Departamento de Cultura y Política Lingüística

34. Conjunto del monte San Antón (Getaria)

ETAPA 3: ZARAUTZ • DEBA

Una atalaya y un puerto natural

El monte San Antón, cuya silueta hace que se conozca popularmente como“Ratón de Getaria”, dejó de ser una isla a partir de que fuera definitivamente unida a tierra firme mediante un malecón cuya construcción arrancó a mediados del siglo XV. Constituía la de mayor elevación entre todas las islas de la costa vasca y la atalaya dispuesta en su cumbre constituye uno de los mejores puestos de observación de toda la costa, cuyo campo de visión abarca desde el Cabo Matxitxako hasta las playas de las Landas (Francia). Se trata de un monte escarpado en cuyos solitarios acantilados anidan colonias de gaviotas y otras especies de aves.

Al pie de su acantilado meridional se emplaza el puerto viejo de Getaria comunicada con la villa a través del malecón que unía la isla con tierra firme. Esta función protectora de las actividades portuarias ejercida de manera natural por San Antón, sería mejorada mediante sucesivas obras humanas construidas a lo largo de los siglos. En los dos emplazamientos de su atalaya, uno situado sobre el farallón rocoso, que semeja la cabeza del Ratón, y otro en la cumbre del monte, se pueden observar construcciones destinadas a dar cobijo a los atalayeros. En el primero, desde época medieval se ubicaba la ermita de San Antón, cuyos cimientos permanecen aún visibles junto al faro construido en el siglo XIX. El ermitaño de San Antón era quien ejercía las funciones de atalayero. En el segundo destaca el edificio de la atalaya, obra de principios del siglo XX, conocido como Katxapo.

En la ladera meridional que da al puerto, además de los viejos muelles del siglo XV, se ubicaban las ermitas medievales de San Gregorio, destruída por los temporales, y de San Pedro de Ugarte, sede primigenia de la Cofradía de Mareantes de San Pedro de Getaria. Junto a estos centros religiosos y asistenciales a lo largo de los siglos se fueron emplazando lonjas y cabañas para dar servicio a las labores que desarrollaban los pescadores en tierra. Algunas de estas viejas lonjas perduran todavía al pie del monte San Antón, aunque la mayoría están en desuso a raíz del traslado de las actividades de los pescadores hacia otros emplazamientos a partir de las sucesivas obras de ampliación de los muelles acometidas a partir de 1919.

Un paseo a través de la historia militar

El monte San Antón constituye hoy día un espacio natural protegido del que podemos disfrutar paseando a través de la red de caminos y senderos que lo atraviesan y le confieren una apariencia de parque. La belicosa historia de Getaria motivó que también se fortificara el monte San Antón durante distintos enfrentamientos del pasado. A día de hoy destacan los vestigios de las obras de fortificación que se acometieron durante la Primera Guerra Carlista (1833-1839) y volvieron a estar en uso durante la Última Guerra Carlista (1872-1876). Destacan, por una parte, los restos de los muros y de las obras terreras del Fuerte o Castillo de San Antón, emplazado en la cumbre del monte y distribuidos en torno al edificio de la atalaya llamado Katxapo. Por otra parte, a lo largo del borde de acantilado de la vertiente meridional del monte se conservan varios emplazamientos de baterías, desde los que la artillería liberal batía la villa y los territorios de su entorno ocupados por el ejército carlista. Estas antiguas baterías hoy en día semejan miradores que disponen de una envidiable vista y en alguna de ellas se conservan los restos de cuevas excavadas en la roca destinadas a contener pólvora y munición.

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