ETAPA 1: LOIOLA • ZUMARRAGA

De parroquia a ermita

La iglesia de Santa María, actualmente conocida con el sobrenombre de la Antigua, procede de la época medieval, posiblemente de la Alta Edad Media, si bien las estructuras que exhibe actualmente no se retrotraen, en el mejor de los casos, más allá del siglo XIII.

Los datos de que disponemos sugieren que la organización religiosa de esta parte del valle fue bastante compleja durante la Baja Edad Media. Por un lado, existían diversas capillas dispersas entre las laderas que dominan el curso del Urola hacia el norte (como esta de Santa María, la de San Cristóbal de Oraa y la de San Martín de Aginaga) y el fondo del valle (Santa María de Zufiaurre y Santa Engracia, también conocida como San Gregorio). Sabemos que la de Aginaga había tenido funciones de parroquia a comienzos del siglo XV, pero se encontraba en decadencia, al mismo tiempo que la Antigua alcanzaba la primacía eclesiástica en el territorio de Zumarraga.

El patronato de esta iglesia fue cedido al señor de Lazcano por Enrique I de Trastámara en 1366. Así, el banderizo extendía su dominio y conseguía nuevas fuentes de renta en la comarca del Goierri. Si los vecinos de Zumarraga pudieron considerar en algún momento que contar con la influencia de un señor del calibre de Francisco López de Lazcano podía beneficiarles, la realidad es que el patrón terminó por no cumplir con las obligaciones inherentes a contar con ese privilegio. Así, en 1486 iniciaron un pleito para instar a los Lazcano a que cumplieran con sus obligaciones: entregar los fondos necesarios para ampliar el servicio clerical, que juzgaban insuficiente. En 1489 quedó zanjado el contencioso, manteniendo el patronato en manos de los Lazcano pero obligándoles a dedicar un tercio de los diezmos a un clero más numeroso.

La iglesia de la Antigua perduró hasta 1576 como parroquia de la población de Zumarraga, ya que el núcleo que se estaba formando a pie de valle reclamó la construcción de un nuevo templo en un lugar más accesible para sus habitantes.

Arte y arquitectura

Se trata de un edificio de planta rectangular, con cabecera destacada trapezoidal. Los muros exteriores se encuentran construidos mediante sillería arenisca y sillarejo calizo, así como con mampostería heterogénea. Así, se pueden observar claramente varias fases constructivas, siendo la más antigua la construcción del paño de la puerta de acceso. Se trata de un muro en el que se abre un vano abocinado, de 4 sencillas arquivoltas ojivales, sin apenas decoración, al que se accede por una escalinata. Al lado, sendas ventanas lobuladas confirman la cronología bajomedieval del templo al que pertenecían, aunque varios autores han visto reminiscencias románicas en la puerta. El acceso se hallaba protegido por un pórtico que descansaban sobre 6 ménsulas que aún subsisten. En la cabecera, en la que figura una inscripción de 1480, destacan un calvario enmarcado en un arco de medio punto y, bajo el conjunto, una ventana del mismo tipo.

El elemento representativo del templo es la estructura de madera que sostiene la cubierta. Esta construcción, posiblemente anterior a 1524, consiste en una serie de piezas de madera ensambladas entre sí, algunas de las cuales cuentan con decoraciones geométricas y figurativas (como los relieves de 7 mujeres tocadas). Además, en 1524, se construyó un coro alto que rodea 3 de las paredes de la nave.

Finalmente, la iglesia es presidida por una talla que representa a la Virgen, aunque procede de la antigua ermita de Nuestra Señora de Zufiaurre.

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