ETAPA 5: SALVATIERRA-AGURAIN • VITORIA-GASTEIZ

Elburgo, una villa fruto de la agrupación de aldeas

El núcleo de Elburgo contaba con una excelente ubicación en un nudo de comunicaciones, ya que a él llegaban los caminos de Barrundia y San Adrián, rutas que conducían al valle del Ebro y a la costa Cantábrica respectivamente. Estos caminos formaban parte de una ruta de vital importancia que comunicaba el territorio castellano con los puertos del Cantábrico y la frontera francesa, en la que la actividad comercial era muy próspera. Por otra parte Elburgo también quedaba a los pies de otra vía de gran importancia y antigüedad, la antigua calzada romana Ab Asturica Burdigalam que unía Burdeos con Astorga. Parte del tramo de esta calzada romana a su paso por Álava fue utilizada por los peregrinos que marchaban a Compostela en la Edad Media, conociéndose esta parte del camino como Calzada de los romanos.

La primera mención documental de Elburgo data del siglo XI, en el documento de la Reja de San Millán, donde aparece citada como Burgello. En la primera mitad del siglo XIV las aldeas del lugar decidieron reagruparse con el objetivo de obtener el título de villa y poder disfrutar de los privilegios que la fundación del villazgo otorgaba (como por ejemplo el de celebrar mercado semanal), optando por erigir como núcleo central el de Elburgo. Esto provocó que algunas se despoblaran al ser abandonadas por sus habitantes que marcharon al nuevo núcleo capital, aunque no fue el caso de todas. En el año 1337 Elburgo obtuvo el privilegio de villazgo, otorgado por el rey castellano Alfonso XI, por el cual quedaban bajo su término las demás aldeas sobre las que adquirió el derecho de ejercer la jurisdicción civil y criminal.

El núcleo urbano

El corazón del núcleo de Elburgo se ubica en un pequeño collado que se eleva sobre una zona de llanura. Se estructura a través de tres calles, las calles Mayor, Burgello y San Pedro, que ascienden desde el Este al Oeste, donde se ubica la zona más alta coronada por la iglesia parroquial. El núcleo no ha conservado su trazado medieval, ni la muralla que la rodeaba.

En lo alto se encuentra la iglesia parroquial de San Pedro que data del siglo XVI. De planta de salón, la iglesia presenta una cubierta con una bóveda nervada. Los muros son de mampostería con cadenas esquineras en sillería. Posee una portada del siglo XVI protegido bajo un pórtico posterior (1762) que presenta cuatro arcos de medio punto y que se apoya sobre pilares que presentan motivos decorativos florales. La iglesia en su interior guarda una pila bautismal del gótico tardío, que se data entre finales del siglo XVI y comienzos del XVII, y un retablo del siglo XVII.

Junto a la iglesia, a una altura inferior, se asienta un elemento arquitectónico destinado al ocio popular. Se trata de una bolera construida en el siglo XIX. El juego de bolos tiene una gran tradición en la provincia alavesa, y son muchos los pueblos que cuentan con una pista para su práctica. La variante alavesa del juego de bolos es diferente al juego tradicional y se la conoce como el bolo alavés. La diferencia de la variante alavesa radica en que la bola debe rodar sobre un tablón de madera sin salirse de ella.

Fuera del recinto amurallado se encuentra la picota del siglo XVI, utilizada para aplicar las sentencias de los condenados a los que se ataba mediante cadenas y garfios. Es una muestra de que Elburgo ejerció la jurisdicción civil y criminal en el entorno. Consiste en una columna sencilla con un capitel dórico asentado sobre un basamento escalonado, y es coronado por una veleta y una cruz de hierro.

Por último mencionar un elemento destacado de la arquitectura civil, la casa Santa Marina 6, situada en el barrio arrabal del mismo nombre. Presenta una planta rectangular y cubierta a dos aguas. De dos alturas, en su planta baja se observa un pórtico sustentado por columnas de piedra que presentan una decoración acanalada en el fuste y un capitel dórico. En la altura superior sin embargo se observa una fábrica de ladrillo que deja ver el entramado de madera. El edificio del siglo XVII constituye un destacado ejemplo de arquitectura doméstica popular.

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