250. Casco Histórico de Balmaseda (Balmaseda)
Etapa 7B: BILBAO • BALMASEDA
Balmaseda, un puerto seco
La de Balmaseda es la concesión de villazgo más antigua de toda la provincia de Bizkaia. Fue en el año 1199 cuando obtuvo la carta puebla de la mano de Don Lope Sanchez de Mena, señor de Bortedo, quien le otorgó el Fuero de Logroño. Pronto se constituyó como una importante plaza comercial debido principalmente al lugar en el que se asienta. Ubicada en la zona sur de las Encartaciones sobre una vega del río Cadagua, ya desde la época Antigua era una zona de paso, como prueba la existencia de una antigua calzada romana. El núcleo se fue conformando en torno a la calzada en la que se llevaba a cabo una próspera actividad comercial que impulsó el crecimiento y el desarrollo urbano. Durante la Edad Media, constituida ya en villa, se erigió como un importante nudo de comunicaciones que aunaba la de la ruta comercial que comunicaba tierras castellanas con la zona del Cantábrico, a través de Bilbao, y la del Camino de Santiago.
La importante actividad comercial que se llevaba a cabo en la misma fue un polo de atracción para los pobladores de la zona de Las Encartaciones. Desde su fundación recogió entre sus muros a una población heterogénea de artesanos, labradores y comerciantes, como muestra el hecho la existencia de un asentamiento judío en el arrabal de la villa.
Esta importante plaza comercial hizo que se estableciera en la misma el primer punto aduanero del Reino de Castilla en la zona del Cantábrico. La aduana se encargaba de recaudar los diezmos que producía el tráfico marítimo entre Castilla y los puertos de la costa del Cantábrico, como Laredo, Castro Urdiales o Bilbao. Conocido como puerto seco, la de Balmaseda fue una de las tres que existieron en la zona (las otras dos eran la de Orduña y la de Vitoria). Los reyes mantuvieron dichas aduanas hasta el siglo XIX, hasta el año 1841.
El casco antiguo
Balmaseda fue una villa de carácter caminero que poseyó una muralla que la rodeaba y que estaba coronada por un castillo, urbanizándose únicamente la zona de la ribera, a los pies del cerro.
En la actualidad el trazado medieval de la villa se ha mantenido prácticamente en su totalidad. Se trata de una trama reticular formada por cuatro calles que son cruzadas transversalmente por tres cantones. En su origen el núcleo se desarrolló en torno a la calle Vieja, por la que discurría el camino, actualmente denominada calle Martín Mendia. Esta es por tanto la más antigua de todas las del casco de la villa. Poco a poco se fue ampliando, abriéndose nuevas calles paralelas a aquella, como fueron la calle del Medio (actual Pío Bermejillo) y la calle Cuchillería (actual Correría). Está documentado que para el año 1487 la última calle, la de Cuesta, ya estaba construida, quedando así completado el entramado de calles que conforma el casco. Las cuatro calles convergen en la Plaza Vieja (actual Plaza de los Fueros).
Se puede observar parte de la parcelación medieval en las calles Correrías y de la Cuesta en las que hay solares estrechos y profundos. Respecto a la tipología constructiva que predomina es la que se corresponde al siglo XIX, época en la que Balmaseda tuvo que ser reconstruida debido a las guerras que la afectaron profundamente. Esta renovación se debe, en buena parte, a la industrialización que trajo consigo el ferrocarril, lo que le supuso un nuevo resurgir. Las nuevas edificaciones consisten en casas medianeras de dos y tres alturas, entre las cuales destacan algunos ejemplos neoclásicos y eclécticos.
Entre los elementos más destacados de la villa, es preciso señalar el puente Zubizaharra, emblema del municipio, que es el testimonio más antiguo de la Balmaseda murada. Este puente medieval de estilo gótico data del siglo XIV. Otro de los elementos fundamentales de la imagen medieval de la villa es la iglesia de San Severino, ubicada junto a la Plaza Mayor, que data del siglo XIV y que fue construida sobre un templo anterior, cuyos restos se pueden observar en su muro meridional. La iglesia actual es una magnífica construcción que presenta elementos góticos y barrocos.
Entre los elementos más destacados de arquitectura civil mencionar la Casa Consistorial, de estilo barroco del siglo XVIII, y los magníficos ejemplos de arquitectura palaciega como son el palacio Urrutia, de estilo barroco (siglo XVII), o el palacio Buniel u Horcasitas, una de las mansiones señoriales más destacadas de Bizkaia, del estilo clasicista (XVII).