Departamento de Cultura y Política Lingüística

Caracterización y valoración del paisaje industrial urbano del Valle del Bajo Deba (Gipuzkoa)

Dirección: Beatriz Herreras Moratinos

Realización: Amaia Apraiz Sahagún

Resumen y traducción: Leire Milikua Larramendi

 

EL RÍO DEBA

Deba, Mutriku, Elgoibar, Mendaro, Eibar, Ermua, Mallabia, Soraluze y Zaldibar conforman la entidad comarcal del Deba. Sin embargo, para este análisis del paisaje industrial urbano en la cuenca del Bajo Deba se considerarán los tres municipios guipuzcoanos que durante 5 siglos tuvieron en las armas un mismo interés económico e industrial: Eibar, Elgoibar y Soraluze.

La historiografía tradicional explica que el río Deba ha sido fuente del uso de la fuerza hidráulica, así como vehículo de tránsito de mercancías y productos vinculados al sistema ferrón como la Rentería de Alzola. Su principal característica fue el aprovechamiento intensivo del cauce con la implantación de ferrerías, molinos y centrales eléctricas, y, sobre todo el área de Maltzaga, aún hoy es testigo de esa actividad industrial. Esto generó verdaderas redes productivas concatenadas de las que en la actualidad siguen estando produciendo electricidad y que aún se pueden observar. Fue ese el germen para el desarrollo industrial posterior que continuó con un fuerte avance industrial que alcanzó el área sobre el sustrato de la preindustrialización. Sin embargo, en algunos ejemplos como el taller armero de Zamakola en Eibar, donde se conserva íntegramente el proceso productivo con la maquinaria completa, o el complejo de Alzola, en el barrio homónimo en el municipio de Elgoibar, es posible ver el complejo ferrón con la torre, esas primeras huellas industriales.

El desarrollo veloz que se fue generando desde finales del siglo XIX y, sobre todo, en la segunda mitad del siglo XX, ofrece una fisonomía que, en un primer vistazo, parecía ex novo pero anclaba sus raíces en el importante ámbito armero de los siglos XVI y XVIII.

 

 

El presente estudio se centra en los municipios de Eibar, Elgoibar y Soraluze como ejemplo de la huella de la actual industrialización con un importante sustrato histórico de implantación industrial en el territorio. En este caso concreto, los tres municipios han sufrido una importante transformación industrial creándose verdaderos núcleos industriales. En estos espacios industriales no se puede hablar de focos de industrialización ubicados en áreas concretas del municipio sino de núcleos urbanos industriales que se desarrollan a lo largo del municipio conviviendo con espacios residenciales.

 

EIBAR, ELGOIBAR Y SORALUZE

El triángulo formado por Soraluze, Eibar y Elgoibar representa un paisaje urbano de la industrialización donde se entremezclan espacios productivos, residenciales y sociales. La actual morfología de los tres núcleos urbanos es el resultado de una manera de entender el desarrollo vinculado al progreso industrial, generador de unos paisajes industriales que son, a la vez, paisajes de la humanidad y de la memoria.

Esos espacios urbanos son necesarios en tanto en cuanto muestran la parte más intangible de la cultura vinculada con los hábitos humanos, con el trabajo, con la cotidianeidad de la vivienda, con las formas de vida de las últimas décadas.

Conforman visualmente una Y donde el río es un eje más del discurso del paisaje industrial. Es este ámbito en el que se puede ver una evolución de los tres espacios como un gran núcleo de conexión territorial que hoy en día sigue manteniendo esa seña de identidad. La amplia tradición ferrona y armera es un nexo de unión al que se suma la importancia geo-estratégica como punto de creación y producción eléctrica.

De igual manera son los tres núcleos poblacionales el modelo del asentamiento tras la Guerra Civil con la creación de nuevos tejidos industriales y nuevos modelos de vivienda. Así, el espacio cambiante hace de este paisaje industrial urbano un modelo casi paradigmático que muestra la evolución industrial, técnica y habitacional en un mismo espacio geográfico. Al río Deba como lugar conectivo y de transporte, con el paso del tiempo, se le van uniendo nuevas maneras de entender las relaciones espaciales. El ferrocarril en el siglo XIX y las carreteras y autopistas en el siglo XX muestran un tejido paisajístico cambiante.

