Departamento de Cultura y Política Lingüística

Trastorno bipolar

¿Qué es?

El Trastorno Bipolar o Trastorno Afectivo Bipolar es una enfermedad mental que afecta al estado de ánimo, al nivel de actividad y a la concentración. Es distinto a las variaciones del humor o las reacciones intensas y bruscas que se producen en un momento concreto y que están relacionadas con el tipo de personalidad. Trivializar el término puede producir dolor en estas personas y sus seres cercanos.

Mayoritariamente comienza antes de los 25 años, en la mitad de los casos antes de los 18 años, aunque puede comenzar a cualquier edad. Afecta a entre el 1,6 y el 2,5% de las personas adultas. Se ha descrito en todo tipo de poblaciones, países y culturas.

Las personas con este trastorno alternan períodos de manía (euforia desproporcionada), hipomanía (manía algo más atenuada) y depresión (tristeza, desesperanza). Por ejemplo, puede presentarse una fase de manía durante unas semanas, luego regularse el ánimo y meses después presentarse una fase depresiva. O bien, mantenerse con un estado de ánimo estable (eutimia) durante años y presentar después una fase maníaca. A veces resulta complicado comprender cómo pueden alternarse en la misma persona síntomas que producen cambios tan extremos y diferentes en el estado de ánimo.

Según se combinen dan lugar a diferentes formas o tipos:

TRASTORNO BIPOLAR I

  • Consiste en la combinación de fases de manía con fases de depresión.

TRASTORNO BIPOLAR II

  • Donde las fases de euforia son de menor intensidad (hipomanía). Y duran más de 2 semanas.

CICLOTIMIA

  • Se considera como una forma atenuada y de menor gravedad. Las fases de tristeza y euforia son de menor intensidad, las oscilaciones del ánimo son relativamente leves y los períodos de cierta euforia pueden ser vividos como agradables y productivos, en contraste con los periodos más depresivos.

OTRAS FORMAS

  • En algunas personas la enfermedad se manifiesta con una especial gravedad e inestabilidad. En estos casos las fases de manía y depresión se presentan con mucha frecuencia, se suceden sin apenas periodos de estabilidad o eutimia. Estas personas pueden tener cuatro o más episodios al año, con una afectación muy importante en la vida cotidiana, trabajo, relaciones familiares... El término “cicladores rápidos” se usa para referirse a esta forma de la enfermedad, que puede resultar especialmente difícil de tratar y controlar.
  • Existen también episodios que se encuentran inducidos por fármacos, por el consumo de drogas o como consecuencia de una enfermedad orgánica.

Trastorno Bipolar

El Trastorno Bipolar es una enfermedad crónica, cuyo pronóstico mejora con el diagnóstico y tratamiento precoz. Las personas con un buen seguimiento logran hacer vida plena. La suspensión de la medicación debe ser una decisión meditada, consultada, consensuada y compartida con el profesional de la salud por el riesgo de recaída que conlleva.

Causas del Trastorno Bipolar

No se conoce las causas de aparición de la enfermedad. Se cree que se trata de una alteración cerebral que provoca un funcionamiento anómalo de algunas de sus funciones, favorecida por una combinación de factores psicológicos, genéticos y bioquímicos.

El diagnóstico se realiza mediante la entrevista con la persona y el análisis de sus síntomas y conductas. Se valora si existen episodios o tratamientos anteriores con otros medicamentos (antidepresivos, corticoides, metilfenidato…) que pudieran dar lugar a síntomas similares o desencadenarlos. También se tienen en cuenta los antecedentes familiares de problemas mentales.

Causas del Trastorno Bipolar. Mujer ante dos máscaras de felicidad y tristeza

Causas de recaída

Evitar la aparición de nuevos episodios o recaídas es fundamental para impedir el empeoramiento progresivo de la enfermedad. El mayor factor de riesgo para que esto suceda es el abandono del tratamiento. Parece sencillo que la persona que se encuentra en una fase estable en la que se siente bien y su vida cotidiana trascurre sin dificultad pueda pensar que ya no existe necesidad de tomar la medicación, sin comprender que ese bienestar y estabilidad es una consecuencia del tratamiento.

