Museo Barandiaran, una visita mágica

Visitar el Museo Barandiaran, es sinónimo de adentrarse en el corazón de la cultura vasca. Situado en la mágica localidad de Ataun (Gipuzcoa), el visitante tendrá la oportunidad de conocer la vida y ante todo, el extenso trabajo y divulgación del célebre sacerdote, antropólogo y etnólogo vasco, José Miguel de Barandiaran.

Ataun, el pueblo donde Barandiaran ha nacido y vivido gran parte de su vida, posee un entorno natural inigualable que alberga incalculables tesoros históricos tales como: monedas romanas, dólmenes y cuevas, entre otros. Reliquias de tiempos pasados, que además, llevan consigo historias y leyendas mitológicas que los habitantes de la localidad, muy ligada a la ganadería y agricultura, han transmitido de generación en generación.

Ha sido precisamente la ancestral cultura que los montes de Sarastarri, Areetza y Aitxu han salvaguardado a lo largo de los siglos, la que atrajo a un joven Barandiaran a indagar en la arqueología y etnografía vasca. Desde su nacimiento en 1889 hasta su muerte en 1991 con 101 años, el célebre investigador dedicó su vida a llevar a cabo excavaciones de numerosos dólmenes y cuevas. Pero ante todo, Barandiaran estudió la historia y las mágicas leyendas populares que acompañaban a dichos descubrimientos. El que el antropólogo vasco se encargase de plasmar en un papel las cientos de fábulas que habitaban en la memoria de los pueblos, le convierten en el padre de la mitología vasca.

Es precisamente la mitología, la protagonista del museo Barandiaran. En él, los visitantes tendrán la oportunidad de conocer el folclore vasco de una manera sugestiva, en la cual las sensaciones y la imaginación serán las protagonistas. En el espacio situado en el restaurado molino de Larruntza que data del siglo XVI, además, se podrá conocer a fondo la vida del investigador tal y como si estuviéramos presentes en ella.

En definitiva, conocer el museo, acompañándose de un paseo por Ataun, ofrece la posibilidad de no solo ver, sino sentir el misterio, a la par que la belleza de las ancestrales leyendas, que en su día fascinaron al investigador. Unas fábulas que precisamente, gracias a José Miguel de Barandiaran, no serán devoradas por el paso del tiempo y perdurarán en nuestra memoria para siempre.