184. Conjunto monumental de Igartza (Beasain)
ETAPA 3: TOLOSA • ZEGAMA
Igartza, de casa torre medieval a palacio solariego
Para hallar los orígenes de Igartza hay que retroceder a la Edad Media, al siglo XIII exactamente, cuando se erigió una casa torre defensiva. El objetivo con el que fue construida fue el de proteger el paso del puente y, con ello, controlar las vías de comunicación que atravesaban el valle del Oria. Y es que Igartza en sus inicios jugó un papel militar y defensivo. Con el paso del tiempo no obstante la aptitud guerrera fue perdiendo importancia e Igartza fue transformándose hasta que terminó por cumplir con una funcionalidad residencial, pasando a ser la propiedad de una distinguida y bien situada familia. Su situación estratégica en un nudo de comunicaciones, lugar donde se unían las calzadas principales como la que enlazaba Burgos con la frontera de Francia pasando por el túnel de San Adrián, o los caminos procedentes de Navarra, siempre hizo de Igartza un lugar relevante.
El origen nobiliario del señorío de Igartza vino dado de la mano del linaje de parientes mayores de los Lazcano, cabeza del bando oñacino. Fue a finales del siglo XIV cuando se instaló el primer Lazcano en la casa torre de Igartza, Garci López de Lazcano y su mujer Mariana de Igartza. Debido a ello Igartza fue escenario de algún episodio de la Guerra de Bandos y sufrió sus consecuencias con el final del conflicto. Cuando el rey Enrique IV de Castilla, apoyando a la Hermandad de la Provincia de Gipuzkoa (que habían formado las villas guipuzcoanas), mandó demoler las casas torre de numerosos linajes de la Provincia que se habían enfrentado a las villas y a la propia Hermandad, desmochando la de Igartza. Corría el año 1457.
Tras su reconstrucción y perdido ya su carácter militar-defensivo, durante cinco siglos los descendientes de Igartza se dedicaron a la explotación de los recursos del entorno, ya sea la madera de los bosques, ya el mineral de hierro, dotando a Igartza de las infraestructuras necesarias para ello. De esta forma se construyeron un molino, una ferrería y un lagar, y aprovecharon la energía hidráulica que el río Oria les ofrecía, construyendo una presa para el aprovechamiento energético.
El conjunto de Igartza
Los elementos que con el devenir de los siglos se fueron instalando en Igartza conforman hoy en día un magnífico conjunto monumental que constituye uno de los más importantes del País Vasco.
Comenzamos con el palacio de Igartza, que es el palacio de estructura de madera más grande que se conoce en el País Vasco. Fue en el siglo XVI cuando María López de Igartza mandó construirlo de nueva planta, edificándose sobre los restos del antiguo solar perteneciente a la torre medieval. De planta cuadrada, dispone de tres alturas, con fábrica de mampostería en su planta baja, y un entramado de madera y enlucido en sus alturas superiores. El palacio se organiza en torno a un patio interior que posee una galería aérea de madera, única en la Provincia, que guarda reminiscencias de los palacios renacentistas. Son reseñables las pinturas conservadas en la habitación principal en las que se representan dos barcos y algunos escritos. Junto a la entrada del palacio se encuentran los restos de una antigua estructura que pertenecen a la antigua y derruida torre medieval.
Respecto a las infraestructuras de explotación estas constituyen toda una muestra de la ingeniería de época bajomedieval del territorio guipuzcoano. Por una parte se halla la Ferrería Mayor de Igartza, construida en 1782 por el arquitecto Francisco de Ibero, una de las mejores ferrerías hidráulicas que se conservan en el País Vasco. Por otro lado se encuentra el molino hidráulico, cuya primera mención documental es del siglo XV, aunque la que ha llegado a nuestros días es posterior, del año 1740. Destaca también el lagar de sidra, incluida en la Casa Dolarea, ubicado junto al puente protegido por el palacio. La presa de madera de la ferrería que data del año 1568 fue encontrada aguas arriba en el río Oria bajo el lodazal del río. Recuperada, a día de hoy se puede ver en el interior del palacio ya que ha sido musealizada.
Por último hacer mención al puente que se ubica en las cercanías del palacio. El que observamos a día de hoy data del siglo XVI, aunque se cree que ya en el siglo XIII existía un puente primitivo. Construido en fábrica de mampostería el puente presenta una mayor altura en su parte central y salva el río Oria con dos arcos de medio punto. Junto a la misma se ubica una cruz de camino del año 1599, un elemento típico en las vías de comunicación y peregrinación. No podemos olvidar la ermita de Nuestra Señora de Belén, de factura sencilla, que completa el conjunto palaciego-preindustrial.