El consumo de alcohol u otras drogas como el cannabis, la cocaína o las anfetaminas, aumentan el riesgo de recaída. La toma excesiva de café y la falta de sueño regular también pueden contribuir, y muchas veces es el primer signo de alarma de un nuevo episodio.

Síntomas

Los síntomas suelen presentarse en forma de “fases” que pueden durar semanas o meses. Entre estas fases, la persona puede estar con un estado de ánimo estable y sin síntomas (eutimia).

Manía o fases maniacas

Los síntomas son:

  • Alegría y euforia desproporcionada y claramente distinta de su carácter habitual.
  • Sentimiento de autoestima elevado hasta límites irracionales que puede llegar a producir creencias alejadas de la realidad: creer que se es un personaje importante, con fama o que se posee una gran fortuna.
  • Aumento de la energía vital y actividad incansable, aunque muchas veces sea dispersa y poco productiva.
  • Sensación de bienestar y reducción de sueño. La persona puede encontrarse lúcida y descansada a pesar de tener una intensa actividad y dormir pocas horas. En casos graves el insomnio puede ser completo.
  • Aceleración del pensamiento, las ideas fluyen de forma rápida y cambiante (se denomina taquipsiquia). Puede llegar a ser grave y presentar incapacidad para centrar o detener su pensamiento en una idea concreta, impidiendo llegar a conclusiones (se denomina fuga de ideas). Provoca un discurso desordenado, incoherente y difícil de seguir y comprender. La persona habla de manera ininterrumpida y en extremo acelerada sin ser capaz de escuchar o prestar atención (verborrea).
  • Impaciencia e irritabilidad, especialmente si se les contraría.
  • Falta de conciencia de enfermedad. La persona no se da cuenta de que su humor y la manera en cómo ve y valora su situación, su entorno y las consecuencias de sus actos no se corresponden con la realidad y que pueden generar conductas de riesgo como:
    • Gastos excesivos y/o inadecuados que a veces pueden poner en riesgo su patrimonio o el de otras personas.
    • Desinhibición sexual, con conductas sexuales inapropiadas y/o de riesgo.
    • Forma de actuar y vestir extravagante o inadecuada para su edad y condición. Por ejemplo, si existen ideas de grandeza pueden vestirse como un personaje famoso o maquillarse de manera exagerada y llamativa.
Síntomas del Trastorno Bipolar

En ocasiones los síntomas de la fase maníaca pueden ser de suficiente gravedad como para ser calificados como psicóticos porque incluyen ideas delirantes (creencias irracionales en general de grandeza, poderes y capacidades especiales) e incluso alucinaciones (percepción de sensaciones, sonidos, imágenes, olores que no existen). En estas situaciones más graves suele ser necesario su ingreso en una unidad hospitalaria psiquiátrica.

Hipomanía o fases hipomaníacas

Es una fase con cualquiera de los síntomas de la manía de menor grado de intensidad. Las personas del entorno le notan un cierto grado de euforia, desinhibición y actividad excesiva distintas a su situación normal.

Depresión o fases depresivas

Los síntomas son:

  • Las personas se sienten hundidas, vacías, con desesperanza, llanto frecuente, pérdida de ilusión y de las sensaciones placenteras.
  • Falta de interés por la mayor parte de las cosas y personas que le rodean.
  • Pensamientos catastrofistas con una visión negativa del presente, del futuro y del pasado, con previsión negativa, pesimista, apesadumbrada, temerosa de seguras desgracias futuras.
  • Autoestima reducida. Las personas no creen ser importantes para sus seres queridos y a menudo se creen una carga para los demás.
  • Sentimiento de culpa y fracaso (en la vida, en el trabajo, en las relaciones familiares, etc.).
  • Ideas de muerte y suicidio; la muerte puede ser vista como un alivio, una salida a una situación de sufrimiento insoportable y una manera de dejar de ser una carga.
  • Alteración del sueño que se manifiesta de manera variable. Algunas veces resulta difícil dormirse, otras veces se despierta de madrugada con un estado de angustia e inquietud importantes sin volver a dormir y otras, duerme más horas de lo normal.
  • Pérdida de apetito que conlleva bajada de peso, aunque también se puede dar aumento excesivo del apetito o la ingesta de alimento con aumento de peso. Se ingiere de manera ansiosa, como si la comida calmase la ansiedad, especialmente dulces o alimentos con muchos hidratos de carbono (pan, pasta, pizza, dulces…).
  • El deseo y actividad sexual se reducen incluso desaparecen.
  • Cansancio persistente con sensación de pérdida de fuerza y energía. Esto, junto con la apatía y la inhibición, provoca una inactividad casi total, incluso no salir de la cama.
  • Irritabilidad y enfado como reacción a las presiones del entorno para modificar la conducta que les supone enorme esfuerzo.
  • Indecisión. Cualquier decisión, por banal que sea, parece un mundo imposible de afrontar.

