150. Conjunto del casco histórico de Errenteria (Errenteria)
ETAPA 1: IRÚN • HERNANI
Errenteria, una villa con vocación comercial
La ubicación con la que contó la villa de Errenteria es primordial para entender el fin con el que nació. Situada en la desembocadura del río Oiartzun cuenta con acceso directo a la bahía de Pasaia. Así, en 1320, los habitantes del valle solicitaron al rey castellano Alfonso XI que les permitiera poblar el punto denominado Orereta, rodeándola de murallas para poder defenderse. En aquel momento era una comarca productora de hierro, gracias a la cantidad de mineral de hierro existente en el entorno, cuya exportación era una actividad muy próspera. El mencionado mineral era llevado desde las ferrerías al puerto de Pasaia para su comercialización, pasando previamente por la villa de Errenteria, donde se ubicaban las reales oficinas recaudadoras. En dichas oficinas se cobraban las rentas relativas a la exportación de la producción de las ferrerías cercanas y estaban destinadas al rey. Y de ahí viene el nombre de Rentería, el lugar donde se cobran los impuestos o rentas sobre el hierro. No fue este sin embargo el nombre con el que la villa fue fundada, dado que Alfonso XI la denominó como Villanueva de Oiarso, aunque desde etapas muy tempranas empezó a utilizarse Rentería que acabó sustituyendo a la denominación foral.
Desde su creación como villa Errenteria mantuvo numerosos litigios con el resto de las poblaciones del valle de Oiartzun, que no querían verse supeditadas a esta. Dichos conflictos se mantuvieron hasta la constitución del valle en villa en el año 1453, aunque los conflictos por el suelo y el reparto de las tierras se mantuvieron en el tiempo.
El conjunto del casco histórico
La gran actividad comercial desarrollada en la villa ha dejado huella en su patrimonio, ya que el conjunto del casco histórico ofrece magníficos ejemplos de edificios y elementos de ricas facturas, que nos muestran la riqueza y el estatus que ha tenido la villa a lo largo de su historia.
El actual casco histórico mantiene su configuración medieval, que se denota en la disposición de sus calles y en la parcelación de sus manzanas. No obstante, se observan dos partes diferenciadas: la que corresponde a la primitiva villa y la del ensanche del siglo XV. La villa originaria estaba estructurada por cuatro calles paralelas, las actuales Goiko Kalea, Eliz Kalea (que pasa delante de la iglesia parroquial), Erdiko Kalea y Beheko Kalea. A causa de un aumento demográfico, la villa tuvo que ampliar sus dimensiones construyéndose un ensanche, que es conformado por las calles Kapitanenea, Andra Mari y Santsoenea, dispuestas de manera que crean una especie de triángulo. Ambas partes se hallan unidas por la calle Maddalen que constituye el centro de la trama urbanística medieval. A día de hoy la mencionada calle se ensancha en su parte media formando la Herriko Plaza, donde convergen cinco de las siete calles del casco medieval. Acoge además los edificios de la Casa Consistorial y la iglesia parroquial, representación de los poderes civil y eclesiástico.
Ambas partes, el núcleo primitivo y el ensanche, quedaban protegidas por la muralla, la cual tuvo que ser ampliada en el siglo XV. Hoy en día sin embargo no quedan apenas restos de aquellas murallas, siendo los únicos testigos de la misma las casas-torre de Torrekoa y Morrontxo, situadas en Goiko Kalea, que formaban parte de la muralla y protegían el acceso de la puerta de Navarra. De ahí su aspecto de fortaleza, construidas con arenisca y caliza, y con vanos de reducidas dimensiones.
Respecto a la tipología de las edificaciones predominan las casas medianeras de tres o cuatro plantas, rematadas con aleros volados decorados, entre las que hay algunas, las que pertenecían a familias destacadas, que están blasonadas.
Los edificios más destacados son el edificio del ayuntamiento, del siglo XVII, que responde al tipo de casa consistorial vasca, y la iglesia de Nuestra Señora de la Ascensión, cuyo edificio corresponde a una reconstrucción llevada a cabo en el siglo XVI, y que presenta características del gótico vasco. Guarda en su interior dos retablos de gran interés: el de la Coronación de la Virgen, obra flamenca de finales del siglo XV e inicios del XVI, y el retablo mayor neoclásico de 1784 proyecto de Ventura Rodríguez. También son reseñables algunas casas solares blasonadas, y palacios de estilo barroco de los siglos XVII y XVIII como son el de Zubiaurre, y las casas Arrambide y Kapitanenea.