), del siglo I, así como un total de 106 urnas de cerámica local. Además de ello se encontró una diversidad de materiales de época como son cuentas de vidrio, fíbulas, ungüentarios, monedas, utensilios, etc.

Tras la época romana, en un momento en el que no se ha podido concretar, pero que se cree se dio durante la Alta Edad Media, se produjo la reforma del mausoleo para habilitarlo como templo cristiano, con la instalación de un altar. Es probable que el edificio fuera amenazado por constantes crecidas del río Estebenea, por lo que al final de la Edad Media (hacia el 1500) se procedió a reconstruir y ampliar el edificio, que quedaría a una mayor altura respecto al río. En Época Moderna el edificio vivió otras remodelaciones.

Actualmente, la ermita consiste en un edificio de planta rectangular con un tejado a cuatro aguas y orientado al este. Consta de una sola nave y está construido en sillares pese a lo que muestra un aspecto muy sencillo. Destaca su puerta principal que presenta en su arco molduras de estilo isabelino. También es reseñable la pequeña espadaña de la fachada, de la que pende una campana, coronada con una cruz.

En resumen, nos encontramos en un enclave que durante veinte siglos ha sido un lugar de culto. Popularmente es conocido como “Ama Xantalen” (“ama” que significa “madre”, y “Xantalen”, una forma eukerica abreviada de Santa Elena) y en su interior destaca la figura de Santa Elena.

La fuente de Santa Elena

En el enclave encontramos otro de los elementos que forman este conjunto. Se trata de la fuente de Santa Elena, construida en las cercanías de la ermita y muy vinculada al Camino de Santiago, dada su ubicación frente al puente de Korrokoitz, por la cual pasaba el camino que conducía al vado de Behobia.

A pocos metros de la ermita se encuentra la Fuente de Santa Elena, construida con sillares, que presenta una bóveda de cañón y una fachada barrocas, propia del siglo XVII. Sobre la bóveda de cañón, en la fachada, se halla en una hornacina la imagen de Santa Elena coronada que porta en su mano una palma, símbolo de su martirio.

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