 

Eibar

En el caso de Eibar la fuerte impresión orográfica del terreno, en el angosto valle del río Ego, determina su asentamiento, creando una peculiar fisonomía que lo singulariza. Escarpadas laderas donde escalan las viviendas, relegadas del fondo del valle ya que la industria se asienta en los escasos espacios llanos disponibles. El paisaje propio de Eibar, que hunde sus raíces en la secular falta de suelo libre disponible, crea un perfil característico en el ámbito del paisaje industrial urbano de Gipuzkoa. En su núcleo urbano se generan 4 polos industriales: dos siguiendo el eje del río Ego, a la entrada y salida de la villa, y dos más en torno a las regatas de Txonta y Matsaria. En estas áreas las constantes arquitecturas fabriles rematadas en terrazas de lámina de agua se entremezclan con las cubiertas de teja de las viviendas, creando una visión única de lo que supuso el desarrollo industrial y urbano acelerado del siglo XX. Su orografía, angosta y cerrada, junto con lo compacto de su urbanismo, hace que esta trama merezca el apelativo de paisaje industrial urbano. Lo apretado y lleno del paisaje industrial de Eibar muestra cómo es la propia seña de identidad de la villa armera, ciudad de trabajo alejada del modelo de ciudad burguesa que adoptaron otros núcleos, también importantísimos para el desarrollo industrial guipuzcoano, como Tolosa o Beasain.

 

Soraluze

En el caso de Soraluze el río Deba, convertido en un río netamente urbano, es el eje central que dibuja el perfil del municipio. A ambos lados, a derecha e izquierda, se presenta una línea continua de edificios habitacionales e industriales que, a modo de pantalla, definen el espacio industrial-urbano. En el cauce se produce una concatenación de presas que hablan del pasado vinculado a la producción industrial: generan una visual paisajística constreñida entre los edificios y las presas cuyo único punto de fuga es el eje del río, encauzado por las construcciones que lo limitan y lo dirigen en su camino a la desembocadura.

En un eje paralelo, las viviendas son espacios circunscritos a la linealidad entre el cauce del Deba y el ferrocarril, el ramal de Mekolalde a Malzaga que conecta las líneas del Vasco-Navarro y los Vascongados. Los edificios habitacionales ocupan esa estrecha franja a la búsqueda y conquista de un espacio ganado a la montaña, entre la carretera, el ferrocarril y el río. Es un paisaje industrializado, cuajado de talleres, industrial, jalonado por el ferrocarril; pero también un paisaje urbano, definido por los grupos de viviendas que se entremezclan, generando espacios de convivencia.

 

Elgoibar

Elgoibar, por su parte, presenta un equilibrio urbano pivotado en dos polos: el asentamiento de la fábrica Sigma y la ya desaparecida fábrica San Pedro de Elgoibar. En los márgenes de este núcleo, el cauce del Deba, desde Malzaga, se jalona de centrales hidroeléctricas; aguas abajo, camino ya de su desembocadura, el barrio de Alzola comienza a definir un paisaje muy diferente, donde enlazan el pasado preindustrial con espacios menos angostos que se definen en un uso terciario, el del balneario, anunciando el cambio de orientación económica de la vecina localidad de Deba.

 

Punto de unión de los tres municipios

Junto con la fisonomía morfológica de sus asentamientos, el nexo compartido es el tipo de industria vinculada al sector del transformado metalúrgico, con su origen en la industria armera.

Los tres municipios presentan un mismo patrón de asentamiento: un pequeño número de industrias que requieren un amplio espacio físico –como Alfa, Orbea, Star o Valenciaga, en Eibar, Sigma y San Pedro de Elgoibar, en Elgoibar, o SAPA, en Soraluze– que han convivido con talleres en altura, destinados a la pequeña empresa auxiliar, y que se entremezclan con un espacio habitacional densamente poblado, carente, a pesar de su riqueza en lo productivo, de los espacios propios de los ensanches urbanos del siglo XX.

 

 

En definitiva, el paisaje industrial urbano de la cuenca del Deba es el resultado de la superposición de capas industriales y de capas poblacionales que determinan el actual perfil industrial urbano. Es la foto fija del asentamiento poblacional en la época del desarrollismo, con la creación de grupos de viviendas de promoción estatal y municipal, junto con las viviendas de promoción privada, muchas veces vinculadas al hecho industrial. Y todas ellas entretejiendo un urbanismo determinado por los complejos industriales que aglutinaron a gran cantidad de mano de obra y que supusieron la referencia industrial de la comarca.

Esta área, densamente poblada por edificios residenciales y edificios industriales, representa la imagen del paisaje urbano industrial contemporáneo en el territorio guipuzcoano.

