Las inundaciones constituyen el riesgo natural que mayores daños ha provocado históricamente en Euskadi, tanto materiales como en pérdida de vidas humanas. Sin duda, uno de los  mayores retos de la política del agua en Euskadi.

La gestión actual del riesgo de inundación aboga por la consolidación de políticas basadas en la combinación de medidas no estructurales (ordenación de usos en función del grado de inundabilidad, sistemas de información hidrológica y de alerta temprana, medidas de protección civil, etc.) y medidas estructurales, sólo en zonas urbanas consolidadas sometidas a riesgo. Entre ellas tienen un papel esencial las primeras, destacando las políticas preventivas que evitan la ocupación de terrenos inundables.

Esto enfoque busca aumentar la seguridad de personas y bienes, al tiempo que busca frenar el deterioro morfológico de las masas de agua, promoviendo así la consecución del buen estado de las masas de agua.

Al respecto, es necesario tener en cuenta que  la masiva ocupación de márgenes cercanas a los cursos de agua ha consolidado una exposición al riesgo de inundación de personas y bienes que ahora ha de gestionarse tratando de generar las menores alteraciones morfológicas posibles a los ríos.