Departamento de Cultura y Política Lingüística

233. Conjunto del Casco Histórico de Berantevilla (Berantevilla)

ETAPA 7: LA PUEBLA DE ARGANZÓN • BRIÑAS

Orígenes de la villa de Berantevilla

La ubicación de Berantevilla en la Cuenca de Miranda (se trata de una depresión entre el desfiladero de Sobrón y de la Concha de Haro), un lugar que constituye un nudo de comunicaciones que une territorios castellanos con la frontera francesa, ha hecho del núcleo un lugar estratégico. Su situación en la orilla del río Ayuda y la topografía del terreno lo hacían muy válido para el cultivo de las tierras, desarrollándose una próspera actividad agrícola en la misma.

Poco se sabe de los orígenes de la villa de Berantevilla. Determinadas hipótesis apuntan que su creación fue consecuencia del traslado de los habitantes de la aldea medieval de Portilla de Ibda. Esta población se ubicaba bajo la cresta de Portilla a unos 700 metros de altitud, al sur del actual núcleo de Berantevilla, y contaba con un castillo que desapareció en 1288 tras el asedio y conquista del rey Sancho IV de Castilla. El castillo de Portilla jugó un papel determinante durante los siglos VIII y IX en la defensa del Corredor de Miranda ante los ataques musulmanes junto con otras fortalezas cercanas como las de Buradón y Ocio. Aún así es probable que anteriormente a la venida de los pobladores de Portilla existiera previamente un núcleo en el lugar que ocupa hoy Berantevilla. Las evidencias documentales sin embargo confirman que desde el siglo XI existe un núcleo poblacional en el emplazamiento donde se ubica a día de hoy Berantevilla, situado junto al camino que comunicaba el Condado de Treviño con Miranda de Ebro.

En el siglo XIII el núcleo vivió una etapa de gran desarrollo, debido en parte a la citada geografía privilegiada de la que gozaba, a su próspera actividad y al aumento demográfico (tras la destrucción de Portilla). Debido a estas razones o quizás por petición de los propios pobladores, el rey castellano Fernando IV concedió al núcleo de Berantevilla el privilegio de villazgo, otorgándole el fuero de Portilla de Ibda.

El casco histórico

Berantevilla se asienta sobre un terreno llano, a orillas del río Ayuda, y presenta un entramado urbano regular. No obstante, se observan en su estructura urbanística elementos que difieren de la configuración habitual de las villas alavesas. Mientras que las villas alavesas generalmente se organizan a través de tres calles que discurren paralelas, la villa de Berantevilla es ordenada con cinco. Por otra parte, la configuración de esta localidad difiere con sus vecinas en la orientación de sus ejes, ya que mientras que habitualmente las villas de la provincia presentan una orientación Norte-Sur, para protegerse de los fríos vientos procedentes del Norte, las de Berantevilla presentan una orientación Este-Oeste, siguiendo la misma dirección del camino que va de Treviño a Miranda de Ebro, sobre la cual se constituyó. Durante la Edad Media la villa contaba con una muralla, de la cual no queda prácticamente nada. El último vestigio de este elemento defensivo se encuentra en el lado Oeste de la población, en la Calle Mayor (el nº4). Se trata de una antigua torre que formaba parte de la cerca. Hoy en día se ha reconvertido en una casa de planta cuadrada y fábrica de sillería de dos plantas, con una entrada que presenta un arco de medio punto dovelado.

El eje central lo constituye la Calle Mayor, en la que se han conservado magníficas casas señoriales que presentan escudos de armas en sus fachadas, construidos con fábrica de sillería. Los ejemplos más destacados son el caserón ubicado en el nº9 que data del siglo XIX y la casa del nº23 del siglo XVIII, ambos de estilo neoclásico; y la casa blasonada en el nº 25 y la casa nº 28 del siglo XVII de estilo tardo-renacentista.

En el centro se ubica la iglesia de La Asunción de Nuestra Señora del siglo XVI. Presenta una planta rectangular y una cubierta a dos alturas, siendo más alta la del lado de la cabecera del templo. Los restos más antiguos de la iglesia se encuentran en la nave y se trata de dos vanos con arcos de medio punto moldurados y con decoraciones góticas, y un arco conopial fabricado con sillería que se encuentra en el coro. La torre de la iglesia, que se articula en dos tramos, destaca de sobremanera irrumpiendo en un paisaje caracterizado por su horizontalidad (la que ofrece el terreno y la de los tejados de las edificaciones de la villa).

Junto a la iglesia se encuentra la plaza, un espacio abierto en el que se centraliza la vida de la villa. Destaca también la casa ubicada junto a la entrada de la iglesia que presenta en su planta baja un espacio porticado sustentado por columnas de piedra.

Como villa ubicada en una vía de comunicación no faltan los elementos relacionados con los caminos, como son los cruceros ubicados en el lado Este y Oeste. En el lado Oeste se encuentra el Crucero El Prado, y en el lado Este el crucero de salida a Treviño.

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