35. Ermita de San Prudentzio (Getaria)
ETAPA 3: ZARAUTZ • DEBA
Un destacado foco de devoción medieval
La ermita de San Prudentzio, rodeada de viñas de chacolí, se emplaza dentro de los términos del barrio rural de Askizu. Se trata de un sencillo templo de planta cuadrada y muros de mampostería que adquirió su actual fisonomía a partir del siglo XVI. Con todo, conserva algunos elementos arquitectónicos medievales como la portada gótica posteriormente remontada. Hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX la ermita se hallaba imbricada con el caserío homónimo, que constituía su casa seroral.
Las excavaciones arqueológicas emprendidas en esta ermita han puesto de manifiesto que a diferencia de otras muchas de origen medieval, la de San Prudentzio no constituyó en origen una iglesia que cumplía con las funciones parroquiales de una comunidad rural. A diferencia de aquellas, se trata de un santuario que fue objeto de una gran devoción ya en época plenomedieval. Este extremo queda corroborado por el descubrimiento en su interior de un tesoro compuesto por decenas de complementos de la vestimenta militar o señorial medieval. Estos complementos consistían, en parte importante, en cinturones y correajes de cuero de los que se conservan las hebillas de bronce sobredorado, así como placas decorativas de bronce sobredorado que presentan diversos motivos heráldicos y ornamentales elaborados mediante el procedimiento del esmaltado con pasta vítrea de colores. Se trata de un conjunto datado en el siglo XII, procedente, probablemente, de ofrendas de las que fue objeto este templo. Siglos más tarde, cuando estos objetos rituales, probablemente, perdieron su original significación fueron enterrados bajo el suelo de la ermita.
Un santuario milagrero
En el interior de esta sencilla ermita, además de una imagen esculpida del santo titular, obra de época moderna, destaca una magnífica escultura gótica de una virgen sedente con el niño Jesús en el regazo. Esta preciosa imagen medieval, constituye una muestra más de la devoción de la que era objeto este santuario en época medieval.
Debemos destacar otro aspecto de la ermita de San Prudentzio que llama poderosamente la atención: el importante conjunto de creencias y de rituales de sanación que permanecen aún hoy día vigentes. En efecto, este templo es escenario de tres tipo de prácticas de sanación, vestigios, probablemente, derivados de las prácticas devocionales que tenían lugar en época medieval.
En primer lugar, a los pies de la hornacina donde se halla la imagen gótica de la virgen se localiza un sillar que presenta en su centro una concavidad ocupada por un canto rodado. Los creyentes aquejados de dolores de cabeza restregar el canto en la concavidad y aplican en la cabeza el polvo resultante de la fricción como remedio para su mal.
En segundo lugar, destaca en al presbiterio de la ermita un recipiente destinado a contener aceite usado para alimentar una lámpara. Los devotos aquejados de verrugas y bultos hacen ofrendas de aceite que vierten en el mencionado recipiente del que acto seguido extraen una menor porción de aceite que se aplica sobre las prominencias cutáneas que se quieren eliminar.
En tercer lugar, las mujeres que han parido presentan a sus retoños neonatos al santuario y depositan ovillos de hilo en el altar para asegurar la salud de sus retoños.