Dentro de este apartado que conforma la realización de un grueso de danzas, uniformadas en su aspecto asociador, las Soka Dantzak o Danzas en cuerda se hallan extendidas por gran parte de nuestra geografía. Reciben diversos nombres: Aurreskua, Erregelak, Ingurutxoa, Zortzikoa, Soka Dantza, Baile de la Era o Larrain Dantza, Ttun ttun, Dantza o Iantza Luze, Branlea, Trapatan, Pamperruque, etc.
Son las danzas sociales por antonomasia. Participan los dos sexos activamente, rompiendo la hegemonía del resto, a nivel tradicional del sexo masculino únicamente, y el vestuario no atiende a criterios fijos establecidos como en otras danzas.
Constan de diferentes partes, algunas de las cuales a su vez tienen su propia realización unitariamente. Tal es el caso del baile “a lo suelto” o “a lo agarrao”: Jotas, Arin-arin o Porrusaldak/Puerros y las Kalejirak.
Las estructuras varían de unas a otras, tanto en orden como en número, pero contienen un denominador común, la categorización y sentido de relación del elemento humano.
El desafío entre primera y última mano, es decir primero y último de la cuerda, la exhibición individual de cada uno de éstos, la invitación al sexo contrario a ser “homenajeado” o reverenciado, tanto individual como colectivamente, y la finalización bailando todos al unísono Jota, Arin-arin y en alegre Biribilketa salir de la plaza. En otras variantes, el sexo femenino entra desde el principio en la danza formando parte activa de la misma, o incluso dirigiéndola.
Hubo un tiempo en que las Soka Dantzak inundaban todos los rincones del país. Hoy en día han sido sustituidas por un denominado “Aurresku de honor”, que se corresponde en melodía con el original, pero totalmente desvirtuado por su carácter de danza individual y carente de su sentido original.