 

ZONAS O ESPACIOS INDUSTRIALES

Se ha estudiado el paisaje compuesto por las edificaciones (centrales eléctricas, talleres, industrias, viviendas…), infraestructuras hidráulicas y los bienes muebles que puedan tener los elementos reseñados y ligados al aspecto productivo-industrial.

Han sido identificados 100 elementos que, una vez analizados, se han agrupado en 10 zonas o espacios industriales: estos espacios muestran la diversidad de elementos que, a modo de piezas, se van insertando en el tejido urbano.

Se percibe el paisaje industrial urbano del Bajo Deba como un conjunto discontinuo. Estas zonas son necesarias en el discurso del desarrollo del paisaje industrial urbano que ejemplifica el asentamiento industrial desde finales del siglo XIX y siglo XX.

 

A continuación, se presenta una tabla-resumen que contiene las 10 zonas o espacios industriales (Z), el municipio (M) al que pertenecen, los elementos (E) principales con los que están compuestos y una breve descripción (D) que justifica su valor.

 

 

 

M

Z

E

D

Eibar

Z.1 Avenida Otaola

125. Armería Zamakola.

119. Alfa Microfusión.

32. Cerámica Eibarresa.

83-2. Oficinas Lambretta Locomociones.

226. Torres Romualdo Galdos 16-22.

182. Grupo Padre Galdos.

230. SFK.

232. La Imperial Española.

184. Grupo Carlos Larrañaga.

Esta zona representa la continuación del asentamiento industrial desde finales del s. XIX caracterizado por la Cerámica Eibarresa y el Taller de Barrenado de Zamakola, bellos ejemplos de arquitectura de inserción en un espacio actualmente urbano. Se trata también de la unión, de la primera industrialización, de espacio industrial y espacio habitacional. Además, cuenta con: potentes hitos industriales de los 50, edificios-emblema de los 70, grupos de vivienda construidos en los 50 y los primeros “rascacielos” eibarreses.

Z.2 Casco Urbano / Arragueta

43. Gaspar Arizaga.

59. Estación Eusko Trenbideak.

97. Domingo Guisasola.

47. Fundiciones Aurrera.

105. Ed.Industrial en Bittor Sarasqueta1ª.

106. Laspiur.

108. Ed.Industrial en Bittor Sarasqueta1.

49. Olave, Solozabal yCia.

54. Beiztegui Hermanos.

201. Leonardo Azpiri.

229. Aguirre y Aranzabal.

213. Grupo Errebal.

220. Muelles M.Z.

234. Torre Unzaga.

81. Industrias Pampo.

Situada al Este de la anterior, coincide con el núcleo de Eibar. Allí conviven edificios industriales de pequeño y medio tamaño con edificios y grupos residenciales.

En esta área también se ha incluido el entorno de Arragueta, cerca de la desaparecida fábrica de Orbea, donde se ubicaron firmas emblemáticas como BH, con los dos edificios de la antigua fábrica de bicicletas construidos en los años 1926 y 1950. A ella se une el ejemplo de arquitectura civil de las viviendas de Arrabal: un ejercicio compositivo y de planificación urbana de la pastilla en la que se inserta que crea una peculiar planta que ha hecho que se le denomine popularmente “el peine”.

Z.3 Área Barrena / Azitain

44. Gabilondo.

85. Larrañaga y Elorza.

228. Matadero.

231. Gazteñaga, Trocaola e Ibarzabal.

100. Garage.

El área en torno a la calle Barrena concentra algunas de las fábricas más significativas de los años centrales del s. XX. Muy cerca, en la zona de Azitain, se encuentra el antiguo matadero. Es un área lineal constreñida al espacio de comunicación, creando una continuidad visual y paisajística de la villa de Eibar.

Z.4 Área Txonta

123. Industrias Rocandio.

96. C y T Bascaran.

121. Solaun, Rubio y Ormaechea.

94. Automatismos Launik.

124. Edificio Industrial en Txonta 32.

116. Transformaciones Metalúrgicas Norma S.A.

55. Central Hidroeléctrica G.A.C.

91. Edificio Industrial en Gisastubide 1-2

89. Cadenas Iris.

233. Viaducto Txonta.

El área, representa el mantenimiento de una manera propia de la arquitectura industrial eibarresa en un entorno de concentración industrial. Refleja perfectamente la concentración de elementos industriales, construidos en altura y constreñidos en el escaso espacio llano disponible en la vaguada de la regata. Es el área-lugar que mejor singulariza ese crecimiento en altura y la convivencia entre espacio residencial e industrial. Alberga edificios en altura que van desde los 40 a los 70: presentan un alto valor de oportunidad por sus grandes posibilidades de adaptación y nuevos usos.

