El pasado viernes se han publicado los resultados del Índice de Transparencia de las Comunidades Autónomas (INCAU), elaborados por la organización Transparencia Internacional, para medir, a través de un conjunto de 80 indicadores el nivel de transparencia de las Comunidades Autónomas. Ha sido una gran satisfacción ver que nuevamente Euskadi ha resultado ganadora (100 puntos s/ 100), habiendo compartido el segundo puesto las CC.AA. de: Baleares, Cataluña y Madrid (98´1 en los tres casos).

La satisfacción es máxima ya que nuestro trabajo ha dado sus frutos a pesar de que los indicadores nuevos han sido complejos. Además, la evaluación cualitativa ha supuesto un nuevo reto, todo un reto ya que se trataba de publicar la información de forma accesible,  comprensible,  actualizada de modo permanente y con posibilidades de reutilización. Toda la información está disponible en Gardena, nuestro portal de transparencia.

Sin embargo, ser un "gobierno transparente" no es únicamente contar con un buen portal de transparencia ni alcanzar el primer puesto en estos rankings, aunque ello haya sido imprescindible para iniciarse y avanzar en la cultura de la transparencia. Requiere especialmente de un fuerte liderazgo político que impulse la cultura de la transparencia y de personas capaces e implicadas que lo desarrollen.

Me gustaría especialmente en esta entrada poner en valor el trabajo de las personas, todas las personas que forman un gran equipo y cuyo trabajo está impulsando la cultura de la transparencia en el Gobierno Vasco. Se trata de personas que trabajan en las unidades organizativas de transparencia de cada Departamento, en la digitalización de los procedimientos, la tramitación electrónica, la atención a la ciudadanía, la contratación, los presupuestos, la Función Pública, la web, la reutilización de datos, en EJIE o en la propia unidad de transparencia. Especial mención requiere la labor de Koldobike Uriarte, quien ha coordinado el proyecto desde la Dirección.

Pero el auténtico reto futuro lo constituye el cambio de los valores que ha de presidir la acción de las administraciones y de los gobiernos. Hay que avanzar hacia culturas basadas en la integridad, en la eficacia y eficiencia de la acción pública, en la participación y colaboración con la ciudadanía y en la generación de valor público. Estas admistraciones no tienen por qué tener dificultades para convertirse en buenos gobiernos transparentes. Este es el gran desafío y el Gobierno Vasco está en buena línea, tal y como se ha corroborado en la auditoría de transparencia.