6. San Martín de Iraurgi (AZKOITIA)
ETAPA 1: LOIOLA • ZUMARRAGA
De necrópolis pagana a fugaz sede de una villa nueva
La ermita de San Martín de Iraurgi esconde uno de los yacimientos arqueológicos de mayor interés para comprender la transición desde la Antigüedad a la Edad Media en Gipuzkoa, así como la cristianización del País Vasco. Durante las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en ella a mediados de los años 90 del siglo pasado, se localizaron varias evidencias que nos narran el pasado más reciente del templo, desde el siglo XVI en adelante. En concreto, entre las más representativas, se halló un molde para fundir campanas datado hacia 1520, de hasta 3m de diámetro y 1,7m de profundidad, que puede estar relacionado con la construcción del templo actual.
Sin embargo, los restos más espectaculares que se hallaron, aunque estaban afectados por obras posteriores, pertenecen a una necrópolis de incineración de tradición pagana, consistente en una serie de hoyos practicados en la roca y que contenían urnas funerarias llenas de restos humanos calcinados. Estas vasijas de cerámica corresponden formalmente a la época romana, si bien algunas dataciones practicadas a los restos cremados nos llevan a un momento posterior. Concretamente, los difuntos aquí enterrados parecen haber vivido durante el siglo VII, es decir, en época tardoantigua. En cualquier caso, puede ser que la necrópolis estuviera en uso durante un período prolongado y el aspecto más interesante que nos revelan sus restos es la perduración en el centro de Gipuzkoa de rituales funerarios paganos hasta los prolegómenos de la Edad Media. Estos ritos consistían en la incineración de los restos del difunto junto con su ajuar e incluso con elementos de uso común, como puede ser la propia vajilla empleada durante el banquete de despedida del difunto.
En todo caso, a lo largo de la Edad Media se introducirá el rito de inhumación, que se encuadra dentro de la tradición cristiana del momento. Concretamente, aparecerán los restos de varios enterramientos en fosa, en dirección este-oeste, excavadas en la roca. Aunque no se ha encontrado ningún edificio previo, por estar toda el área arrasada, estos enterramientos estarían realizados en torno a un templo, precursor del actual.
Será en el siglo XIV cuando esta iglesia tomará un especial protagonismo, ya que en 1324 el rey Alfonso XI de Castilla otorgó un fuero de población a los vecinos de la zona por la que se establecía una villa nueva en torno a San Martín de “Aezcoitia de Iraurgui”. Durante un tiempo, este lugar acogió una incipiente villa que finalmente fue abandonada, cuando en 1331 el mismo monarca concedió el permiso para trasladarla a la ubicación actual del núcleo de población, en el fondo del valle.
Arte y arquitectura
Actualmente la ermita se compone del templo propiamente dicho y de otras estancias anejas, conjunto en el que destaca una torre prismática rematada con almenas y cúpula poligonal, con un reloj que muestra esferas de gran tamaño en cada fachada. Se halla enlucida de blanco por completo lo que la hace destacar en la colina que corona.
El espacio de culto se ha convertido en un área expositiva, donde se muestran diversas cuestiones referentes a la arqueología en Azkoitia y se explican tanto la necrópolis pagana y los enterramientos cristianos localizados en la ermita, como los hallazgos realizados en el cercano poblado fortificado de la Edad del Hierro de Munoandi.
En relación al culto religioso, aún se mantiene el altar mayor que es presidido por una hornacina de corte clasicista que guarda un crucifijo, todo ello pintado en la pared, y la escultura de San Martín, sedente, lo que constituye una representación atípica del santo.
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