13. Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (ZUMARRAGA)
ETAPA 1: LOIOLA • ZUMARRAGA
Una nueva iglesia para un nuevo núcleo pujante
En 1576 se dio sentencia a un antiguo conflicto surgido entre los habitantes de Zumarraga en torno al proyecto de traslado de su iglesia parroquial (no físicamente, sino en concepto de institución) a un lugar más accesible, en la principal población del entorno. Hasta entonces, el templo donde los vecinos del entorno recibían sus sacramentos era el que actualmente se conoce con el nombre de la Antigua.
En efecto, durante el siglo XVI, si no antes, se producirá un fenómeno que no es singular en Gipuzkoa y consiste en la aparición de nuevas aglomeraciones de viviendas en las zonas bajas de los valles. Podemos citar los casos de Villabona, Lasarte, Antzuola o el del barrio azpeitiarra de Urrestilla, entre otros. A causa del aumento demográfico en los márgenes de los principales ríos, las nuevas barriadas solicitaron la construcción de nuevas parroquias o el traslado de las parroquias a otro entorno más accesible, bien porque la distancia a las ya existentes era muy grande, bien porque las cuestas que se debían salvar para llegar a ellas eran muy pronunciadas.
En el caso de Zumarraga, el traslado se materializó, a pesar de la oposición de los vecinos del caserío disperso del entorno de la Antigua y del patrón de la iglesia (la familia de los Lazcano). Para ello, se compraron dos casas y se derribaron con el fin de crear el espacio para construir el templo. Sin embargo, en vista de que la nueva construcción no iba a levantarse inmediatamente, a solicitud del concejo de Zumarraga, el obispo de Pamplona aprobó la construcción de un templo provisional hasta que la nueva pudiera estar terminada. Los vecinos reclamaron que esta construcción debía tener un tamaño suficiente para acoger dentro los enterramientos de los vecinos, tal y como se hacía en la futura ermita de la Antigua. Sin embargo, pasaron al menos 5 años hasta que ésta se dejara de emplear para las inhumaciones. En todo caso, la construcción del nuevo templo se dilató varias décadas y los tejados no se terminaron de construir hasta 1663.
Arte y arquitectura
Como se ha dicho, la construcción del edificio se inició en 1578, pero sufrió innumerables retrasos hasta que se pudo hacer pleno uso de él. Se trata de un templo de “planta de salón”, orientado con la cabecera al sur, dotado de tres naves de la misma altura y cada una separada mediante columnas rematadas con capiteles dóricos. El campanario se inició en 1717 de manos de Francisco de Echeverría y fue continuado hasta la cornisa por Martín de Garro (1723). El remate final se concluye en 1726, obra de Juan Jacinto de Echeverría y Usularre. Si bien se realizó un pórtico a partir de 1655, el actual consiste en un pórtico neoclásico construido en 1826, constituido por una arcada que flanquea la iglesia por los lados norte y este. La portada barroca coincide con la monumental entrada al pórtico, con un arco de medio punto, flanqueado por dos pilastras y rematado por un frontón, un conjunto que destaca sobre el resto del citado pórtico.
Aunque contó con un retablo construido por Juan de Apeztegi a fines del siglo XVII, éste fue reemplazado por una gran obra rococó (aunque con influencia neoclásica) del arquitecto Tomás de Jauregui, que se completa con un conjunto escultórico de Juan Bautista Mendizabal (1756-1760). Destacan en la calle central el Sagrario y el bulto que representa la Asunción de la Virgen y todo el conjunto se halla rematado mediante un cuarto de naranja coronado por una alegoría del Espíritu Santo. Los retablos colaterales son posteriores, de 1804, de estilo neoclásico. En el templo también se guardan una cruz procesional de plata (s.XVI), un Cristo de Mauricio de Valdivielso (s.XVIII).
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