El Gobierno Vasco eleva su calificación hasta la "A", con perspectiva estable, según la agencia de rating Fitch

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13 de abril de 2022

El Gobierno Vasco ha conseguido elevar su calificación hasta la “A”, con perspectiva estable –dos escalones por encima del Estado, según la agencia de rating Fitch. Esta valoración reafirma la calidad crediticia y confianza económica que hace dos semanas ya resaltó la agencia S&P. La mejora refleja los resultados preliminares de Euskadi para 2021, que son mejores de lo esperado.

El buen comportamiento presupuestario y el ratio de amortización de la deuda –que mejoró hasta situarse entre seis y nueve años a medio plazo- después de que en 2021 presentara su mayor saldo operativo de los últimos 10 años, han sido dos de los elementos bien valorados.

Por su parte, la perspectiva “estable” refleja la expectativa de Fitch de que los resultados operativos y las métricas de deuda del País Vasco se mantendrán en esta línea en el medio plazo.

Factores clave

La agencia de rating mantiene que Euskadi presenta un riesgo bajo de que se debilite inesperadamente su capacidad de cobertura de su endeudamiento, en relación con sus pares internacionales, dada su capacidad para cubrirla con su saldo operativo. Esto se considera así básicamente por la robustez de los ingresos, compuestos en su mayoría por las aportaciones de las Diputaciones Forales.

Así, justifican que la recaudación está vinculada al PIB, que “esperamos que crezca debido a las buenas perspectivas económicas”. Una de las afirmaciones recogidas en el informe de calificación es que “el crecimiento de los ingresos de Euskadi ha superado el crecimiento del PIB estatal en los últimos cinco años y los indicadores socioeconómicos de la región están por encima de la media nacional”.

Otra de las cuestiones contempladas ha sido el control moderado sobre el crecimiento del gasto, que ha seguido el crecimiento de los ingresos desde 2012, estando el 65% de su gasto destinado, esencialmente, a educación y sanidad.

Euskadi comenzó con una reducción gradual del déficit global desde 2012 y en superávits récord desde 2017, manteniendo un buen nivel de servicios públicos esenciales.