Museo Etnográfico de Zalduondo, conservar y difundir nuestros modos de vida

  • Museo Etnográfico de Zalduondo, conservar y difundir nuestros modos de vida

La imposibilidad de realizar actividad cotidiana fuera de nuestros hogares debido a la crisis del COVID-19 está facilitando, sin embargo, que podamos dedicar más tiempo a conocer proyectos e iniciativas que contribuyen enormemente a dibujar el diverso lienzo de nuestra cultura.

Es el caso del Museo Etnográfico de Zalduondo, que tiene sus puertas abiertas a los pies de la sierra de Aratz-Aizkorri en Araba desde hace casi 40 años. Lurdes Lekuona, responsable de la asociación que gestiona el espacio, nos presenta este museo y nos invita a acercarnos a conocerlo en cuanto vuelva a tener sus puertas abiertas.



¿Cuál es el origen de la colección que exhibe el Museo Etnográfico de Zalduondo?

La idea de crear el museo etnográfico en Zalduondo surgió de la Asociación Cultural de la localidad, la cual había sido creada en el año 1976.

En el año 1982 se inauguró el Palacio Lazarraga como museo etnográfico y pasó a ser también la sede de la Asociación, ya que anteriormente las reuniones se hacían en el Ayuntamiento.

Con la creación del museo se pretendía hacer una exposición resaltando las tradiciones, los trabajos del pueblo, sus aperos, sus costumbres, artesanía que se hacía en el pueblo, la influencia de estar en el Camino de Santiago… Es de destacar que la mayoría de las piezas de la colección fueron donadas por personas de Zalduondo y alrededores, también se incluyeron piezas de la Diputación y otras fueron compradas.

En el Palacio se instaló la biblioteca municipal y al ser la sede de la Asociación Cultural se realizaban y se siguen realizando charlas, conciertos, exposiciones…


Como comentas, el Palacio Larrazaga acoge el museo. ¿Cómo se distribuyen los espacios expositivos en este edificio renacentista?

La rehabilitación del palacio renacentista Lazarraga-Amezaga coincidió prácticamente en el tiempo con la puesta en marcha del  museo. El edificio es de la segunda mitad del siglo XVI y destaca su portada de estilo plateresco, flanqueada por dos pares de columnas jónicas. En la parte superior se encuentra el escudo de las familias que lo mandaron construir, con dos grandes esculturas antropomórficas de cuerpo entero a los lados.

En 2018 se llevó a cabo una remodelación de la organización y contenidos de la exposición. En este momento se pueden diferenciar siete espacios expositivos:

  • La planta baja:  etnografía y premios del certamen de artesanía Blas Arratibel.
  • Primera planta: carnaval rural, cerámica, maqueta de Blas Arratibel, pinturas murales y manuscrito de Lazarraga.


¿Cómo son estas piezas que conforman la colección?

En la sección dedicada a etnografía, contamos con los siguientes elementos:

  • Una  chabola de pastor, en la que pueden verse diferentes instrumentos para elaboración del queso, la cama de helechos, un fuego bajo…
  • Una habitación de una familia acomodada, con una cama, orinales, mesilla y cómoda.
  • Una  cocina, en la que está el horno, original del siglo XVI,  e instrumentos utilizados para hacer pan, fuego bajo y enseres relacionados tanto con el fuego y como con la comida, un xixilu, sistema de colada…
  • Instrumentos de producción agrícola: aperos de labranza, una máquina de sembrar patatas…

 

(Cocina. Museo de Zalduondo).

 

En la planta baja también está situada la sala Blas Arratibel, donde están expuestos algunos de los premios otorgados en el Certamen de Artesanía del mismo nombre que convoca anualmente la Diputación Foral de Álava.

En la primera planta, en el apartado dedicado al carnaval, contamos con una exposición de algunos de los personajes propios del carnaval rural de Álava y un vídeo donde se puede ver un recorrido por los carnavales de Ilarduia-Egino-Andoin, Kuartango, Kanpezu, Salcedo y Zalduondo.

En la sala de cerámica hay una colección de piezas tradicionales de diferentes estilos y utilidades.

Otro elemento curioso es la sala donde se encuentra la maqueta de los edificios de Zalduondo y otras tallas realizada en madera por Blas Arratibel, también un video sobre su vida y su obra. Blas, junto con otras personas del pueblo, fue uno de los promotores de la recuperación del carnaval y de la creación de la Asociación Cultural de Zalduondo.

