Euskadi genera cerca de 6 millones de toneladas de residuos anualmente, un 7% menos que en 2010
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- El Plan de Prevención y Gestión de Residuos contempla medidas que incrementarán esta reducción hasta el 10% para el año 2020.
- En términos económicos, se ha pasado de generar 95 toneladas de residuos por millón de euros de PIB en 2010, a 85 toneladas en 2016.
- La valorización material o energética del conjunto de residuos (industriales y urbanos) supera el 60%.
- En la actualidad, Euskadi está eliminando el 40% de sus residuos en vertederos. El objetivo para 2035 es verter únicamente el 10%.
La generación de residuos en Euskadi alcanza cerca de 6 millones de toneladas al año, lo que supone una generación de 2.695 kilogramos por persona y año, frente a la media europea se sitúa en 1.500 kilos, una diferencia que se explica por el mayor peso comparativo que tiene en la Comunidad Autónoma el sector industrial, según se desprende del Perfil Ambiental 2017, presentado hoy en Bilbao por Iñaki Arriola, consejero de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda del Gobierno Vasco. Desde el año 2010, el País Vasco ha reducido un 6,8% la generación de residuos, cifra que se espera aumentar hasta el 10% en 2020 de acuerdo con las directrices que marca la Unión Europea.
El consejero Arriola ha identificado, además, los retos de Euskadi en esta materia para 2035, alineados con el paquete de economía circular de la Unión Europea, “que pasan por reciclar el 65% de los residuos municipales y el 75% de los residuos de envases, reducir la eliminación en vertedero a un máximo del 10% o prohibir el depósito en vertedero de los residuos recogidos por separado”.
“Unos objetivos –ha añadido– muy ambiciosos, que plantean también interesantes oportunidades que la industria y la sociedad vasca no debemos dejar pasar”.
Y ha señalado que “tenemos que aprovechar lo que ya están haciendo cada vez más empresas punteras e innovadoras y ser capaces de trasladar esa forma de ser y trabajar, al resto de la sociedad. El ecodiseño, la fabricación ecoeficiente, el consumo responsable, tienen que convertirse en nuestras señas de identidad. Por compromiso con la supervivencia del planeta que compartimos todos los seres vivos y por actitud vital”.
El informe, elaborado con los últimos datos disponibles (2016), señala que los residuos industriales no peligrosos constituyen la corriente de mayor generación en Euskadi, con un 56% del total, seguida de los residuos de construcción y demolición (21%), y de los residuos urbanos (17,5%). Los residuos peligrosos suponen el 5,5% del total.
La radiografía de los residuos en Euskadi está muy marcada por la fuerte industrialización del territorio; la presencia de sectores con una alta generación de residuos, como el siderúrgico, la construcción o el papelero; así como el poder adquisitivo de la población vasca, que implica un mayor consumo y la consiguiente generación no solo de residuos domésticos, sino también de residuos industriales derivados de la fabricación de los bienes y servicios consumidos.
Desde una perspectiva europea, los 28 Estados que conforman actualmente la Unión Europea generan en torno a 1.798 millones de toneladas de residuos al año, con una cifra per cápita media que oscila entre los 1.000 y los 1.500 kilogramos por persona y año.
En Europa, el sector de la construcción es el mayor generador, ya que aporta prácticamente la mitad de los residuos (868 millones de toneladas). La mitad restante se distribuye entre los residuos generados en procesos de fabricación (255 millones de toneladas), los generados por la ciudadanía (209 millones de toneladas) y los producidos por los propios gestores de residuos en sus procesos de tratamiento (201 millones de toneladas).
Gestión de residuos
Respecto a la gestión de los residuos, las infraestructuras de reciclado construidas en Euskadi y las medidas de generación de conocimiento y de apoyo económico adoptadas en las últimas décadas han facilitado que en la actualidad se alcance una valorización del 60% del conjunto de los residuos. Se valorizan 3,5 millones de toneladas de residuos y se eliminan (vertido y otras formas de eliminación) alrededor de 2,3 millones de toneladas. La incineración constituye una opción minoritaria.
La situación en los Estados miembros de la Unión Europea varía muy significativamente. Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Holanda y Suecia superan el 80% de valorización, ya sea material o energética, mientras que Bulgaria o Grecia no alcanzan el 20%.
Medidas de mejora
El Perfil Ambiental de Euskadi 2017 concluye que es necesario mejorar la aplicación de la jerarquía de residuos y adaptar el sistema productivo a los principios que rigen la economía circular; potenciar el ecodiseño para incorporar medidas orientadas a alargar la vida útil de los productos y mejorar su gestión cuando se conviertan en residuos
Las recomendaciones de este informe y las medidas derivadas del mismo van dirigidas a cumplir el principal reto que marca la Comisión Europea, que es reducir a un 10% el vertido de residuos para el año 2035. En la actualidad Euskadi está eliminando el 40% de sus residuos en vertederos.
Por este motivo, el perfil insiste en que la gestión de los residuos generados debe basarse en el cumplimiento de la jerarquía de gestión: prevención, preparación para la reutilización, reciclado, valorización y eliminación. Y apuesta por trabajar de manera específica sobre corrientes prioritarias, entre las que destacan los biorresiduos, los RCD, los envases, los RAEE, las tierras excavadas, las escorias de acería, los lodos pasteros-papeleros y las arenas de fundición, entre otras.
El Perfil señala como una de las claves para lograr estos objetivos la corresponsabilidad de todos los agentes de la sociedad (empresas, ciudadanía y administración), en la aplicación real de la economía circular.
Para potenciar el mercado de materiales secundarios (residuos que son utilizados como materia prima) y cerrar el círculo de la economía circular, el Perfil Ambiental recomienda incrementar su calidad mediante la mejora de los procesos de reciclado y reconocer su calidad con normas técnicas u otros instrumentos, como los que se han desarrollado en el marco del citado Plan en Euskadi.
Finalmente, indica la necesidad de incentivar la innovación y la inversión, medidas transversales fundamentales para posibilitar el cambio a un modelo productivo basado en la economía circular.