Futuro sin tabaco
Anexo I: Aprendiendo a relajarse
Si dispones de 3 minutos:
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Respira profundamente.
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Llena de aire tus pulmones. Retenlo el mayor tiempo posible. Expúlsalo lentamente.
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Repite este ejercicio durante los tres minutos.
Cuando dispongas de más tiempo (10 minutos o más):
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Busca un lugar tranquilo donde nadie te moleste y adopta una postura cómoda.
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Cierra los ojos y empieza a respirar con tranquilidad.
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Toma el aire despacio a través de la nariz. Mantenlo dentro más tiempo que habitualmente. Expulsa el aire despacio, por la boca.
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Coloca una mano sobre el vientre y siente cómo va subiendo al coger aire y descendiendo al expulsarlo. Lo notarás más fácilmente si lo haces con calma.
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Piensa que te estás relajando, que vas a relajarte completamente.
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Disfruta del placer de sentir cómo el ritmo de la respiración va poco a poco invadiendo todo el cuerpo.
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Mantente así unos minutos. Empieza a prepararte para salir de esta situación.
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Inicia pequeños movimientos de piernas y brazos.
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Abre los ojos y mira alrededor.
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Recupera poco a poco tu actividad normal.