Síntomas mixtos

En algunas personas los síntomas de manía o hipomanía aparecen de forma simultánea a los síntomas depresivos. En general son más difíciles de tratar.

Tratamiento

El tratamiento consiste mayoritariamente en la toma de medicación y psicoterapia. Su objetivo es conseguir que la persona mantenga un estado de ánimo estable y compensado (eutimia), libre de recaídas el mayor tiempo posible.

Medicamentos

La medicación es una parte imprescindible del tratamiento, aunque el tipo de fármaco necesario puede ser distinto según la fase de la enfermedad. Gracias a ella se consigue mantener el bienestar y la estabilidad. Consultar con el o la terapeuta cualquier duda, efecto secundario o aparición de síntoma puede contribuir a la adherencia del mismo. Tipos:

  • Eutimizantes. Son especialmente eficaces para prevenir recaídas porque se utilizan para mantener el estado de ánimo estable (eutimia). Precisan varios meses de uso continuado para ser eficaces. Por este motivo, al principio se combinan con otros medicamentos que se retiran o ajustan gradualmente. Se pueden tomar durante largos periodos o toda su vida. El más conocido y utilizado es Litio. Requiere controles periódicos de análisis de sangre para ajustar la dosis. Otros fármacos eutimizantes son Lamotrigina, Ácido Valproico (evitar en mujeres en edad fértil) y Carbamacepina.

En la siguiente guía podrás conocer cómo utilizar adecuadamente Litio. 

Hombre hablando con un profesional
  • Antidepresivos. Son medicamentos eficaces para combatir el estado de ánimo deprimido por lo que están indicados en la fase depresiva. Pueden tardar varias semanas en alcanzar un efecto pleno. Están contraindicados en las fases de manía. Se combinan con un fármaco eutimizante o un antipsicótico. Se emplean con gran cuidado en las personas con depresión bipolar y están desaconsejados en las que presentan síntomas mixtos.
  • Antipsicóticos. Son fármacos que pueden ser necesarios en algunas personas y fases de la enfermedad. Su uso suele ser necesario durante la fase de manía y combinado con un fármaco eutimizante.

Psicoterapia y tratamientos psicosociales

La psicoterapia consiste en utilizar la conversación para conocer la enfermedad y aprender estrategias para gestionarla. Se lleva a cabo por un o una profesional cualificada, psiquiatra o psicólogo/a. Es necesaria una relación fluida y de confianza entre ambas personas. Hay diferentes tipos de psicoterapias que se utilizan en el tratamiento del trastorno bipolar, siendo la más frecuente la psicoeducativa, a veces combinada con terapia cognitivo conductual. Las personas del entorno cercano pueden participar y verse beneficiadas.

Se trabajan aspectos como:

  • Afrontar el estrés.
  • Identificar signos de recaída.
  • Mejorar las relaciones personales y familiares.
  • Conocer e identificar los importantes beneficios y posibles efectos secundarios de la medicación, así como estrategias para minimizar estos últimos.
  • Conocer el impacto del uso de sustancias nocivas y adictivas.
  • Modificar pensamientos negativos.
  • Hábitos de vida saludable. Estas personas tienen un riesgo algo más elevado de presentar enfermedad cardiovascular, por lo que se recomienda vigilar el peso, la tensión arterial y analítica de control periódica. Cuidar el sueño, tomar una alimentación variada con productos de temporada que incluya frutas y verduras y realizar actividad física frecuentemente.

Otros tratamientos

Algunas personas no responden a estos tratamientos y tienen síntomas graves como ideas persistentes de suicidio. En estas situaciones está indicada la terapia electroconvulsiva (TEC). Es un tratamiento eficaz y seguro que se administra en el hospital bajo anestesia.

