Rexcatering: por un consumo inteligente de nuestros alimentos

Es innovadora porque

Ofrece un sistema higiénico sanitario seguro para la recuperación de excedentes y el consumo eficiente de los alimentos, que involucra a la comunidad escolar.

Rexcatering es un proyecto medioambiental, educativo y social que pone la tecnología a disposición de las personas y el medioambiente en torno a la recuperación de excedentes alimentarios en comedores escolares en línea con los ODS (12.3) y las nuevas políticas impulsadas por la Unión Europea. Se apoya en una herramienta informática de gestión, desarrollada ad-hoc, que permite monitorizar todo el proceso, asegurando la calidad, trazabilidad y disponibilidad de cada ración recuperada, al tiempo que provee de información valiosa a las partes de la cadena generando informes automáticos a todas las partes implicadas: ayuntamientos, centros escolares, empresas de catering.

El despilfarro alimentario no es sólo un problema ético sino, además, un problema económico y ambiental. Un tercio de todos los alimentos producidos en el mundo acaba en la basura (1.600 millones de toneladas). España es el séptimo país europeo que más comida desperdicia (7.7 millones de toneladas) y la cuarta parte de la comida que va a la basura acabaría con el hambre en el mundo.

Tras un proceso de reflexión desde la Fundación Residuo Cero (que ya llevó a cabo otras iniciativas en torno a este problema como Nevera Solidaria) se ahondó en la normativa para encontrar soluciones al desperdicio alimentario en los mayores restaurantes de nuestra sociedad: los comedores colectivos. Nunca nadie ha conseguido recuperar de forma segura alimentos en estos comedores, implicando de lleno a la población estudiantil que participa de forma activa en el proceso.

Una vez terminado el servicio, el personal de comedor encargado del proyecto (previamente formado) se dispone a envasar en los recipientes compostables uniración todos aquellos alimentos sobrantes, siempre que se encuentren a temperatura segura (+ de 65ºC en caso de alimentos en línea caliente y – de 4ºC en caso de alimentos en línea fría). Si existen alimentos fuera de estas temperaturas se desechan de manera automática.

Una vez realizado el trasvase se insertan los recipientes en los moldes de la termoselladora y se sellan con el film compostable. Seguidamente se enciende el dispositivo electrónico o tableta para marcar el alimento y lanzarlo a la etiquetadora.

Una vez se imprime, se pega en la mitad de la tapa del envase, dejando a la vista parte del alimento. Finalizado este proceso se insertan los envases en el abatidor de temperatura para, una vez alcanzada la temperatura segura, transportarlos con las neveras portátiles a las máquinas de vending o Zero Zabor Hozkailua. No existen transportes con emisiones de CO2 en el proceso.

El alumnado juega un papel fundamental en el proceso, siendo parte activa del proyecto, integrándose éste en el plan educativo de los centros implicados. Las raciones se ponen a disposición de la ciudadanía de forma totalmente gratuita.

Rexcatering se encuentra activo en cinco municipios vascos: Hernani, Azpeitia, Etxebarri, Durango y Lemoa, y otros tantos están en trámites de instalación: Bilbao, Orio, Portugalete o Bermeo. Se recupera una media del 10% de las raciones preparadas en cada centro. Por desgracia, el desperdicio alimentario es inevitable en determinados sectores colectivos pero lo que sí se puede evitar es que esta comida acabe en el contenedor de basura. La escalabilidad de Rexcatering es evidente, comedores colectivos hay en todo el mundo: colegios, hospitales, centros de día, residencias, grandes empresas...

No solo se consigue reducir el impacto medioambiental del desperdicio (huella de carbono, hídrica, ocupación de tierra, etc.) sino que se reducen gastos económicos (gestión de residuos) y provoca una revolución en la sociedad sin precedentes: comida gratis para todas las personas.

Si cuando esta comida acababa en la basura nadie se preocupaba por quien la consumía, ahora tampoco es el momento. Por otro lado, cabe destacar que todos los consumibles del proceso son compostables (envases, etiquetas y film) y no se utiliza transporte con emisiones de CO2 (los recorridos se hacen a pie), cerrando de esta forma el circuito de Economía Circular.