Los cuadros, valorados en 2,5 millones de euros, se expondrán de manera conjunta en abril

“Más que poseer obras de arte por el hecho de tenerlas, lo que él quería era disfrutar y, sobre todo, ayudar a conservar lo propio”. De esta manera, el empresario Juan Celaya Letamendi construyó a lo largo de su vida una importante colección privada que, desde su fallecimiento en 2016, es responsabilidad de la fundación que lleva su nombre, presidida por Arturo Azpeitia. Como “su relación con Álava siempre fue estrecha y especial”, la entidad ha puesto sus ojos en el territorio para poder conservar, documentar y divulgar los fondos como se merecen, un objetivo que ha encontrado eco “de manera muy natural” en la Diputación.

De hecho, el máximo responsable del Ejecutivo foral, Ramiro González, y el propio Azpeitia formalizaron ayer de manera pública el acuerdo por el que la fundación ha depositado en el Museo de Bellas Artes 45 obras valoradas en casi 2,5 millones de euros. Desde el pasado mes de julio, estas piezas están ya en manos del espacio ubicado en el paseo de Fray Francisco para proceder a los procesos habituales en estos casos con la mirada puesta en una exposición conjunta que se llevará a cabo en abril del próximo año. De todas formas, no se ha querido esperar para que el público pueda ver ya algunos de los ejemplos más importantes de la colección como es el caso del Tríptico de la guerra de Aurelio Arteta.

Creaciones de Francisco de Goya (en concreto, varias series de grabados), Ignacio Díaz de Olano, Alberto Arrúe, Eduardo Zamacois, Andrés Apellániz, Anselmo Guinea, Valentín de Zubiaurre, Fernando de Amárica, José Jiménez Aranda, Máximo Juderías Caballero, Mauricio Flores Kaperotxipi, Joseph Bail, Pablo Uranga, José Arrúe, Ramón Zubiaurre y el mencionado Arteta conforman el grueso de la selección realizada por el Museo de Bellas Artes de Álava de entre la colección de Juan Celaya. “A nosotros nos hubiera gustado que se hicieran cargo de todo, pero bueno, ya veremos qué sucede en el futuro”, apuntó Azpeitia, ya que el espacio ha elegido sólo aquellas piezas que completan y refuerzan sus propios fondos.