Departamento de Cultura y Política Lingüística

227. Conjunto arqueológico de Iruña-Veleia (Iruña de Oca)

ETAPA 6: VITORIA-GASTEIZ • LA PUEBLA DE ARGANZÓN

Iruña-Veleia, un oppidum romano

Iruña-Veleia constituye un conjunto arqueológico de gran importancia, tanto por su extensión como por el buen estado de conservación de los elementos descubiertos y la calidad de los mismos. Todo ello la convierte en el mejor hallazgo arqueológico de época romana del País Vasco.

Este conjunto arqueológico ha sacado a la luz los modos de vida y el desarrollo de un núcleo de población en un marco cronológico que abarca 1500 años, que va desde el final de la Edad de Bronce hasta el siglo V d.C. El yacimiento ubicado en un espolón de la colina Arkiz, de 568 m de altitud, que se encuentra delimitado por un meandro del río Zadorra, ocupa un lugar estratégico al estar situado en una zona que controla el paso sur de la Llanada Alavesa hacia Treviño. Además, cuenta con elementos naturales, como la altitud de su ubicación o el foso natural que constituye el Zadorra, que hacen más fácil su defensa.

Durante los 1500 años la ocupación del lugar ha sido habitacional, pasando de ser un pequeño poblado a constituirse en una gran ciudad romana. Los restos más antiguos corresponden al asentamiento de un núcleo de población autóctono. Las evidencias halladas dan a conocer que estos primeros pobladores vivían en casas de planta rectangular o circular que se asentaban sobre postes, con paredes de adobe y cubierta vegetal.

Si bien los primeros contactos de esta población local con el mundo de Roma comenzaron a darse en época de Augusto, implantándose los primeros cambios en el poblamiento en la época tiberiana, no será hasta la época flavia, en la segunda mitad del siglo I d.C, cuando aparezcan las primeras domus romanas. Se trata de viviendas correspondientes a familias de cierto nivel, caracterizadas por poseer en el centro un patio preparado para recoger el agua de lluvia, en torno a la cual se organizaban las estancias. Así, Veleia vivió su periodo de máximo esplendor en el siglo I d.C. en la que se constituyó en un auténtico oppidum romano. Pertenecen a esta época las construcciones palaciegas con pavimentos de mosaicos y grandes esculturas encontradas en la zona sur del núcleo cerca del río, además de los grandes edificios públicos.

El hecho de que por las inmediaciones de Veleia pasara la vía romana Ab Asturica Burdigalam, que comunicaba Burdeos con Astorga, provocó que la población autóctona pronto tuviera contacto con las ideas de Roma. Estos primeros contactos terminaron por romanizar la población, que acogió las ideas y costumbres romanas, e hicieron de Iruña-Veleia un importante nudo dentro de la vía de comunicación. La también denominada Iter XXXIV resultó ser una vía de vital importancia para Roma en la conquista del norte de la Península, y terminó por convertirse en una importante arteria comercial además de un importante instrumento de transformación social, política y económica. Entorno a la misma se desarrollaron numerosos núcleos urbanos que terminaron por romanizarse, como son ejemplo en la provincia de Álava núcleos como el de Alba en Albéniz, Tullonio en Alegría-Dulantzi, Suessatio en Arkaia y Veleia, el más destacado de todos, en Iruña de Oca.

En el siglo III d.C la ciudad vio reducir su superficie urbana. Es además cuando se realiza la última gran obra pública de la ciudad, la muralla que rodea el núcleo urbano. El Imperio había entrado en una etapa de recesión económica, y muchos núcleos ubicados en torno a la Iter XXXIV fueron amurallados. La muralla de Veleia es una de las obras romanas más importantes del País Vasco, y su construcción demuestra la buena situación económica con la que se contaba. Con una extensión de 1200 m, rodea una superficie que ocupa 10 hectáreas, y sus muros presentan una altitud de 9 m y una anchura de 4 m. Debido a la rapidez con la que se construyó se utilizó un gran número de materiales reaprovechados de edificios anteriores como columnas, aunque también se observan las tongadas de piedra y la argamasa de cal. Contaba con dos puertas de acceso monumentales, ubicadas en el lado Sur y Este, y una tercera puerta en el lado Norte.

Fue en el siglo V cuando la ciudad vio su fin al ser abandonada por sus habitantes. Iruña-Veleia, se erige como un importante yacimiento arqueológico que arroja luz sobre la romanización del territorio alavés, además de dar a conocer los modos de vida en una oppidum romano.

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