Departamento de Cultura y Política Lingüística

182. Conjunto del Casco Histórico de Ordizia (Ordizia)

ETAPA 3: TOLOSA • ZEGAMA

La villa y su importante mercado tradicional

Ordizia, conocida por su tradicional mercado semanal de los miércoles, es una de las principales poblaciones de la comarca del Goierri. Ubicada junto al río Oria, contó con una estratégica situación dado su emplazamiento junto a una importante vía de comunicación que históricamente comunicaba Vitoria con Francia, pasando a su paso por Gipuzkoa por los destacados núcleos de Segura, Ordizia y Tolosa.

Probablemente el núcleo originario se desarrolló en torno a la ermita de San Bartolomé, situada a orillas del río Oria, a una cota inferior respecto al lugar donde se estableció posteriormente la villa. Fue en el año 1268 cuando Alfonso X el Sabio concedió al núcleo de Ordizia (denominación del núcleo original) el privilegio de villazgo, otorgándole el fuero de Vitoria y modificando su nombre bautizándolo como Villafranca. Con el tiempo fue adquiriendo mayor importancia, llegando a ser una de las principales villas de Gipuzkoa. Muestra de ello es que en 1387 se celebró en la villa una de las reuniones a la que asistieron distintos procuradores de villas guipuzcoanas con el objetivo de unirse entre sí y conformar una hermandad. Además, a finales del siglo XIV Ordizia vio ampliada su jurisdicción, dado que algunos lugares aledaños (Arama, Ataun, Beasain, Gaintza, Itsasondo, Legorreta, Zaldibia y algunas casas de Lazkao), atraídos por los privilegios con los que contaba la villa, se anexionaron a la misma bajo un régimen que les permitía mantener cierta autonomía disfrutando de los privilegios de la villa. Ordizia, por su parte, con estas anexiones lograba una mayor significación a la vez que ampliaba su jurisdicción, aumentando su representación en las Juntas Provinciales.

La actividad comercial se constituyó en una de las bases de su economía que se vio reforzada a partir del año 1512 cuando la reina Juana I de Castilla otorgó la facultad real para celebrar un mercado franco en Ordizia todos los miércoles del año. El privilegio fue concedido para tratar que la villa se recobrase tras un incendio que la había asolado. Desde entonces viene celebrándose semanalmente, en su Plaza Mayor, sin que haya sido interrumpida desde el año 1885.

El casco histórico de Ordizia

El casco histórico de Ordizia se asienta sobre una pequeña loma y presenta un plano regular con una forma oval. El núcleo se organiza a través de tres ejes, tres calles principales cuya orientación se desarrolla en sentido Este-Oeste. La calle central (Kale Nagusia) que es la más importante, es recta y por ella discurría el Camino Real que desde Irun surcaba la provincia de Gipuzkoa hasta el túnel de San Adrián. En la vertiente sur del núcleo se ubica la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora.

En el centro del núcleo se sitúa la Plaza Nagusia, un gran espacio abierto de planta cuadrada que acoge el edificio del Mercado, lugar en el que se celebra la citada feria.

A pesar de haber sufrido numerosos incendios y los efectos de las guerras, sobre todo en el siglo XIX, Ordizia sigue conservando su tipología medieval, tanto en su trazado como en la parcelación, caracterizado por edificios cuyas plantas son profundas y sus fachadas estrechas. La tipología de las construcciones conservadas es diversa, aunque hay un cierto predominio de construcciones del siglo XIX y XX.

Entre los edificios más reseñables mencionar la iglesia parroquial, la de la Asunción de Nuestra Señora. Se trata de una iglesia cuyo actual edificio es del siglo XVI, y está construida sobre los restos de un edificio anterior perteneciente a los siglos XIII-XIV. Destaca en su interior un retablo gótico de Bernabé Cordero, destacado ensamblador y arquitecto de retablos que trabajó principalmente en Gipuzkoa. No podemos olvidar la capilla del contador Ochoa de Isasaga, que preside un retablo plateresco.

Entre los palacios urbanos barrocos destacamos el Palacio Zabala (antaño extramuros) y el Palacio Barrena, ambos del siglo XVII, ubicados uno frente al otro. Entre ellos se halla la escultura del navegante Andrés de Urdaneta, uno de los hijos ilustres de la villa. En la Plaza Mayor, la Casa Consistorial del siglo XIX presenta un estilo neoclásico y el edificio del Mercado (1925), ecléctico, se caracteriza por ser una estructura cubierta sostenida por columnas de gran tamaño, acanaladas y de orden corintio, es decir, formando un espacio techado pero totalmente abierto por los lados.

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