Históricamente es uno de los núcleos más importantes de la Rioja Alavesa. Alzada sobre una colina dominante, siempre ha tenido un marcado matiz militar, defensivo. Laguardia, junto con Vitoria, es una de las villas que mejor conservan su trazado y disposición medieval. Está formada por cuatros calles paralelas con dos iglesias-fortaleza en los extremos que reforzaban la muralla defendiendo las dos entradas opuestas de la villa.

Como villa medieval fortificada, tiene su origen en las guerras fronterizas de los reinos castellano y navarro. Fue cercada por el rey Sancho el Fuerte de Navarra (XII-XIII) y contaba con un castillo amurallado en la parte norte que fue derribado en el siglo XIX. La muralla ha sido rehecha en varias ocasiones. Los vestigios más antiguos son las torres y la "zona este", rehecha en los siglos XV y XVI. El resto ha sufrido multitud de reformas en el siglo XVIII y sobre todo en el XIX.

Las dos iglesias, Santa María y San Juan, marcan los extremos de la calle Mayor, integrándose en el sistema defensivo de la villa. La Iglesia Santa María de los Reyes, situada en la zona norte del núcleo fortificado, es de estilo gótico aunque con aportaciones renacentistas, barrocas y del románico. El retablo mayor, de principios del siglo XVII, es obra de Bascardo; los retablos laterales son barrocos y el púlpito, con base de piedra, así como la pila bautismal, del siglo XVI. La pieza más destacada del templo es la portada gótica policromada.

La Iglesia de San Juan, gótica, situada en el otro extremo, al sureste, es un bello ejemplo de arquitectura religiosa fortificada. Los muros del ábside se construyeron en la misma muralla y su torre, hoy campanario, cobijaba una de las entradas al recinto amurallado.

En esta localidad también se visita el Poblado de la Hoya, un interesante yacimiento y museo con restos y vestigios que van desde la Edad de Bronce hasta la Edad de Hierro. El poblado fue abandonado antes de la romanización y las excavaciones que allí se han llevado a cabo permiten conocer la conformación del poblado durante el primer milenio antes de Cristo.

En esta localidad el interés se centra en el Dolmen Chabola de la Hechicera, que fue descubierto en 1935. Este monumento funerario es un yacimiento sobre el que se han realizado muchos estudios que certifican su naturaleza prehistórica y ofrecen una visión global de la cultura megalítica en la Rioja Alavesa. Se trata de un gran dolmen de corredor formado por grandes losas a diferentes alturas que está situado en tierras de baldío, en un entorno de cultivos de vid.

Seguramente es el puente alavés más conocido, el que mayor numero de visitas recibe. Tradicionalmente ha sido considerada una obra romana, sin embargo, la arquitectura del puente actual responde a parámetros técnicos y tipológicos más recientes. Este magnífico puente cuya construcción no puede datarse más allá del siglo XVI, sufrió una ampliación notable hacia su margen derecha durante la primera mitad del siglo XVII y posteriormente ha sido objeto de importantes reformas.

La Villa de Vitoria, fundada en 1.181 por el Rey Sancho el Sabio de Navarra, constituye un ejemplo de urbanismo medieval es decir, calles estrechas, parcelación gótica y casas de alforja. Por su excelente situación estratégica, este rey ordenó edificar dos castillos, iglesias fuertes y formar un recinto defendido por altas y robustas murallas.

Situada sobre una colina, en el centro de la Llanada, Vitoria se convirtió pronto en un núcleo de gran interés comercial y punto clave en las comunicaciones del interior de la península con las fronteras de Navarra y Francia. Dentro del casco histórico se diferencian claramente el trazado medieval y el ensanche neoclásico del siglo XVIII. La villa medieval conserva la huella de su trazado original. En el siglo XIII, a consecuencia del crecimiento por el auge comercial, se desarrollaron dos ensanches sobre ambas laderas de la colina configurando un cerco de calles gremiales (Correría, Zapatería, Herrería, Cuchillería, Pintorería, Judería) alrededor de la fortaleza de Sancho el Sabio, conocida como Villa Suso.

La parcelación y tipología constructiva han sufrido importantes transformaciones, especialmente en la parte alta -Villa Suso-. En esta zona se encuentran edificios de gran relevancia histórico-artística como por ejemplo la Catedral de Santa María, construida entre los siglos XII y XIV sobre antiguos restos de fortificaciones, la Iglesia San Vicente, al sur, sobre un antiguo cubo de muralla, la de San Miguel, levantada a partir del XIV en el lugar que ocupaba una antigua ermita judadera; los palacios renacentistas de Montehermoso, Escoriaza-Esquibel y Villa Suso, el antiguo palacio González Chávarri y la casa Etxanobe.