Además, otra de las piezas de la colección son las pinturas murales. El Palacio Lazarraga es el único conjunto civil del siglo XVI conocido que ha conservado pinturas murales del renacimiento en el País Vasco. Se descubrieron a raíz de las obras de restauración del edificio realizadas entre 1980-1985. Estas pinturas fueron trasladadas de la pared a soportes de madera, poliéster y fibra de vidrio. Representan escenas del Nuevo y Antiguo Testamento, temas evangélicos y simbólicos.

Hay también una sala dedicada al manuscrito de Lazarraga, elaborado entre 1564 y 1567, mayormente en euskera, con poemas, canciones y una novela pastoril. El manuscrito es un elemento de gran valor para los estudios de literatura, dialectología e historia de la lengua vasca, especialmente en el entorno de los textos vascos anteriores al siglo XVII conocidos. Esta novela pastoril, inacabada, es la única conocida de este género escrita en euskera. Es interesante destacar que Lazarraga escribiera el relato en prosa, ya que se creía que ésta no se había desarrollado en euskera hasta el siglo XVII.


¿Cuál es el papel que juega una institución museográfica como esta en la comarca?

El objetivo de la actividad museográfica es fomentar el conocimiento de la historia de la zona, mantener la memoria histórica y potenciar la actividad cultural.

El museo lo encuadramos dentro de ese objetivo de fomentar, tanto en nuestro pueblo, en la comarca y en la población general, el interés por nuestra cultura y su conocimiento.

 


(Pinturas murales con la representación de Adán y Eva. Museo de Zalduondo).

 

El museo es una más de las actividades que lleva a cabo la Asociación Cultural, el conjunto de las actividades conforman el espacio cultural que activa la vida social y cultura del pueblo y tienen su espacio referente en el kulturgune Palacio Lazarraga.


La colaboración con los centros escolares es fundamental. ¿Qué experiencias desarrolláis a este respecto?

Todos los cursos vienen de algunos centros escolares a ver el museo, suele ser muy gratificante la experiencia de enseñarles y explicarles a los niños y a las niñas cosas que no han visto nunca, hacer esa labor de trasmisión de costumbres y de cultura es una de las funciones que consideramos más importante.


Has comentado antes que los carnavales de la localidad están presentes en la colección. ¿Qué importancia tiene esta celebración en Zalduondo?

Los carnavales cuentan con una gran participación popular. Por hacer un poco de historia, la primera noticia escrita que se tiene del carnaval de Zalduondo es del año 1739 y el primer sermón de condena a Markitos que se conoce data de 1898. El carnaval se dejó de celebrar por la prohibición franquista, para recuperarse a partir de 1975.

El personaje central es Markitos (que representa todos los males), los otros personajes de la comparsa son: porreros, la vieja, ovejas, pastor, oso, domador, cenicero, barrendero y predicador, así como los bueyes llevando un arado.

 


(Imagen de Markitos. EiTB).

 

En Zalduondo la presencia de los carnavales es muy importante, porque supone mantener una fiesta de invierno que es parte de nuestra cultura, es seguir celebrando el rito que nos han trasmitido nuestros y nuestras mayores y que a la vez trasmitimos a la juventud, quienes lo viven como algo propio e identificativo de Zalduondo. El carnaval es un elemento aglutinador en el pueblo, en el que participa mucha gente de diferente manera.

En cuanto a la organización, destaca el papel de la Asociación Cultural en colaboración con el Ayuntamiento. En este momento es impensable un Zalduondo sin Markitos y sus carnavales.


¿Cuáles son los retos de futuro que se plantea un museo etnográfico?

Como espacio que tiene dos funciones (cultural y expositiva), tenemos dos retos. El primero tiene un carácter social. Corresponde a la Asociación Cultural seguir propiciando la participación y la transmisión del trabajo intergeneracional en el mantenimiento de esta actividad.

Nuestro segundo reto, que hace referencia al trabajo expositivo, sería contar con medios para poder mantener y ampliar esta función. El desafío fundamental es seguir atendiendo este espacio expositivo. Hay que tener en cuenta que somos las personas de la junta de la Asociación Cultural de Zalduondo quienes nos encargamos voluntariamente de abrir este espacio y guiar las visitas, por eso nuestros horarios de apertura son limitados. Tenemos que decir que abrimos los días de fiesta de 11:30 a 13:30 y cuando se solicita (y podemos atender), se hacen visitas tanto en euskara como en castellano a grupos como euskaltegis, centros escolares, centros de mayores…

 

(Especial publicado el 3 de abril de 2020).