La Ribera: el silencio de la piedra
La Ribera: el silencio de la piedra
Volver | Ficha de la ruta | Recorrido: Carcastillo, Olite, Ujue, Tafalla
Ficha de la ruta
La ruta de La Ribera nos permite encaminarnos por sus llanuras, perdernos en sus ricos valles atravesados por caudalosos ríos y nos ofrece la posibilidad de sentirnos intrusos en el intenso silencio de sus campos
El viento del cierzo, frío y seco traspasa los muros del Monasterio de Nª Sª de la Oliva. En su interior, nos sorprende la austeridad del Cister y la vida monacal donde el tiempo permanece atrapado en el arte de sus piedras.
Nos acercamos con paso curioso a poblaciones como Ujue, Olite y Tafalla que se configuraron en elevados promontorios buscando la seguridad de quien podía divisar al enemigo mucho antes de su llegada.
El ambiente histórico impregna cada una de las estrechas calles empedradas de estas villas y rompe la barrera del presente para aquellas personas que quieran conocer la historia a través de sus desnudas fachadas y amplios portalones.
En lo alto de Ujue y presidiendo un entramado de calles laberínticas, se erige el Santuario de Santa María. En su iglesia aun se conserva una bella talla de la Virgen forrada de plata que permanece apartada del mundo tan solo por una enorme rejería gótica.
Templo de grandes devociones, conserva dos torres que le dan un aguerrido aspecto de fortaleza en el que su arquitectura deja ver el paso de los siglos y de los estilos artísticos.
Pero La Ribera también es tierra de palacios, iglesias y castillos de singular belleza que fueron construidos con gran detalle en su edificación y en el diseño de sus estancias.
Mapa e indicaciones de la ruta
Cómo llegar a Carcastillo
Ver mapa
- Desde Vitoria:
- 178 Kms
- E5/E80, A-15 y NA-124
- Desde Bilbao:
- 233 Kms
- AP-68, N-622, E5/E80, A-15 y NA-124
- Desde Donostia:
- 158 Kms
- E80/N-1, A-15 y NA-124
- Desde Pamplona:
- 75 Kms
- A-15 y NA-124
Carcastillo
El Monasterio de Nuestra Señora de la Oliva es uno de los mejores ejemplos del estilo cisterciense. Toda su arquitectura responde al ideal cisterciense de austeridad y serenidad. La iglesia ojival, con tres naves y transepto de finales del siglo XII, está desprovista de ornamentación si exceptuamos tres sencillos motivos vegetales en los capiteles. La impresión de profundidad se debe a su gran longitud, 75 metros, y a la pureza de sus líneas. En su fachada, un elegante pórtico y dos rosetones. Fue remodelada en el siglo XIV. El claustro, de un gótico mucho más tardío (siglos XIV y XV), más ligero, contrasta con el rigor de una sala capitular del siglo XIII, cuyas bóvedas se apoyan en cuatro capiteles románticos. En su arquitectura también sobresale la gran sala de novicios o biblioteca y la portada del siglo XIV.
Galería fotográfica
Olite
Este pueblo está situado en la Navarra media oriental, en un pequeño cerro que apenas se eleva sobre las márgenes del río Cidacos.
El Palacio Real de Olite es un castillo de ensueño, con un interior de azulejos, techos esculpidos y pintados, jardines colgando por encima de altas murallas y torres bautizadas cada una de ellas con nombres tales como: Torre de las Atalayas, Torre de los Cuatro Vientos, Torre de las Cigüeñas En 1.813 el general español Espoz y Mina le prendió fuego para impedir que fuera ocupado por los franceses. Poco a poco se ha ido acometiendo la restauración de este bello monumento hasta devolverle el aspecto primitivo. Su arquitectura exuberante y sabiamente desordenada la completan dos iglesias: la antigua capilla real, gótica, Santa María la Real, que cuenta con una portada esculpida del siglo XIV, en la que se representan escenas de la vida de la Virgen, y la Iglesia de San Pedro, de estilo de transición románico-gótico, con una finísima aguja gótica y un claustro románico más antiguo.
Galería fotográfica
Ujue
Situado en la Navarra media oriental, es el típico pueblo-fortaleza con un conjunto histórico medieval de gran interés. Se trata de un pueblo antiguo cuya Iglesia de Santa María, dentro de un monasterio particularmente bien restaurado, fue edificada en el siglo XI. Su nave, reconstruida en el siglo XIV, es gótica, y el ábside románico.
Galería fotográfica
Tafalla
Tafalla, centro económico de la merindad de Olite, está situada a orillas del río Cidacos en medio de una extensa huerta y campos de cereal y vid. Esta localidad marca el inicio de Ribera de Navarra, al pie de las últimas estribaciones pirenaicas.
Desde el siglo XII hasta mediados del XIV Tafalla vivió una época de expansión truncada por la Peste Negra. Para paliar los efectos de la crisis, Carlos III la declaró buena villa en 1.423, elevando a todos sus habitantes a la condición de francos. Por estas fechas se construyó un palacio real, réplica del de Olite, cuyos restos desaparecieron a finales del siglo pasado. En el núcleo de población se distingue claramente el casco antiguo de traza medieval, situado en la parte alta entre las dos iglesias principales, y los ensanches posteriores. La plaza nueva, edificada entre 1856 y 1859, constituye el centro comercial y administrativo de la ciudad. También se pueden visitar la Iglesia de Santa María y la de San Pedro. En la primera, en la Iglesia de Santa María, destacan el retablo mayor y el sagrario de Juan de Antxieta, la sillería del coro, que data de 1760 y la milagrosa e inacabada imagen de San Sebastián, patrón de la ciudad, realizado en piedra policromada del siglo XV. La Iglesia de San Pedro, la más antigua de Tafalla, fue construida en 1157.