251. Castillo de Balmaseda (Balmaseda)
Etapa 7B: BILBAO • BALMASEDA
Del castillo de origen medieval al fuerte moderno
Las investigaciones apuntan a que fue en el siglo XIII cuando se construyó el castillo en lo alto del cerro que domina Balmaseda. Hay varios hechos que apoyan esta hipótesis, como el que el castillo no sea mencionado en la carta puebla de 1199 otorgada por Lope Sánchez de Mena, señor de Bortedo, y que en esta época la villa adquiere un carácter fronterizo al estar el Señorío de Vizcaya en conflicto con el Reino de Castilla. Si a estas hostilidades añadimos el hecho de que Balmaseda era un punto estratégico dentro de la vía de comunicación que unía las tierras castellanas con la costa del Cantábrico a través del río Cadagua (encontrándose dentro de una importante vía comercial y de peregrinación), observamos que la villa era un punto referente cuya defensa se hacía necesaria. Además, en este siglo Balmaseda vivió un período de expansión urbana, ya que estaba extendiéndose hacia el noroeste.
El castillo ubicado en lo alto del cerro otorgaba a la villa de Balmaseda protección desde su lado norte. Construido sobre el afloramiento de la roca, la fortaleza medieval respondía a la tipología de castillo roquedo formado por una torre en lo alto y cortinas que cierran el cerro sobre el que se asientan al extenderse hacia el núcleo poblacional. Estas cercas se tendían ladera abajo por cada uno de los lados del torreón hasta unirse con la muralla que rodeaba la villa en la parte baja, formando un recinto cerrado.
La documentación histórica atestigua que el castillo estuvo en uso desde el siglo XIV hasta la primera mitad del siglo XVI, cayendo en desuso a lo largo de los siglos de la época moderna. El castillo que poco a poco fue quedando en estado de abandono fue recuperado en el siglo XIX, ya que volvió a tener uso militar en la Primera Guerra Carlista, comprendida entre los años 1833 y 1839. En este caso, las estructuras del antiguo castillo fueron ampliamente reformadas para responder a las necesidades militares de la época. Entre los años 1835 y 1836 se llevaron a cabo amplias reformas que reconvirtieron el castillo medieval en un fuerte, una infraestructura mucho más moderna capaz de hacer frente a la tecnología y a la artillería modernas. Sin embargo, este fuerte tuvo una vida muy corta, dado que finalizada la contienda fue desmantelada.
Los restos visibles de la fortificación
La mayoría de los restos visibles hoy en día se corresponden a la etapa del fuerte del siglo XIX, un 90% aproximadamente. De su etapa medieval se pueden ver los restos de un tramo de muralla del lienzo de poniente. Construida con fábrica de mampostería, se cree que esta estaba jalonada por sencillos torreones. Respecto al amurallamiento septentrional hay que decir que este no se ha conservado. Es posible que las investigaciones arqueológicas que se están realizando permitan conocer más de este antiguo complejo militar.
En el siglo XIX, en plena contienda carlista fue cuando se realizaron las obras de reacondicionamiento que aprovecharon la ruina del antiguo castillo. El fuerte que se adecuaba a la topografía irregular del terreno estaba organizado en dos niveles, el superior y un baluarte situado a una cota inferior. La parte más alta estaba destinada a la guardia y estaba defendida con un baluarte macizo con un parapeto. El baluarte inferior a su vez presenta un ligero apuntamiento hacia el lado sur. Las fuentes escritas mencionan que el fuerte poseía un puente levadizo que se cree podía estar ubicado en el lado este de la fortificación y la comunicación entre ambos recintos se realizaría a través de una rampa.