Uso del agua en el parto
Introducción
El hospital está dotado de dos bañeras para ser utilizadas durante el parto, principalmente como medida de ayuda para el manejo del dolor de la mujer. La inmersión en el agua tiene efectos beneficiosos principalmente como método relajante y facilitador del parto y puede resultar de ayuda a la mujer a manejar el dolor propio del proceso, pero teniendo en cuenta que este no desaparece.
Desde la unidad de partos, por tanto, se facilita y promueve que aquellas mujeres que lo deseen y cumplan con los requisitos necesarios puedan hacer uso de este recurso.
Requisitos para el uso del Agua en el Parto.
Aunque se trata de una intervención sencilla y sin apenas complicaciones, es necesario que la mujer cumpla con los siguientes requisitos:
- Gestación simple (no gemelar) de entre 37 y 42 semanas
- Comienzo de parto espontáneo, no inducido.
- Parto en fase activa, es decir, con contracciones fuertes regulares y más de4 cm. de dilatación.
- Registro cardiotocográfico previo de 30 minutos.
- Colocación de vía intravenosa.
- Ausencia de factores de riesgo que excluyan el uso del agua en el parto
- Factores de riesgo antenatales (Oligoamnios, Crecimiento intrauterino retardado, rotura de bolsa amniótica mayor de 24 horas, placenta previa, cesárea anterior, etc)
- Factores de riesgo intraparto ( Parto inducido, fiebre materna, liquido amniótico teñido, etc.)
- Uso de analgesia epidural.
- Antecedentes de distocia de hombros o sospecha de macrosomía fetal.
- Presentación fetal anómala (nalgas)
- Índice de masa corporal mayor de 35
- Infecciones maternas activas (HIV, hepatitis, herpes, etc.)
- Patología materna (hipertensión del embarazo, diabetes, trastornos psiquiátricos, patología cardiovascular, asma bronquial, etc.)
- Consentimiento informado por parte de la madre
Hablamos, por tanto, que el uso del agua está limitado a aquellas mujeres que además de carecer de factores de riesgo al momento del parto, deseen evitar, por ejemplo, intervenciones como la anestesia obstétrica, con sus condicionantes. Es un recurso, resumiendo, para uso en partos normales.
Uso durante el parto.
Como se ha señalado, el principal uso de la inmersión en el agua es ayudar a la mujer a adaptarse y manejar el dolor en el parto. La experiencia y las investigaciones indican que es uno de los métodos no farmacológicos más efectivos, que además permite complementarlo con otros (movimiento, balones, masaje, etc). Sin embargo hay que tener en cuenta que su efecto no provoca la desaparición del dolor, ya que el objetivo es que mejore su tolerancia, pero este va a seguir siendo muy intenso. Aún así, es decir, con un pequeño alivio del dolor, el manejo de este se facilita bastante, ya que en esa situación pequeñas ayudas son muy importantes. Es importante que las expectativas sean realistas, pues de lo contrario si estas se incumplen, por ser demasiado optimistas, la intervención puede ser poco satisfactoria. No podemos comparar, por tanto, el efecto del agua con el de la anestesia epidural, son intervenciones diferentes en cuanto a técnica y efectos.
Lo recomendado es, por lo general, que se use el agua en aquellos momentos del parto en el que el dolor es ya muy intenso, de tal manera que se optimice mejor su efecto en esas fases más difíciles de manejar, y que corresponden por lo general a fases avanzadas del parto.
En la práctica la mujer se sumerge en el agua hasta cubrir aproximadamente su cuerpo, con una temperatura, que no debe superar los 38º, que sea confortable para ella. Mientras esté sumergida podrá adoptar la postura que desee y que le permita la propia bañera, lo que está facilitado por que durante ese tiempo no va a estar “atada” ni a sueros ni a aparatos de monitorización, como corresponde a un parto normal. Si los asistentes al parto lo consideran preciso, se podría auscultar la frecuencia cardiaca del bebe de forma intermitente.
Por lo general el tiempo de permanencia en el agua es variable, dependiendo de lo que la mujer desee, pero se considera que a partir de los 90 minutos es conveniente salir durante un periodo suficiente de tiempo para que el agua no disminuya las contracciones y, por tanto, enlentezca el parto. Puede, entonces, volver a meterse en la bañera más tarde si la mujer lo necesita.
Durante el transcurso del la inmersión la matrona y/o la auxiliar permanecerán con la mujer, como durante el resto del proceso, controlando y aportando la ayuda que ésta necesite. Si en algún momento las circunstancias clínicas recomiendan abandonar la bañera se informará debidamente a la mujer.
Recursos disponibles
La actual área de partos cuenta con elementos variados para utilizar el agua durante el parto. Así, todos los paritorios cuentan con un baño integrado que incluye una ducha que puede usarse, aparte de para el aseo personal, como forma de hidroterapia. Para ello se cuenta con sillas específicas para ser usadas bajo la ducha y que la mujer pueda permanecer sentada mientas una segunda persona, por ejemplo, usa el chorro de agua en la zona lumbar.
Aparte de las duchas, la unidad cuenta con dos bañeras para ser usadas por las mujeres para el parto.
- Una de ellas es una bañera específica de partos, muy amplia, confortable y de rápido llenado y vaciado. Se encuentra en una habitación a la que se puede acceder mediante puertas correderas desde 2 de los 3 paritorios disponibles, aumentando a la postre el tamaño total de estos cuando ser utiliza dicha sala.
- La otra bañera se encuentra en el interior del baño del paritorio que no dispone de acceso directo a la habitación de la bañera anterior, siendo en este caso una bañera convencional, de gran tamaño y forma triangular.
Contamos en la unidad, por lo dicho anteriormente, con suficientes recursos para que las mujeres que lo deseen puedan utilizar el agua en el parto independientemente del lugar donde estén ubicadas y con posibilidades varias de uso.
Limitaciones actuales.
Como se ha comentado en apartados anteriores existen razones clínicas para que una mujer no pueda usar la inmersión en el agua durante ninguna de las fases del parto, pero además, hay que señalar que aunque si se cumplan con los requisitos, en estos momentos las mujeres que usan la bañera de partos están limitadas a hacerlo en la fase de dilatación. Es decir, el expulsivo y, por tanto, el nacimiento del bebé dentro del agua no entra dentro de la asistencia ofertada en la actualidad.