42. Harinera Ibarrondo (SANTA CRUZ DE CAMPEZO, CAMPEZO)
ETAPA 5: ALDA • SANTA CRUZ DE CAMPEZO
Harinera Nuestra Señora de Ibernalo
La configuración geográfica alavesa ha impulsado que en el territorio se haya desarrollado una importante actividad agrícola a lo largo de la historia. Es lógico que con la llegada de la actividad industrial las principales iniciativas empresariales se centraran por tanto en el sector agroalimentario, a excepción de puntos como la capital vitoriana o la zona de Ayala. Por eso las fábricas harineras constituyen una seña de identidad de la industrialización de esta provincia.
La fábrica harinera de Campezo, en funcionamiento actualmente y denominada Harinas y Derivados Ibarrondo S.A., fue la última harinera que se construyó en la provincia, en el año 1947, y se fundó con el nombre de Harinera Nuestra Señora de Ibernalo. A pesar de su fundación tardía, el conjunto evoca a la época inicial de la industrialización del sector en la provincia, tal y como se puede observar en la estructura del edificio, el proceso de producción y su maquinaría. Y es que el origen del proyecto industrial harinero en Campezo es del siglo XIX y corrió a manos de la familia Ibarrondo, por iniciativa de Feliciano Ibarrondo, quien construyó un molino para la molturación del grano. Corría el año 1889. Con el paso del tiempo al molino se le fueron añadiendo nuevos elementos acordes con los avances tecnológicos que trajo consigo la modernidad, como por ejemplo la electrificación de las instalaciones a través de una turbina, aprovechando las instalaciones hidráulicas del ingenio, obra que se llevó a cabo en los años veinte. En 1947 los Ibarrondo decidieron renovarse con el objetivo de poder competir con las harineras del entorno, creando así la fábrica moderna, cerca del primitivo molino. Para ello se contrató al barcelonés Luis Vila, representante en España de la casa inglesa Thomas Robinson & Son Ltd, quien realizó el estudio de la producción y la maquinaria.
La harinera fabricaba principalmente harina de pan, producción que iba destinada a los mercados del País Vasco. La gran parte del trigo que se compraba provenía de la propia provincia y de la vecina Navarra, aunque en ocasiones se mezclaba con trigo sevillano.
La fábrica
Se trata de un conjunto industrial que posee un aire decimonónico con sus suelos, techos y escaleras de madera y una barandilla torneada que comunica las distintas plantas. Se trataba de una fábrica cuyo modelo de producción era en altura, es decir, que estaba organizada en varias plantas. El grano de cereal se desplazaba por todos los niveles a través de tuberías que recorrían verticalmente el edificio y que conserva a día de hoy (aunque no son las originales ya que estas eran de madera), elementos característicos de las primeras harineras industriales. El organizar la producción de manera vertical tenía como objetivo buscar el mayor rendimiento energético, ya que se aplicaba la gravedad a la molturación de los granos. La fábrica conserva gran parte de la maquinaria original.
Desde le punto de vista arquitectónico, el edificio principal es de planta rectangular, posee cuatro alturas y cubierta a dos aguas. Con estructura de hormigón, los muros son de fábrica de mampostería y están revestidos de pintura blanca. En sus fachadas largas se abren numerosos vanos de manera regular, 5 vanos en cada piso, con arco rebajado y recercados con ladrillo, que destacan gracias al contraste cromático del blanco del muro. En la fachada principal pintada en rojo y con letras grandes figura la razón social con la que se fundó la fábrica en el año 1947, además del nombre de su fundador. En la planta baja la puerta de acceso, también recercado con ladrillo, se remata con un arco escarzano.
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