Z.5 Área Matsaria

48. Pablo Soroa.

46. B.O.J.S.A.

52. Solaun, Rubio y Ormaechea.

45. Acha y Bazterra.

53. A.B.C.

112. Nicolás Correa.

109. Ed. Industrial en Matsaria 10-12.

104. Ed. Industrial en Jardiñeta 34.

51. Hermanos Crucelegi.

58. Puente de Ferrocarril. Eusko Trenbideak.

Se concentran algunos de los elementos arquitectónicos más destacados de los años previos a la Guerra Civil. Esta área creció en torno a una de las dos factorías de Orbea, que ocupó el solar más próximo a las vías del ferrocarril, donde hoy se levanta un moderno polígono industrial.

Es una zona de alto valor paisajístico con piezas fundamentales como las de Boj y Heinza y otras piezas que complementan el paisaje industrial urbano de Matsaria.

Soraluze

Z.1 Eje del río Deba

24. S.A.P.A.

29. Churruca y Compañía.

31-1. Presa del Molino Olabarrena.

86. Presa Igareta.

87. Presa Alberdi.

82. Grupo Serafín Achotegui

83. Grupo Calonge

84. Puente I

85. Puente II

Se trata de un eje en torno al río Deba donde se encuentran fábricas que representan el modelo de pequeño taller, junto a otras de grandes dimensiones. A ello se suma el eje del río Deba donde aún son visibles los restos de interesantes infraestructuras hidráulicas, de origen preindustrial, que fueron posteriormente reaprovechadas en las modernas factorías y que hoy restan como testigos de la evolución del paisaje urbano. Además, cuenta con grupos de vivienda que simbolizan la llegada de trabajadores en la segunda mitad del s. XX y el intento de las autoridades de solucionar el problema de la vivienda.

Elgoibar

Z.1

Área de Malzaga

41. Central Hidroeléctrica de Barrena-Berri.

41-1. Infraestructura hidráulica de la central de Barrena-Berri.

125-1. Infraestructura hidráulica de la central de Aitzarte.

127. Puente. Ferrocarriles Vascos

Esta área se caracteriza por la sucesión de centrales hidroeléctricas y por ser un importante nudo ferroviario donde convergían el ferrocarril Vasco-Navarro y los Ferrocarriles Vascongados.

Z.2 Área de Sigma

32. Estarta y Ecenarro.

121. Estarta Landa I.

122. Estarta Landa II.

123. Iglesia.

104. Frontón Sigma.

Cuenta con la fábrica de SIGMA, un gran complejo fabril que dio también lugar a la creación de grupos de viviendas obreras, iglesia y frontón.

Z.3 Área S. Pedro de Elgoibar

120. Grupo Pedro Muguruza.

117. Grupo Carquizano.

En esta área se sitúan algunos de los grupos de vivienda más interesantes de Gipuzkoa.

Z.4 Área Alzola

20. Casa Lonja Alzola.

63. Torre Alzola.

42. Central Hidroeléctrica Alzola.

49. Molino Alzola.

49-1 Infraestructura hidráulica del molino de Alzola.

45. Estación y Almacén Eusko Trenbideak.

 

El área alberga un interesante conjunto ferromolinero, asociado a casa-torre, que en el s. XX derivó en explotación hidroeléctrica, con lo que supone un nexo-bisagra entre el periodo preindustrial y el industrial. La zona tuvo gran importancia durante el Antiguo Régimen como puerto para el transporte de mineral de hierro aguas arriba del Deba. Su orientación hacia el ocio y la toma de baños en sus aguas medicinales, hace de Alzola un centro de gran interés.

 

 

VALORACIÓN DEL PAISAJE

El paisaje industrial urbano analizado es el resultado de la superposición en épocas diversas de diferentes paisajes urbanos industriales: bajo el estrato más visible de una conurbación propia de las décadas centrales del siglo XX se encuentran vestigios de una tradición productiva que evocan los inicios de la industria armera en el valle. Es por ello que este análisis debe ser entendido y comprendido desde esta visión que parte de lo actual sin perder de vista los restos materiales de lo precedente.

Esto implica entender la sucesión de transformaciones que se han ido generando en el paisaje hasta llegar al resultado final de la acción humana-industrial en un periodo, la segunda mitad del siglo XX, vital en el desarrollo industrial del país.

