Departamento de Cultura y Política Lingüística

190. Conjunto del Casco Histórico de Segura (Segura)

ETAPA 3: TOLOSA • ZEGAMA

Una plaza fronteriza

Segura fue un núcleo de gran importancia dentro del territorio guipuzcoano. Contó con una importante situación estratégica respecto a las vías de comunicación, ya que era lugar de obligado paso en la ruta que iba de Burgos a la frontera francesa (entrando en territorio guipuzcoano por el paso de San Adrián), y como lugar fronterizo entre los Reinos de Castilla y Navarra. Fue en el año 1256 cuando el rey Alfonso X otorgó al núcleo el privilegio de villazgo. Su ubicación sobre una loma le otorgaba mayores capacidades de defensa y estas fueron reforzadas con la construcción de una muralla. De esta forma Segura se erigió como una plaza fronteriza contra el Reino de Navarra.

Las exenciones y privilegios que posteriormente le concedió a la villa el rey Sancho IV en 1290 convirtió a Segura en un foco de atracción para los núcleos del entorno, que interesadas por las ventajas que ofrecían y con objetivo de beneficiarse de las mismas pasaron a formar parte de su jurisdicción. De esta forma las colaciones de Astigarreta, Zegama, Zerain, Gabiria, Gudugarreta, Idiazabal, Legazpi, Mutiloa y Ormaiztegi pasaron a formar parte de la jurisdicción de la villa de Segura.

Tras un desastroso inicio de siglo XV, en la que la villa se vio asolada por la peste y por un incendio, Segura se recompuso y vivió una etapa dorada en la segunda mitad del siglo XV y el XVI. A su estratégica situación y al hecho de contar con la dependencia de numerosas aldeas aledañas, se le sumó la circunstancia del establecimiento de una aduanilla destinada al cobro de mercaderías que entraban o salían de Navarra. En el antiguo sistema de rentas comerciales el cordón aduanero con el Reino de Navarra en el territorio guipuzcoano se situaba en Tolosa, que era la aduana principal, y se apoyaba con dos aduanillas más que estaban ubicadas en Segura y Ataun. Además de ello, Segura basaba su actividad económica en la actividad agropecuaria y ferrona, al contar bajo su jurisdicción con aldeas de gran tradición en el trabajo del hierro como Legazpi, aunque también contaba con ferrerías locales como la de Arrabiola. Además de ello la villa contaba con el servicio de cinco molinos.

En el siglo XVII, no obstante, la pujante villa comenzó a perder su importancia por varios factores tales como la desanexión de las colaciones, el nuevo trazado del Camino Real de Coches que desviaba la vía al valle de Deba, el posterior declive de las ferrerías, o el cese del funcionamiento de la aduanilla provocado por el traslado de las aduanas a la costa y a la frontera en el año 1841. De esta manera el núcleo urbano que había sido un punto de referencia en la comarca se transformó en un núcleo rural.

El conjunto del casco histórico de Segura

Segura conserva su morfología medieval y un magnífico patrimonio con elementos de diversas épocas que nos dan muestra de su evolución arquitectónica a lo largo del tiempo, además de reflejar la importancia que como núcleo vivió la villa durante la Edad Media y gran parte de la Edad Moderna.

El casco histórico se estructura a partir de una calle, Kale Nagusia, que se bifurca constituyendo la calle Unzurrunzaga. Sendas calles continúan su trazado de manera paralela, hasta que la segunda se vuelve desdoblarse en su parte media continuando en las calles Lardizabal y Zurbano.

Respecto a la tipología constructiva predominan en el casco las casas medianeras de tres alturas. Si bien el casco estaba amurallado, hoy apenas se conserva nada de la cerca. Los últimos vestigios visibles son dos de las cinco puertas de acceso con las que contaba, las denominadas puertas de Zerain (se abre hacia la parte occidental y su actual diseño es del siglo XVII) y la de Osinaga (que miraba hacia Navarra), y la parte de la muralla que va de la puerta de Zerain a la iglesia parroquial de Segura.

Entre los edificios más reseñables se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, ubicada en la periferia del casco, de estilo gótico vasco. Guarda en su interior un interesante retablo rococó del siglo XVIII, en cuya ejecución participaron artesanos de renombre, como el escultor Luis Salvador de Carmona. Fue edificada gracias a la donación de Martín Lardizabal y Elorza, natural de Segura y miembro del Consejo de Indias.

Entre los edificios de carácter civil se conservan subrayables ejemplares de diferentes épocas. Como ejemplo de edificio de finales del siglo XV destaca el Palacio Guevara, con estilo gótico, que constituye uno de los mejores ejemplos de palacio urbano de la Baja Edad Media. La Casa Ardixarri o Don Garci, resulta un interesante ejemplo del XVI como casa urbana perteneciente a una familia de clase media, especialmente destacable por su estructura de madera. El Palacio Lardizabal, lugar donde a día de hoy se ubica el ayuntamiento, el Palacio Jauregi o el Palacio Arrue son excelentes muestras de palacios barrocos del siglo XVII.

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