Cuidados

Las siguientes recomendaciones te ayudarán a cuidarte:

  • Toma la medicación como está prescrita. Comenta tus preferencias, los efectos secundarios y la eficacia con tu profesional de la salud. De esta forma podréis encontrar más rápidamente la que te haga sentir mejor utilizando la menor dosis posible. La principal causa de recaída es dejar la medicación, por lo que es importante que no la abandones ni modifiques sin consultar.
  • Duerme suficiente y con un horario regular. Intenta descansar 7-8 horas diarias. La disminución de la necesidad y horas de sueño puede indicar una recaída.
  • No consumas drogas. Las personas que toman drogas, incluido el alcohol y el cannabis, tienen una evolución peor porque su consumo favorece las recaídas, aumenta los síntomas e interfiere en la recuperación. Tampoco abuses abuses del café, té, bebidas estimulantes...
  • Apóyate en tu familia, amistades y entorno cercano. Rodéate de personas que trasmiten confianza. Establece junto con alguna de ellas un plan de actuación ante una posible recaída, de esta forma puedes expresar tus preferencias por si tu capacidad para valorar la realidad y las consecuencias de tus actos y decisiones se altera y tuviera que decidir por ti.
  • Aplaza la toma de decisiones importantes para los periodos de recuperación y estabilidad.
  • Busca espacios para ti y para actividades que te resulten gratificantes. Fomenta relaciones con personas que te aporten cosas positivas y evita aislarte.
  • Mantén rutinas. Continúa con tus estudios, trabajo u ocupación, intentado reducir el estrés y los periodos de sobreesfuerzo. Evita situaciones que te creen tensión innecesaria y simplifica tu vida.
  • Sigue una alimentación saludable, no fumes o disminuye en lo posible el tabaco, haz ejercicio físico. Evita dietas radicales para perder peso o tomar pastillas para adelgazar de cualquier tipo.
  • Obsérvate e identifica señales de riesgo, conoce los síntomas y aprende cómo manejarlos. Busca ayuda profesional si detectas signos de recaída.

Señales de recaída

Una recaída se acompaña de cambios de comportamientos, pensamientos o emociones. Su tratamiento y recuperación será más sencilla si se detecta antes de que los síntomas avancen y se hagan más intensos. A continuación, te presentamos los más frecuentes y algunas estrategias útiles para su manejo.

Pide ayuda y contacta con tu psiquiatra si observas alguna de estas señales de alarma:

Irritabilidad e impaciencia:

  • Controla la euforia, evita el consumo de alcohol y drogas.
  • Aplaza las decisiones importantes.
  • Retrasa el impulso de gastar.

Dormir mucho:

  • Limita el número de horas de sueño, si puedes hasta 9 diarias.
  • Realiza ejercicio físico de manera regular.

Dormir menos:

  • Aumenta el número de horas de sueño, si puedes hasta 10 diarias.
  • Reduce las actividades que te activan y estimulan.

Mayor nivel de actividad, con más objetivos, ideas y planes, actividades de riesgo:

  • Limita y organiza el número de tareas.
  • Fija un horario de actividad, máximo 6 horas, si no se puede convertir en una espiral sin fin.
  • Pospón cualquier inversión económica o gasto significativo (por ejemplo, unos días). Consúltalo con una persona de confianza.
  • Aplaza los cambios de imagen extremos como peinado, tatuajes, estilo de ropa…
  • Evita actividades de riesgo. Cuida tu salud y seguridad durante las relaciones sexuales.

Menor nivel de actividad, de disfrutar, cansancio extremo, descuidar tareas:

  • Aumenta y organiza el número de tareas diarias.
  • Márcate objetivos realistas, pequeños retos alcanzables y cúmplelos.
  • Intenta practicar ejercicio físico.
  • Continúa cuidando tu imagen.

Hablar mucho y rápido:

  • Contrasta tus “grandes ideas” con personas de confianza.
  • Restringe el uso de estimulantes como el alcohol, tabaco, café, té, bebidas energéticas...

Sentimientos de culpabilidad e inferioridad:

  • La depresión ocurre como otra enfermedad, no existen culpables.
  • Comparte y expresa tus sentimientos con personas de tu confianza.