El paisaje industrial urbano, el más característico y significativo de la sociedad industrial, no se reduce a sus elementos productivos; en él juega un papel fundamental la creación de barrios y viviendas, a menudo entremezclados con los espacios de trabajo creando ámbitos que son auténticos microcosmos sociales con escasa o nula separación entre el lugar del trabajo y el lugar del descanso.

 

Analizado el paisaje industrial urbano del Bajo Deba para su valoración patrimonial, se han identificado y definido 10 áreas de interés. Y es que este paisaje industrial urbano es un espacio no continuo que, a priori, ha borrado la huella de los sustratos de los siglos XIV al XVIII, siendo muy difícil establecer sus improntas. En esta comarca, a diferencia de otras áreas, las marcas en el paisaje del tejido productivo son marcas recientes que hablan de otro tipo de paisaje más cercano en el tiempo, antes de la fuerte crisis del petróleo de los años 70 del siglo XX.

Estas villas se formaron como asentamientos vinculados a un tipo de producción industrial ligada al río, para, paulatinamente, abandonarlo y trasladar el peso industrial a grandes factorías- como las ya desaparecidas Alfa o San Pedro de Elgoibar- bien en extensión, bien en altura, con talleres que comparten espacio habitacional-industrial.

 

El análisis de este espacio industrial urbano acoge un amplio abanico histórico que se cierne desde la Edad Moderna con el espacio Alzola, pasando por el siglo XIX con el taller armero de Zamakola o el pleno siglo XX con los ejemplos de Eibar, Elgoibar y Soraluze. Permite un barrido histórico-cronológico que muestra como se ha ido configurando el asentamiento donde la columna vertebral durante la Edad Media y hasta el siglo XIX fue el río para tomar el relevo el espacio urbano durante el siglo XX. Por tanto, el entramado formado crea un verdadero equilibro entre la fuerte impronta industrial en la que se va adaptando el peso habitacional: el paisaje analizado es un interesante modelo que habla de otra manera de apropiación del territorio.

 

En su configuración morfológica se puede ver y reconocer sus características definitorias, aspecto este que determina su manera de poder conformar el paisaje postindustrial urbano. Los espacios antropizados que se analizan en estas villas, cabezas tractoras de la comarca, son las que mejor plasman la actividad industrial y habitacional del siglo XX. Se pueden ver una variedad de tipos constructivos tanto de tipo industrial como de vivienda doméstica o civil.

 

De esta manera se puede hallar una gran variedad de tipos arquitectónicos: espacios fabriles en altura que es la expresión más característica del tejido eibarres, espacios fabriles en horizontal donde el espacio se desarrolla a través de la nave; modelo del antiguo taller del XIX en el caso del armero Zamakola.

 

Cabe destacar la importancia de la energía con sucesivas presas y conjuntos hidráulicos, sobre todo en el caso de Soraluze o el conjunto de la Central Eléctrica de Barrena-Berri en Elgoibar.

 

En relación a la vivienda de tipo social (Ley de casa baratas y a las de la Obra Sindical del Hogar) y vivienda de empresa (las casa de Estarta en Elgoibar), se presentan modelos vinculados a las nuevas formas arquitectónicas surgidas tras la Guerra Civil como los grupos de Elgoibar, Eibar y Soraluze.

 

A ello se suman espacios de la arquitectura civil y de servicios (Matadero Eibar) y los vinculados con el ferrocarril (Estación de Eibar). Los ferrocarriles, que marcaran el comienzo de la modernidad, contribuyeron al despegue industrial y poblacional allí por donde transitaron creando un paisaje industrial urbano fuertemente intrincado.

 

Por ello se puede hablar de un marco completo en su vertiente histórica, técnica y morfológica en donde perduran claves interpretativas de alto valor significativo que permite su análisis, estudio y valoración. Las capas se superponen siendo más evidente la del siglo XX, y eso no es más que el reflejo de la profunda evolución que ha ido experimentando esta parte del Bajo Deba.

 

CONTENIDO DEL DOCUMENTO ORIGINAL:

El documento original completo desarrolla ampliamente los siguientes puntos: la metodología, la industrialización y asentamiento poblacional del valle del Deba durante los siglos XIX y XX, la movilidad y el desarrollo (el ferrocarril y las carreteras en el valle del Deba), la identificación del área paisajística del Deba, la justificación del área de estudio, la valoración, la bibliografía y los anexos.

 

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