El camarín es un recinto semicircular en su primera parte, que se alarga en una estrecha galería ascendente. El eje principal tiene algo más de 10 metros y la parte semicircular más ancha de la entrada 3.50. Las figuras se encuentran dispersas por casi todo el recinto, siendo las más numerosas las que se encuentran en la parte estrecha y alargada del mismo. Se trata de un conjunto de ciervas pintadas en rojo, mediante una técnica de puntos yuxtapuestos y, en casos, de puntos más aislados. Las medidas de las figuras se encuentran entre 40 y 85 cm de longitud.
Estas figuras han perdido mucho de su estado original. La roca que las soporta está muy fisurada y el crecimiento de cristales entre las fisuras hace que esta roca se desconche fácilmente, arrastrando consigo la pintura que posee. La existencia de una cantera en las proximidades con las consiguientes vibraciones en la roca acrecienta esta acción de pérdida de pintura.
Estas figuras de ciervas rojas, hechas con la misma técnica de las puntuaciones, se dan también en otros santuarios cantábricos como Covalanas (Ramales de la Victoria), y La Pasiega (Puente Viesgo), ambas en Cantabria. Han sido consideradas como pertenecientes a una fase del Magdaleniense anterior a aquélla en que fueron decorados Santimamiñe, Ekain y Altxerri.