Ansiedad y angustia:

  • Realiza ejercicios de relajación, meditación o mindfulness.
  • Comprende que estos sentimientos son síntomas de depresión.

Cambios de alimentación:

  • Utiliza estrategias aprendidas para regular la alimentación desordenada y los atracones.
  • Respeta los horarios y no te saltes comidas.
  • Evita tomar productos que sustituyan a las comidas o dietas poco fiables….

Dificultad de concentración, olvidos frecuentes, menor capacidad de reacción:

  • Evita automedicarte, esto es, cambiar las dosis indicadas o tomar fármacos que no están prescritos en este momento.
  • No abandones la medicación habitual.
  • Realiza ejercicios de relajación, meditación o mindfulness.

Depresión

Cómo cuidar y acompañar

Si convives, cuidas o te relacionas con una persona que tiene Trastorno Bipolar te será útil conocer los signos y síntomas que presenta y las indicaciones de tratamiento. Disponer y consultar información fiable ayuda a entender que algunos comportamientos preocupantes e irritantes son producto de la enfermedad y no actos voluntarios. Podrás también colaborar para detectar de manera precoz una posible recaída y animarle a buscar ayuda profesional. Su terapeuta te puede orientar sobre la manera más apropiada de actuar en cada momento.

Cuidar y acompañar. Alguien tiende una mano en señal de ayuda

Al inicio de la enfermedad es habitual sentir culpa, impotencia, preocupación, inseguridad y angustia. “No sé por qué nos ha tocado a nosotros…”,” ¿qué hemos hecho mal?”. En la mayoría de las ocasiones se tratará de un episodio transitorio, recuperable y sobre todo ajeno a la voluntad de la persona con esta enfermedad. La convivencia puede resultar complicada algunas veces, por lo que reconocer los síntomas y saber cómo actuar en las distintas fases te ayudará a proporcionarle la mejor ayuda con menor desgaste emocional para las personas de vuestro entorno.

A continuación, puedes consultar unas recomendaciones generales según el periodo en el que la persona se encuentre:

Fase eutímica

Durante la etapa de estabilidad las personas con Trastorno Bipolar toman sus propias decisiones. Transmite tu confianza y apoyo en su criterio y evita la sobreprotección o plantearle objetivos irrealizables.

Una forma de respetar sus decisiones y derechos es pactar las acciones que desea que realices en caso de detectar una recaída.

Anímale a que continúe con su tratamiento y seguimiento. En caso de que exprese su intención de dejarlo, remítele a su profesional de la salud para consensuar esta decisión. También evita culpabilizarle por lo ocurrido en momentos de descompensación.

Fomenta actividades saludables y que le faciliten el seguimiento de una rutina diaria.

Evita provocar situaciones de estrés innecesarias.

Fase depresiva

En este periodo cualquier pequeño problema se transforma en uno muy serio porque pueden ser incapaces de tomar la decisión más banal. El riesgo de suicidio es importante en fase depresiva. Facilita la expresión de ideas de suicidio y toma medidas de protección, acompañamiento y comunícalo a sus profesionales de la salud.

Evita comentarios del estilo:

Personas trepando con ayuda guiados por una cuerda
  • “¿De qué te quejas…qué te falta…si lo tienes todo?”. La depresión en el Trastorno Bipolar no es el resultado de problemas familiares, económicos o profesionales, aunque pueden actuar como desencadenantes.
  • “Pon de tu parte”,” lo que necesitas es salir”. En su situación se siente incapaz, solo puede pensar en lo mal que se encuentra y el sufrimiento que está suponiendo para sus seres queridos. Esto aumentará su sentimiento de culpabilidad.
  • “Tienes que contarle al médico/a lo que te pasa”, “sacar fuera lo que te preocupa…”, “¿ya le dices la verdad al médico/a?”. Mayoritariamente no esconden información que sea importante para aliviar su sufrimiento conscientemente. Para recuperarse de una depresión o episodio depresivo es necesario un tratamiento, no basta con conocer la causa.

