La evaluación en el ámbito de la administración se concibe como un proceso por el que a través de la obtención y análisis de una información sobre la intervención pública se persigue alcanzar un juicio valorativo sobre la eficacia, eficiencia e impacto de la misma como base y fundamento para la mejora, corrección y reorientación de las políticas públicas..

Cabe, en este sentido, apuntar como objetivos de referencia en la actividad evaluadora:

• Proporcionar información adecuada a los responsables de la toma de decisiones para insistir o, en su caso, incorporar cambios en las políticas públicas con el fin de alcanzar los objetivos definidos.
• Dar a conocer a la ciudadanía el grado de cumplimiento de los compromisos adquiridos por los poderes públicos.

La evaluación facilita así la apuesta que esta Administración hace por el control de responsabilidades y la rendición de cuentas que se convierte por extensión en un cauce que propicia la mejora de la calidad democrática y la puesta en práctica de la Gobernanza en cuanto que supone una concreción de los principios de transparencia y participación..