Departamento de Salud / Departamento de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico

Acción comunitaria frente a la soledad y el aislamiento social

Fecha de publicación: 

Departamento de Salud; Bienestar, Juventud y Reto Demográfico. Equipo sociosanitario

Mujer mayor y niña paseando por un bosque

Mujer mayor y niña paseando por un bosque

El Centro Internacional sobre el Envejecimiento (CENIE), junto con la Fundación General de la Universidad de Salamanca publican un informe que aborda la soledad en la vejez y presenta la intervención comunitaria como una estrategia clave para prevenir y mitigar los efectos negativos de la soledad.

Este documento, en el que se subraya que la soledad no es solo una experiencia individual sino también un fenómeno influenciado por factores sociales y estructurales se enmarca en el Programa para una sociedad longeva y es parte del Programa de Cooperación INTERREG V-A España-Portugal, del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

Metodología

La metodología empleada en esta investigación es la llamada Investigación Acción Participativa (IAP), fundamentada en un análisis crítico que se conjuga con la participación de los grupos implicados. En este caso, ha sido la población de la ciudad de Zamora la que ha tomado parte en las diferentes fases del estudio. El trabajo incluyó la identificación de personas en riesgo de soledad, la creación de redes de apoyo comunitario y la implementación de actividades grupales diseñadas para fortalecer los vínculos sociales y el sentido de pertenencia.

Diferenciación entre soledad y aislamiento social

En muchas ocasiones la diferencia entre los términos de soledad y aislamiento social es un tanto difusa. Por una parte, la soledad es un sentimiento subjetivo y personal de falta de conexión o apoyo social, mientras el aislamiento social es una situación objetiva caracterizada por la falta o insuficiencia de relaciones interpersonales duraderas. La diferenciación es importante porque la soledad no va necesariamente de la mano del aislamiento social, y es importante hacer la distinción para realizar un análisis adecuado.

La soledad en la vejez puede manifestarse en diferentes dimensiones y en el informe se destacan tres dimensiones: la social, la emocional y la existencial. La soledad social se refiere a la falta de pertenencia a un grupo o comunidad, reflejando una insuficiencia en la red social de la persona. La soledad emocional, por otro lado, es la ausencia de relaciones íntimas o de apego, como la amistad o el compañerismo. Por último, la soledad existencial es un sentimiento básico de soledad relacionado con la condición humana, enfrentando la existencia individual en el mundo. Estas tres dimensiones de la soledad, aunque de distinta forma, pueden coexistir en una misma persona.

Causas de la soledad en la vejez

Las causas de la soledad en la vejez son diversas y multifacéticas. Por un lado, están los cambios que influyen en la crisis de identidad, como por ejemplo los cambios físicos y de apariencia o la pérdida del rol productivo en la sociedad tras la jubilación. Por otro, las pérdidas funcionales y sensoriales que disminuyen la autonomía pueden aumentar el riesgo de soledad. Asimismo, la muerte de seres queridos y amigos/as, junto con cambios en la estructura social, pueden generar una crisis de pertenencia. Por último, otros factores significativos que contribuyen al aumento de riesgo de soledad son los problemas de salud, tanto físicos como mentales, y la percepción de fragilidad e inseguridad.

Experiencias de soledad durante la vejez

La experiencia de la soledad durante la vejez varía enormemente entre individuos. No hay dos experiencias de soledad iguales: cada persona la vive de manera distinta. La forma en que las personas mayores gestionan sus pérdidas y mantienen sus relaciones sociales es crucial para entender su sentimiento de soledad. Además, la transformación de los entornos conocidos, como el cambio de residencia, puede incrementar el sentimiento de soledad. La falta de un propósito o proyecto vital significativo durante la vejez también puede llevar a la soledad existencial.

Intervenciones y Prevención

Para abordar la soledad en la vejez, es necesario un enfoque preventivo que aborde no solo los efectos inmediatos de la soledad, sino también sus causas subyacentes. Las intervenciones comunitarias son fundamentales para generar redes de apoyo y fortalecer el tejido social, creando un entorno propicio para la integración y el bienestar de las personas mayores. Dichas intervenciones, incluyen actividades de diferente índole tales como talleres, encuentros grupales y programas de voluntariado. Asimismo, la educación y la sensibilización resultan cruciales junto con la colaboración multisectorial entre el sector privado, público y organizaciones no gubernamentales.

Este enfoque integral y preventivo es crucial para mitigar los efectos de la soledad y promover una mejor calidad de vida para la población mayor. Para ello la acción comunitaria es el modelo que se propone en el trabajo realizado por el CENIE

Características del modelo de intervención desde la acción comunitaria

El modelo de intervención propuesto se estructura en varias fases que abarcan desde la detección de personas en riesgo de soledad hasta la realización de encuentros grupales que fomentan la cohesión social. Para todo ello, es fundamental el papel de personal voluntario de todas las edades, tanto seniors como juniors. Su trabajo aporta apoyo continuo y fomenta la participación de la comunidad:

  • Detección de personas en riesgo: La identificación de individuos en riesgo de soledad se realiza a través de campañas de sensibilización y la activación de redes comunitarias.
  • Encuentros grupales: Las actividades grupales se dividen en fases, comenzando con sesiones de conocimiento y formación en grupo, seguidas de la exploración de recursos comunitarios, y culminando con la orientación a valores y evaluación del futuro del grupo.
  • Participación comunitaria: La sensibilización y la activación del tejido comunitario son esenciales para crear un entorno de apoyo mutuo. Se promueve la participación de todos los sectores de la comunidad para asegurar una respuesta integral y sostenible.

Conclusiones

El informe concluye que el éxito de las intervenciones en el ámbito de la soledad depende en gran medida de la existencia de un liderazgo claro y del fomento de la participación comunitaria. Además, subraya la importancia de comprender la soledad como un fenómeno multifacético que requiere enfoques personalizados y colectivos: es importante adaptarse a la realidad social, territorial y comunitaria de cada lugar. Por último, hay que destacar que, aunque la intervención finalista es crucial, es igualmente importante desarrollar estrategias preventivas que aborden las causas subyacentes de la soledad.

El informe recomienda un decálogo de acciones para abordar la soledad desde la comunidad:

  • Fomentar la participación de la comunidad.
  • Empoderar a las personas.
  • Crear redes de apoyo.
  • Promover intervenciones comunitarias.
  • Aumentar la sensibilización y la educación.
  • Fomentar la colaboración multisectorial.
  • Implementar políticas públicas eficaces.
  • Evaluar e implementar la mejora continua.
  • Promover la inclusión digital.
  • Desarrollar programas de voluntariado.

Para más información, puede acceder al informe completo “La Acción Comunitaria: Una Herramienta para la Prevención de la Soledad y el Aislamiento de la Población Mayor” publicado por CENIE y la Fundación General de la Universidad de Salamanca en 2024.