De lo que fue la fábrica de jabones Lizarriturry y Rezola, sólo se conservan las viviendas obreras, una hilera de casas de pisos sencillas, sin demasiadas concesiones decorativas, dispuestas paralelamente a la carretera de Donostia - San Sebastián a Lasarte, en la Avenida de Zarautz. Detrás de estas edificaciones se sitúan a media ladera las construcciones residenciales del Barrio del Antiguo. Los orígenes de esta empresa datan de la década de 1860, cuando se funda la firma J. Lizarriturry, Rezola y Cª. No tardó en convertirse en una importante empresa que, con la marca La Providencia, se dedicaba a la producción de bujías, glicerina, parafinas, etc. En 1890 se inició la construcción de las viviendas obreras, continuada a lo largo del siglo XX, hasta la construcción, en 1956, del último grupo residencial. La empresa cerró sus puertas a principios de la década de 1990 y sus instalaciones industriales fueron demolidas, restando como único testimonio las viviendas del Antiguo.