Fase maníaca

  • Si detectas signos de que tu familiar está iniciando una fase maniaca (menor tiempo de sueño, actividad inusual, proyectos un tanto excesivos, irritabilidad u otros que ya conozcas por episodios previos) convence a tu familiar para acudir en el plazo más breve posible a su psiquiatra. Si esto no es posible, puede ser necesario que seas tú quien lo comuniques a los/as profesionales que le atienden, e incluso facilitar acudir a urgencias y su ingreso hospitalario.
  • En las fases maniacas e hipomaniacas es aconsejable evitar a toda costa el consumo de alcohol y drogas y el acceso del paciente a las mismas.
  • En algunos casos puede ser necesario minimizar el riesgo de gastos económico excesivos, que en ocasiones pueden resultar catastróficos para la economía de la persona (y la familia), limitando el acceso a las tarjetas de crédito, cuentas bancarias, etc.

Algunas de estas medidas pueden chocar frontalmente con los derechos habituales de la persona en los momentos de estabilidad y provocar tensiones y enfados, por lo que puede ser de gran utilidad que previamente se hayan pactado las medidas a tomar en el caso de recaída.

Preguntas frecuentes

¿Se cura el Trastorno Bipolar?

El Trastorno Bipolar es una enfermedad crónica. Aunque muchas personas permanecerán largos periodos de su vida sin presentar ningún síntoma, el riesgo de recaída se mantiene. Como otras enfermedades similares, la gravedad y evolución puede variar de una persona a otra; algunas tendrán muy pocos episodios en su vida y permanecerán sin síntomas la mayor parte del tiempo. Otras los tendrán frecuente o muy frecuentemente, con una afectación importante en su vida personal, familiar, social y laboral. La mayoría tendrán una evolución intermedia, con episodios y recaídas periódicas alternando con fases más o menos prolongadas de estabilidad. En todo caso, y con los tratamientos disponibles, la mayoría de las personas afectadas podrán llevar una vida plena, integrada y adaptada.

Mujer que se siente mal

¿Tendré que tomar siempre medicación?

La medicación que se usa para mantener el ánimo regulado y evitar nuevos episodios, los eutimizantes, pueden ser necesarios de forma indefinida si se quieren evitar o reducir las recaídas. Solo puede considerarse la interrupción del tratamiento tras un largo periodo de estabilidad, y es una decisión que han de tomar de forma conjunta la persona afectada y sus profesionales de la salud, considerando y siendo conscientes de los riesgos que supone.

¿Qué puedo hacer para que las posibles recaídas afecten lo menos posible a mi vida?

Seguramente ya sabes lo que te sucede cuando recaes, tanto en la fase depresiva como en la maniaca. Sin embargo, una vez que la recaída está en marcha, tu capacidad para tomar conciencia de lo que sucede y distinguir entre la realidad y lo que la enfermedad te hace sentir disminuye, pudiendo resultarte muy difícil diferenciarlas. Las decisiones que se toman durante un episodio depresivo o una fase hipomaniaca o maniaca están influidas por los sentimientos que la caracterizan. Por este motivo, las personas en previsión de esta situación incluyen a familiares y allegados de su confianza y al equipo profesional que les atiende, para que tomen algunas decisiones que garanticen su seguridad, incluyendo la posibilidad de ingreso en un hospital. Es importante que, de forma conjunta, acuerdes un plan para afrontar esas posibles situaciones en caso de recaída y protegerte. Déjate ayudar.

¿Puedo tener hijos?

El Trastorno Bipolar no es un obstáculo para ser madre, sin embargo, es importante que las mujeres planifiquen su embarazo. Así, se pueden realizar cambios en la medicación, si fuera necesario, y garantizar un adecuado control y seguimiento durante la gestación. Existen algunas medicaciones que implican graves riesgos para el/la bebé, especialmente el ácido Valproico, por lo que tu médico/a revisará y ajustará el tratamiento antes de que se produzca el embarazo. Además, durante el periodo posterior al nacimiento existe un alto riesgo de recaída, por lo que se recomienda un seguimiento más estrecho. Si te quedas embarazada sin preverlo, contacta con los y las profesionales que te atienden cuanto antes. No abandones la medicación.

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Documentos

Páginas web

Vídeos

Otras lecturas

  • Cómic “Majareta”. Ellen Forney (2012). Editorial La Cúpula.
  • “Una Mente Inquieta”. Kay R Jamison. Tusquets Editores.

Testimonios

Mujer mirando diferentes opciones de libros, video, etc

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