En esta edición hay que añadir las circunstancias sufridas en la pandemia, persistentes aún en 2021, con restricciones relativas a los aforos, los horarios y la movilidad de las personas. Hay que recordar que hasta febrero de 2022 no se decretó el final de la situación de emergencia sanitaria en Euskadi. Esta situación excepcional que impactó de lleno en la actividad cultural presencial añade variabilidad a los datos, rompe líneas de tendencia que se venían registrando en las últimas ediciones y genera diferencias ostensibles entre las diversas realidades sectoriales. Es, pues, una información que retrata un momento especial y como tal hay que tratarla.
Otra de las novedades de esta edición es el apartado dedicado a las políticas de igualdad, que completa el análisis sobre la presencia de las mujeres en el empleo.
El informe está organizado en dos grandes apartados:
- En primer lugar, se presentan indicadores generales de las artes y las industrias culturales mediante las principales cifras referidas a su dimensión sectorial, la titularidad de los agentes que han participado y su distribución territorial. Permite obtener un retrato del conjunto del sector cultural.
- En segundo lugar, se aportan miradas transversales de los datos: las asimetrías en los sectores, la distinción entre cultura reproducible y cultura en vivo, la evolución de la actividad económica de los agentes, el peso del euskera en la actividad cultural, el grado de dependencia pública entre los agentes privados, el nivel de renovación e internacionalización y la perspectiva de género, aplicada tanto a la presencia de las mujeres como a la implantación de las políticas de igualdad.
