Uno de los destinos de esta ruta es el Santuario de los Santos Antonios en Urkiola, una obra monumental muy visitada y desarrollada en tres naves de diversa altura, la central de mayor alzado que las laterales. Es una obra del siglo XIX con un interior historicista y algunos signos neo-románicos. A este Santuario, ubicado en un paraje natural bellísimo, le precedió otro edificio religioso del que se conserva la torre de dos cuerpos con campanario en el superior y remate en cúpula lucida bulbosa.

Elorrio es una villa medieval fundada en 1.356 para frenar los robos y ataques de los banderizos guipuzcoanos. Como pervivencia de lo que fue la villa medieval tenemos la parcelación larga y estrecha en torno a dos calles cruzadas por un cantón. En sus orígenes, la Iglesia de Santa María de la Concepción no se planificó con el resto de la villa porque las funciones de parroquia las realizaba San Agustín, una iglesia alejada del nuevo núcleo pero que existía desde 1.053. Su construcción será más tarde, en 1.493, pegada a la villa pero fuera de sus cercas. Casos como el de Elorrio no son frecuentes ya que en la mayoría de las villas medievales las iglesias se planifican dentro de la propia villa. No obstante, no es un caso único, en el País Vasco contamos con otros ejemplos como son las Iglesias de Santa María y San Pedro en Markina, asi como San Salvador en Usurbil.

En relación con la Iglesia de Santa María de la Concepción señalar que tiene tres naves a la misma altura cubiertas por bóvedas de crucería. Su fábrica es de sillería y en el exterior posee una torre. Todo el edificio excepto el ábside, poligonal, está rodeado por un pórtico.

Uno de los destinos de esta ruta es la Necrópolis de Argiñeta. El yacimiento se encuentra en el interior y en la campa que rodea la ermita de San Adrián, renacentista y construida sobre otra anterior. Es de planta rectangular de una sola nave construida en mampostería de piedra arenisca. El interior tiene suelo de cantos rodados. Los sepulcros y estelas funerarias están dispuestos de forma artificial, constituyendo un rectángulo. En la actualidad existen veinte sepulcros, uno de ellos doble, dos cubiertas aisladas, sin caja y cinco estelas. Argiñeta es uno de los yacimientos medievales más interesantes del territorio ya que en él se encuentran vestigios de la primera organización de espacio altomedieval vizcaino, así como síntomas evidentes de cristianismo. A juzgar por estos restos, el asentamiento fue ocupado entre los siglos IX y XII.

Durango fue fundada en torno a 1.290 aunque se desconoce la fecha exacta dado que no se conserva la carta puebla de fundación. Se trata de una villa populosa, industrial y con importantes monumentos. La estructura urbana es de estilo gótico con calles estrechas en su parte antigua.

La cruz de Kurutziaga que hay en esta localidad siempre se ha considerado un monumento conmemorativo, más arcaico que antiguo, de gran valor simbólico e iconográfico. Destaca por su originalidad y por la capacidad de crear escuela en Bizkaia donde es cabeza de serie de una larga cadena de cruces conmemorativas. La cruz, gótica, del siglo XV, es una alta columna pétrea envuelta en vegetación (manzano) que se metamorfosea en la cabeza humanizada de la serpiente. Alrededor del árbol aparece una compleja iconografía del Génesis: la Tentación, el Pecado de Adán y Eva, la Expulsión del Paraíso. En el tambor, las figuras del apostolado. En el anverso de la cruz propiamente dicha, el calvario con el crucificado, María y San Juan. En el reverso se representa a María con el Niño entre dos santas, a María Magdalena y al obispo o monje. El misterio, los simbolismos que la rodean y lo testimonial que resulta el monumento en el contexto bajo-medieval de la herejía, son los valores fundamentales de esta cruz.

El Ecomuseo del Caserío Vasco está situado en Artea. El edificio en sí es un caserío a dos aguas construido a la usanza de finales del siglo XVI, cuando la madera de roble era el material más empleado en este tipo de viviendas. Representa la vida, costumbres y trabajo de los baserritarras. Pretende rendir homenaje a nuestros antepasados, mostrar la sabiduría, el sacrificio y trabajo que durante siglos hicieron del caserío vasco una institución autosuficiente, embrión de la riqueza y cultura de nuestro pueblo.