39. Núcleo de Oteo (OTEO, CAMPEZO)
ETAPA 5: ALDA • SANTA CRUZ DE CAMPEZO
Una villa al paso del camino
Las primeras menciones documentales del topónimo de Oteo nos llevan a la Plena Edad Media. Una de ellas data del siglo XII, del año 1182 concretamente, cuando el rey navarro concedió el fuero al núcleo de Antoñana, por la cual esta alcanzó la categoría de villa. En este documento menciona que Oteo queda incorporada a su territorio. Con posterioridad, en 1256, en la Real Cédula en la que el monarca castellano Alfonso X el Sabio otorga la carta puebla a Santa Cruz de Campezo, en la delimitación que hace del territorio de la villa consta el topónimo de Angosto Oteyo.
Este núcleo era atravesado por una vía de comunicación muy transitada en época altomedieval que comunicaba el territorio navarro (a través el Valle de Arana) con Campezo. De hecho, la villa fue creada con el objetivo de controlar el paso de la circulación de mercancías y viajeros de la mencionada vía. Posteriormente, ya en el siglo XV, Enrique de Trastamara otorgó la población en señorío al linaje de los Rojas, que terminó en manos de los Condes de Orgaz al casarse María de Rojas con Álvaro Mendoza y Guzmán.
En el año 1678 la villa de Oteo consiguió ser proclamada “villa de por sí”, no sin antes pagar al monarca Carlos II el canon que se les impuso para ello, y se mantuvo de manera autónoma hasta que pasó a formar parte del municipio de Campezo.
El núcleo de Oteo
La villa de Oteo está ubicada entre los valles de Arana y de Campezo. Se asienta sobre una ladera y su urbanismo, compuesto por casas exentas, se adecúa a su escarpada orografía. En la parte más alta del núcleo se encuentra la ermita de Nuestra Señora de San Juan, desde la que se domina visualmente la población. Se trata de un templo compuesto por una nave de tres tramos, con una cubierta de bóveda nervada en los dos primeros y una bóveda de aristas que se apoyan en ménsulas el último. Es reseñable su retablo del siglo XVII en el que destaca la imagen del siglo XIII de una Andra Mari de Nuestra Señora de San Juan con el Niño.
En su parte más baja no obstante, se halla la iglesia parroquial de San Mamés, cuyo origen se encuentra en los siglos XII y XIII, pero que fue reformado principalmente en el siglo XVI. Posee planta de salón con crucero y está edificado con fábrica de mampostería. Adosada al muro de su lado norte y junto a la actual entrada al templo se alza una torre campanario de planta poligonal, que en su primer tramo presenta mampostería con sillares esquineros y en las que se abren pequeñas ventanas saeteras, y en el segundo fábrica de sillar en el que se abren tres arcos de medio punto que acogen las campanas. En su fachada sur se encuentra la antigua portada con un arco dovelado de medio punto en cuyo centro hay un escudo y un óculo, ambos de estilo gótico, que actualmente se encuentran tapiados. En su interior la cubierta de la nave es de crucería gótica. Destaca el retablo renacentista del siglo XVI que está decorado con bultos en su calle central y con relieves en los laterales. Está presidido por San Mamés, que se presenta con el hábito de ermitaño.
A lo largo del núcleo se pueden observar varios edificios civiles de interés, como es el edificio de la antigua escuela, situado en el centro junto al frontón. Fue una escuela pública mixta de de comienzos del siglo XX, construida en estilo neovasco. En sus cercanías existe un antiguo lavadero que se halla renovado. Otro de los elementos más reseñables es la casa de los Ruiz de Alda, sita en la calle de Medio. Presenta una puerta de arco de medio punto y ventanas góticas, y destaca principalmente por el escudo familiar, situado en el primer piso de la fachada principal y flanqueado por dos balcones con barandado de hierro.
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