Departamento de Cultura y Política Lingüística

Markina-Durango-Elorrio

Volver

Markina: Colegiata de Cenarruza

Retablo mayor de Santa María

La segunda ruta de Bizkaia es una ruta interior que se inicia también en la Colegiata Cenarruza de Markina, en la que vemos el Retablo Mayor, renacentista de tipo casillero. Sobresale especialmente por su tipología mixta en la que combina pintura y escultura, destacando las dos imágenes marianas góticas que se integran en el retablo y la armoniosa conjunción del banco barroco que lo peralta. La policromía actual del retablo imita la renacentista inicial, basada en el juego cromático blanco-oro, con policromía en las imágenes.

Durango: Santa María de Uríbarri

Retablo mayor de Santa María de Uribarri

En Durango, se visita el retablo de la Iglesia Santa María de Uribarri, ejecutado entre 1578 y 1596, con escultura de Martin Ruiz de Zubiate. La policromía que se puede considerar coetánea al retablo, parece que fue ejecutada en los últimos años del siglo XVI. Es de magnifica calidad, dominando el dorado en la arquitectura y con un peso mayor de lo habitual en lo figurativo. Este retablo por su corrección arquitectónica, la representatividad estilística de su escultura, la versatilidad decorativa y sus peculiaridades formales e iconográficas, se considera el paradigma del romanismo en Bizkaia y uno de los más destacados de este estilo en el País Vasco.

Elorrio: Iglesia parroquial de la Purísima Concepción

Retablo mayor de la Purísima Concepción

En el ábside de la iglesia nos encontramos frente a un monumental Retablo Mayor rococó realizado entre 1754-58, que ocupa totalmente el ochavo de cabecera y que junto con los retablos colaterales de San Pedro y San Miguel conforma una unidad escenográfica barroca grandiosa. La policromía es magnifica, una de las más bellas del barroco vizcaino. Realizada por Antonio Jiménez y Echavarría, dorador de Arrasate, lleva dorados bruñidos y bronceados con labores cinceladas al gusto rococó. Además presenta un mueble de gran calidad en su diseño y ejecución, siendo el retablo barroco vizcaíno de mayor envergadura. Fue realizado por autores punteros de la época: Martínez de Arce y Silvestre Soria que transplantaron al País Vasco el retablo de modelo cortesano. Con un magnífico dorado y tallas de buena calidad es especialmente destacable la presencia de camarín-transparente con contrarretablo, de gran efecto escenográfico, que constituye un caso excepcional en territorio vizcaíno.